Pero la diferencia entre los dos procesos electorales en los que se
ha manifestado y se expresa actualmente es que en aquella ocasión fue en
beneficio de Vicente Fox, quien capitalizó el hartazgo social y ahora
el voto útil se inclina hacia Andrés Manuel López Obrador.
El tabasqueño, más que Ricardo Anaya, es quien ha estado
capitalizando el enojo social que hay contra el PRI y el presidente
Enrique Peña Nieto, quienes traicionaron la confianza que les dieron en
la elección del 2012 de regresar a gobernar, tras los fracasos de los
gobiernos panistas de Fox y Felipe Calderón.
El gasolinazo, los aumentos de las tarifas de gas y luz con el
impacto a los precios de la canasta básica, la corrupción galopante
unida a la impunidad, así como la violencia imparable, han generado un
enojo social también contra Ricardo Anaya, porque forma parte de los
legisladores que impulsaron y apoyaron cada una de las reformas
estructurales que ha originado este efecto negativo en la economía
familiar y el rompimiento en el tejido social.
Ante el derrumbe de la campaña de José Antonio Meade, el joven
panista Ricardo Anaya está tratando de atraer el voto útil de los
priistas decepcionados con su candidato bajo el argumento de que sólo él
puede detener la carrera de López Obrador.
A dos meses de las elecciones, Anaya muestra desesperación por contar
con ese voto “útil” del PRI. Incluso, en una reunión con banqueros de
Citibanamex no descartó reunirse con el presidente de la república,
Enrique Peña Nieto, para pactar una alianza de facto.
“No a acuerdos cupulares, bajo ninguna circunstancia. Sí al voto útil
y no a un pacto de impunidad. Yo estoy dispuesto, por supuesto, a
recibir en el proyecto a toda la gente que de buena voluntad se quiera
sumar para que podamos ganar, a ser el primer gobierno de coalición en
la historia de nuestro país. Un gobierno honesto y de resultados que
rompa el pacto de impunidad”, argumentó el panista.
Pero a diferencia de Fox, que hace 18 años fue el beneficiario del
hartazgo social contra el PRI, hasta ahora el voto útil de los
electores, no sólo el priista, se está inclinando hacia López Obrador,
quien tiene un discurso más cercano a los sectores sociales afectados
por las políticas de Peña Nieto y los escándalos de corrupción de las
cúpulas del PRI y del PAN en diferentes estados.
El voto útil está más identificado con la molestia generalizada en el
país contra quienes han aprobado una serie de reformas que han afectado
la vida social del país. No se trata del voto de decepción que Anaya ve
en los priistas que miran a su candidato Meade atascado en el tercer
lugar sin posibilidades de crecer.
Además, por tendencia ideológica, los priistas están más alejados del
PAN que de Morena. De ahí que es más probable que López Obrador sea
quien se beneficie de la fuga de votos del PRI que el joven panista
Anaya.
Por cierto… En la elección del 2006 ocurrió otra
fuga de votos del PRI a favor de Felipe Calderón. Gobernadores priistas
enojados con Roberto Madrazo, como Enrique Peña Nieto entonces
gobernador del Estado de México, decidieron operar a favor del panista
moviendo recursos y estructura para que pudiera remontar del segundo
sitio en el que estaba.
Este operativo ahora se ve poco probable porque los 14 gobernadores priistas no simpatizan con Anaya, pero tampoco con Meade.
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