Foto: Juan Carlos Cruz
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Las organizaciones feministas instalaron hace tiempo el tema de la violencia contra las mujeres en las agendas de todo el espectro político, y hoy organizaciones de hombres en distintos países lo retoman como bandera propia. Autodenominándose “hombres por la igualdad” y también “profeministas” se han organizado y establecido redes de grupos de hombres on-line, foros de debate y campañas de apoyo a las reivindicaciones feministas, como la del rechazo a la violencia contra las mujeres.
En México, hace tiempo algunos hombres se constituyeron en un colectivo para revisar sus conductas violentas y después personajes famosos aportaron su imagen a la campaña que echó a andar hace unos años el Instituto Nacional de las Mujeres. Pero los grupos de hombres organizados, con un compromiso político real y una alianza con las organizaciones de mujeres, no tienen –si es que existen– el protagonismo público con las acciones de apoyo como las que consigna la prensa en otros países.
La relación de los hombres con la violencia hacia las mujeres es problemática y la mayoría de las feministas desconfía de los que se declaran aliados. Pero aunque hay dudas e interrogantes sobre el lugar que deben ocupar los hombres en esa lucha, hoy se ve como necesaria su colaboración. Además, el fenómeno de los “hombres igualitarios” o “a favor de la equidad” surge cuando algunos hombres, luego de una reflexión sobre la necesidad de construir una subjetividad masculina alternativa al modelo autoritario tradicional, deciden hacer algo más que hablar y consolida formas de organización que llevan aparejadas acciones públicas. Un ejemplo reciente es el de España. El mes pasado se llevó a cabo el Primer Congreso Iberoamericano de Masculinidades y Equidad de Género. En ese marco, la Red de Hombres por la Igualdad hizo una propuesta de agenda para ser suscrita por las variadas asociaciones de hombres que luchan contra la violencia sexista. Titulada la Declaración de Barcelona, ésta plantea:
Rechazo del ejercicio del poder patriarcal y renuncia a los privilegios que de él se derivan.
Denuncia de todas las formas de violencia machista hacia las mujeres, fomentando la revisión crítica del sexismo interiorizado y desarrollando un trabajo de sensibilización y prevención de esta violencia entre los hombres; apostando por la defensa de los derechos humanos y la resolución pacífica de los conflictos.
Rechazo de otras violencias machistas (bullying, homofobia, transfobia).
Promoción de la corresponsabilidad de los hombres y los cuidados compartidos, con especial referencia a la responsabilidad de los hombres en su propio cuidado y el de las personas dependientes, apoyando medidas de conciliación de la vida laboral y personal.
Impulso a la paternidad activa y responsable, y la mejora de las habilidades para la crianza. Inclusión en los cursos de preparación al parto, primeros cuidados y cuidado de la madre. Reivindicar que los permisos de maternidad y de paternidad sean iguales, intransferibles y pagados a cargo de la seguridad social al 100% del salario.
Apuesta por la coeducación en la comunidad para transmitir valores que ayuden a crecer a los chicos como agentes activos de igualdad. Prevenir el abandono escolar, las conductas disruptivas, el maltrato entre el alumnado y las actitudes machistas que acaban perjudicando la formación de la población adolescente.
Apuesta por un lenguaje igualitario, que no represente ni sostenga el modelo de dominación sexista.
Defensa de las cuotas paritarias y de presencia de mujeres y hombres, tanto en los cargos de responsabilidad pública y empresarial como en las tareas de cuidado y enseñanza.
Reconocimiento de las diferentes formas de ser hombre, así como de los derechos cívicos y humanos de las distintas expresiones de la sexualidad. Revisión de las expresiones de la sexualidad masculina basada en el dominio, para disfrutar de una sexualidad libre, respetuosa y consentida. En contra de la trata de seres humanos vinculada a la prostitución y a la explotación sexual de menores.
Propiciar la mejora de la salud física y emocional de los hombres, visibilizando los costes de las formas dañinas de ser hombre, que reducen su esperanza y calidad de vida, además de generar graves problemas de salud pública.
Además, los “hombres igualitarios” celebraron, por tercer año consecutivo, la rueda de hombres contra la violencia machista, que se realiza en distintas ciudades de España para comprometer a los demás hombres en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Se proponen la democratización de los vínculos y los roles (con énfasis en la equidad de la distribución del poder y los derechos) y se comprometen a trabajar contra toda forma de discriminación, dominación y violencia. Además, dicen apoyar “las reivindicaciones históricas del movimiento feminista” y participan en apoyo a las actividades del 25 de noviembre, Día Internacional de Lucha contra la Violencia Hacia las Mujeres.
Sí, hay hombres a quienes el machismo no les gusta, que anhelan relaciones más igualitarias, que detestan la violencia. Pero en el espacio público no se ven grupos organizados, como los de España, Argentina y otros países. Si me equivoco, por favor manden una señal.
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