11/30/2011

Disyuntivas del desarrollo: sin fortalecimiento del mercado interno


Monedero


Por Carmen R. Ponce Meléndez*

México, DF, 29 nov 11 (CIMAC).- En 2012 el crecimiento económico estimado para América Latina y el Caribe es del 4 por ciento y 4.4 para 2011. El tema central a debatir es la transformación del Estado para el desarrollo, mientras que la principal fuente de incertidumbre es la economía internacional, particularmente Estados Unidos y la crisis de Europa.

Tres son las áreas clave para apoyar un crecimiento sostenible e inclusivo: educación, infraestructura y desarrollo productivo e innovación, señala el documento “Perspectivas Económicas de América Latina 2012”, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

“El Estado puede y debe jugar un papel fundamental: creando empleos de calidad; consolidando sistemas fiscales sólidos, transparentes y justos; apostando por la formación y capacitación de la población; aumentando la eficacia de las inversiones en infraestructuras, apoyando la innovación y el desarrollo productivo.”

Sin embargo para México la situación es bastante más complicada. Para empezar, la proyección más optimista de crecimiento económico –la oficial, de Hacienda– es del 3.3 por ciento para 2012 y 4.0 por ciento en este año, muy por debajo de la estimación para la región que formuló Cepal.

Además, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) considera un crecimiento menor para el próximo año de 3.2 por ciento.

Esta cifra coincide con la reportada en la encuesta del Banco de México al sector privado (octubre 2011); su proyección para este año es de 3.7 con una generación de 600 mil empleos para el año próximo, creándose un nuevo déficit de un millón de plazas laborales.


En el caso específico del año actual, la demanda externa se ha debilitado debido a la desaceleración global de la actividad económica, especialmente la de Estados Unidos, implicando una disminución de las exportaciones manufactureras (III Trimestre 2011, Banco de México, Balanza de Pagos).

Por lo demás, esa propuesta de Cepal acerca de “la transformación del Estado para el desarrollo” en México se antoja cuesta arriba porque de manera deliberada, a ciencia y conciencia, se ha golpeado y debilitado al Estado.

No hay voluntad política para fortalecerlo, mucho menos en su esfera económica; para este gobierno la responsabilidad de generar empleos está en la Iniciativa Privada.

El mejor ejemplo de estos desatinos es el llamado “Buen Fin”, cuyo objetivo era promover el consumo de las clases medias para acelerar la actividad económica, pero sin antes crear las condiciones adecuadas como: un mercado interno productivo que se traduciría en mayor empleo y mejores salarios, con un sistema financiero más eficiente, así como limar las amplias desigualdades de ingreso.

Sin duda el Sector Comercio –que enlaza la producción con el consumo– es relevante. Aporta 16.2 puntos porcentuales al PIB, la más alta después de Manufacturas; de cada 100 personas ocupadas en ese sector 50.1 son mujeres –más de la mitad–, se trata de 4.4 millones de trabajadoras (datos de ENOE-Inegi, III Trimestre, 2011).

Por tanto es considerado un nicho laboral femenino, por cierto muy precarizado, particularmente el comercio al menudeo en las tiendas departamentales y de autoservicio. Al analizar el comportamiento de las remuneraciones reales por persona y su índice en los últimos 10 años (2001-2011), que aparecen en la grafica, se aprecia que:

(VER GRÁFICA AQUÍ)

Más de la mitad de las trabajadoras perciben un ingreso de cero a dos salarios mínimos; las remuneraciones más bajas están en el comercio al por menor, especialmente en tiendas departamentales y de autoservicio.

Durante los últimos seis años (2005-2011) han tenido un altísimo retroceso de 24.3 puntos porcentuales, el equivalente a pasar de una remuneración de 4 mil pesos mensuales a 3 mil 28.

En un horizonte de 10 años las remuneraciones del comercio al por mayor solamente crecieron 1.2 por ciento, menos que la inflación general que no es representativa de nada.

Cabe señalar que estas remuneraciones son a precios deflactados (reales), y comprenden sueldos, salarios y prestaciones monetarias (información de la Encuesta Mensual de Comercio, Inegi).

La tendencia descendente de estos rubros se mantiene en la medida que sus incrementos estén condicionados a las metas de inflación que fija el Banco de México.

Seguramente en diciembre próximo cuando se establezca el aumento al Salario Mínimo éste oscilara entre 3 y 4 por ciento, sin considerar las necesidades reales de recuperación del poder adquisitivo que permitan mejorar los niveles de bienestar de las y los trabajadores.

En estas condiciones el mercado interno está estancado. No demanda productos ni servicios, no genera crecimiento, se requiere una política de sustitución selectiva de importaciones, acompañada de innovaciones tecnológicas en las actividades exportadoras que generen mayor valor agregado y más empleos de calidad.

Sólo que para todas estas políticas públicas es indispensable una presencia rectora del Estado, con proyecto de nación.

P.D.
Esta columna se une a la campaña internacional para eliminar toda forma de violencia contra las mujeres, y expresa una enérgica protesta por los crecientes homicidios de mujeres en todo el país.

Según cifras del Inegi (noviembre 2011), la tasa de homicidios más alta se registra en el estado de Chihuahua, que pasó de 3.6 en 2005 a 13.1 homicidios de mujeres por cada 100 mil en 2009, así como los estados de Baja California (10.1), Guerrero (10.1), Durango (7.1), Sinaloa (6.0), Sonora (5.1) y Tamaulipas (4.5).

ramona_melendez@yahoo.com.mx

Twitter: @ramonaponce * Economista especializada en temas de género

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