Detrás de la Noticia
Ricardo Rocha

Frente a los números, la prospectiva del entorno social es todavía más preocupante. Al desánimo generalizado por la crisis económica, se añadirán otros factores a partir de este enero, que con todo y su cuesta comienza mañana. En sólo tres días más, el cuatro, se cumplen cien días del aun no resuelto caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala y no se necesita ser muy listo para anticipar movilizaciones exacerbadas que pueden derivar en violencia, enfrentamientos y hasta algo más. Aún los obsecuentes del poder han debido reconocer que las apuestas al tiempo y al olvido fallaron estrepitosamente. Ahora es al revés, el tiempo opera en contra y cada hora que pasa crecen la irritación, la rabia y el encono. Añádase el reavivamiento de focos rojos que ya se creían desactivados como los de Michoacán y los riesgos de un estallido social se multiplican geométricamente. Todavía más: el factor Elecciones 2015 puede ser un catalizador en ambos sentidos, pero lo más probable es que las contiendas entre partidos y candidatos por gubernaturas, alcaldías y diputaciones enardezcan más aun un ambiente ya de por sí explosivo.
Por todo ello, urge un golpe de timón del gobierno federal que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto. ¿Cuál? Él tiene que haberlo decidido en los días recientes. Tal vez una señal para establecer que hay cambio y hay rumbo. Lo que sabemos de cierto es que urge un puente entre el México de hoy y el beneficiario de las reformas. Entre el de las promesas y el México nuestro de cada día.
Periodista. ddn_rocha@hotmail.com
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