Feminista española Rosa Cobo Bedía presentó su nuevo libro
La
“prostitución” no se puede ver como una institución que siempre ha
existido y con la que hay que tratar de vivir. Al contrario, es una
industria que ha crecido inmensamente en las últimas décadas, que está
vinculada con otros negocios ilícitos y que está arraigada en el sistema
patriarcal y capitalista. Por lo tanto, no se puede regular, sólo se
puede abolir.
Ese es el punto de vista de la feminista española Rosa Cobo Bedía,
quien este 30 de abril presentó su libro “La prostitución en el corazón
del capitalismo”, en el cual analiza este fenómeno desde la mirada de la
socióloga feminista pero también desde la perspectiva económica. Relató
que nunca pensó que algún día iba a estudiar la prostitución, pues
consideraba que era un fenómeno social al margen de los temas que
podrían interesarla como académica.
Durante la presentación del libro se realizó un debate organizado por
el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
Humanidades (CEIICH) de la UNAM. Junto con ella debatieron la doctora en
Sociología, Olivia Tena Guerrero, la directora regional de la Coalición
contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe
(CATWLAC), Teresa Ulloa y la integrante de la Coalición por la Abolición
de la Prostitución (CAP), Grethel Baeza.
“No fui abolicionista siempre”, contó la también profesora titular de
Sociología del Género de la Universidad de A Coruña. Antes pensaba que
legalizar la prostitución sería la mejor manera para empoderar a las
mujeres pero ya no piensa así. “El capitalismo está dando al patriarcado
el discurso de la libertad. La idea del consentimiento. La idea que la
subordinación puede y debe ser entendida por la sociedad como un acto de
libertad”, cuando en realidad enmascara la opresión, explicó.
Es por eso que a través de su investigación académica quiere exponer
ante las corrientes feministas que luchan a favor de las “trabajadoras
sexuales” que este camino es el equivocado. En su libro usa las palabras
“prostitución” y “putero” porque, según ella, no se puede hablar de un
“cliente” ni tampoco de un “consumidor”. Son explotadores que usan su
poder patriarcal y económico para tomar posesión del cuerpo de la mujer,
dijo.
Cobo expresó que todas las medidas para regular la “prostitución”
parten de un punto de vista patriarcal y capitalista. Por ejemplo,
cuando se habla de salud, de condones y de higiene para mujeres en
situación de “prostitución” se habla de mantener sanos a los hombres que
explotan a estas mujeres. Y cuando se habla de impuestos, se habla de
los enormes beneficios que la sociedad, a través de Hacienda o el Fisco,
saca de esta forma de explotación.
La investigadora también explicó que este fenómeno social “se ha
hecho una industria multinacional”. Y es que según ella, la
“prostitución (y la trata)” en la mayoría de los países ocupa el tercer
lugar entre las industrias ilícitas, sólo por debajo de del armamento y
el narcotráfico, debido a las ventajas que ofrece: “Tiene muchos
beneficios, tiene costos muy bajos y casi no se ve a tratadores en los
cárceles.”
La también fundadora y primera directora del Seminario
Interdisciplinar de Estudios Feministas de la Universidad de A Coruña
compartió una visión poco alentadora sobre México. Económicamente, dijo,
países como México se van a dar cuenta que no pueden competir a nivel
internacional, entonces su ventana de oportunidad van a ser las
economías ilícitas: el narcotráfico, la venta de armamento, la
prostitución se van a convertir en la posibilidad de la reconstrucción
económica.
Todo eso, dijo, con el consentimiento de circuitos
semi-institucionalizados, es decir, con la anuencia de instituciones de
Estado que dejarán libre el camino a la “prostitución”.
Además, expuso que el país también se enfrenta a altos niveles de
pobreza, migración y racismo, todos, factores que empujan a las mujeres
a “prostituirse” o que empeoran su situación. “El sueño de un
capitalismo con rostro humano se acabó”, resumió.
Para la académica, la única forma de solucionar el problema sería la
abolición de esta forma de violencia, como en Suecia. El país nórdico
fue el primero en penalizar a las personas que pagan para servicios
sexuales. Sin embargo en México hay posturas a favor la prostitución, un
fenómeno al que llaman “trabajo sexual”.
La abolición, argumentó la feminista española, quien en 2008 fue
asesora del Ministerio de Igualdad de España, no significa estar en
contra de las mujeres, de las mujeres trans o de los hombres que
“ejercen la prostitución”. Los primeros pasos para erradicar esta
práctica, según dijo, sería la penalización de “los clientes” y la
encarcelación de altos líderes de la trata de personas.
También sería útil, mencionó, desmantelar las inversiones que
empresas o personas de buena reputación tienen en la “industria
pornográfica y de prostitución”. Esa argumentación la apoyó Teresa
Ulloa, directora de la CATWLAC: “La parte económica siempre quedaba en
lo oscuro, el libro de Rosa me llenó de inspiración”.
Como abogada que lucha para los derechos de las personas víctimas de
trata, Ulloa agregó que la violencia es muy común en la “prostitución”.
Una evidencia que citó fue un estudio según el cual 95 por ciento de las
mujeres y mujeres trans que fueron investigadas, presentaron lesiones
en la cabeza porque fueron golpeadas o habían sido arrojadas contra la
pared.
Grethel Baeza, integrante de la CAP, recalcó la importancia del libro
“La prostitución en el corazón del capitalismo”, en el contexto
feminista. Según ella, en los últimos años ha ganado más influencia una
corriente que aboga por la legalización y la regulación de la
explotación sexual con fines comerciales. Para contrarrestar estos
argumentos, dijo, sería muy importante una base académica, como la que
elaboró Cobo Bedía.
En este momento el libro que se publicó en España en 2017 sólo está disponible en forma electrónica en México.
Imagen de Sonia Gerth
Por: Sonia Gerth
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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