Gustavo De la Rosa
Menudo escándalo han ocasionado los adversarios de AMLO por las
declaraciones de Taibo II, acusándolo ahora de tener un proyecto
expropiatorio; pero lo que dicen ellos y los comentaristas a modo es un
insulto a la inteligencia de los mexicanos, y no somos tontos. Leamos
las declaraciones con serenidad:
Paco Ignacio plantea una situación hipotética, algo que quizá, tal
vez, en algún momento pudiera suceder, para nada se propone una política
pública; su hipótesis señala que algunas empresas se presentaran ante
AMLO a exigirle que gobierne según su dictado, con Slim al frente.
“Paco Ignacio plantea una situación hipotética, algo que quizá, tal vez, en algún momento pudiera suceder, para nada se propone una política pública…” Foto: Tercero Díaz, Cuartoscuro
“Paco Ignacio plantea una situación hipotética, algo que quizá, tal vez, en algún momento pudiera suceder, para nada se propone una política pública…” Foto: Tercero Díaz, Cuartoscuro
Claro está que, si AMLO gana las elecciones, Slim no va a encabezar
una comisión para amenazarlo; ese hombre es deshonesto pero no es
pendejo, ¡imagínenselo renunciando a todos los Sanborns y distribuidores
Telcel, y sus millones de usuarios que tiene en México! Para irse a un
país como Costa Rica, con menos de 5 millones de habitantes, apenas la
quinta parte de la CDMX y área conurbada.
Hasta aquí la hipótesis de Taibo II es más bien un argumento de
novela, no un análisis de la realidad probable; pero se convierte en una
caricatura matutina con su final, de a tiro “todos somos Espartaco”, de
dos o tres millones de mexicanos afuera de Palacio Nacional gritando
“exprópialos, exprópialos”.
Taibo nos cuenta esta historia para hacernos reflexionar que no basta
con votar, que cuando gane AMLO vamos a tener que apoyarlo. Sólo un
idiota con el cerebro lavado por el Yunque puede creer que Andrés Manuel
está proponiendo la expropiación como política pública cuando, en
cambio, el régimen del PRIAN sí ha expropiado en diversas ocasiones la
riqueza del país.
Primero a los campesinos, cuando Salinas de Gortari reformó la ley
agraria para destruir a los ejidos y devastó el campo: Todavía
importamos el 80 % de los granos alimenticios, pese a que en los 70
éramos exportadores.
Después a los trabajadores con sus ahorros en el Infonavit cuando, al
quitarle tres ceros al peso, sus ahorros de 100 mil pesos reunidos
durante 20 años se convirtieron en apenas 100. A mí me ha tocado ir a
reclamar fondos de ancianos abandonados y recoger cheques de 200 o 300
pesos.
Luego con el Fobaproa expropiaron nuestros ahorros y obligaron a
todos los mexicanos a pagar las cuentas de los grandes inversionistas y
deudores de los bancos que declararon sus cuentas como impagables, y que
posteriormente vendieron los créditos recuperables a grupos de usureros
(como los hijos de Martha Sahagún) quienes se hicieron millonarios con
inversiones ridículas.
Me consta que, al menos en Ciudad Juárez, de todos los inversionistas
rescatados por el Fobaproa sólo un empresario pago su crédito directo
al banco, el ingeniero Contreras, y que a un inversionista, que recibió
un préstamo de 6 millones de pesos, la empresa usurera compradora de su
crédito le está cobrando más de 80 millones de pesos. Eso es expropiar.
También Meade expropió a Pemex al obligarlo a pagar impuestos al
Gobierno por el 102 y 104 por ciento de sus ingresos en los mejores años
de la bonanza petrolera, para con esos recursos sostener los egresos
del país sin cobrar impuestos a los ganadores de la economía mexicana.
Ahora la empresa quebró con la reforma energética y acabarán vendiéndola
como fierro viejo.
Fox expropió la industria azucarera por utilidad pública; Calderón
expropió a los trabajadores de Mexicana de Aviación, sus empleos y su
comodidad, y Lozano expropió la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y la
cerró, destruyendo al sindicato y dejando en la precariedad a cientos
de trabajadores.
Finalmente, han expropiado los minerales nacionales (y los han
enviado por toneladas a Canadá) y los fondos de pensiones de las Afores
de los trabajadores para pagar por adelantado el Nuevo Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México (Slim ha declarado, cínicamente,
que su familia no invirtió en el NAICM, sino que todo vino de las
Afores).
Ahora comprendo con claridad quiénes son los expropiadores y quiénes
los expropiados, y por qué nos quieren ver la cara de pendejos a los
mexicanos cuando gritan “AMLO nos quiere expropiar”.
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