El cine que elogia a la luz
Alan Rodríguez
Un día como hoy, en 1960, el
físico estadunidense Theodore Maiman consiguió que un dispositivo
construido con un rubí produjera el primer rayo láser de la historia.
Desde 2017, la Unesco adoptó el 16 de mayo como fecha para conmemorar
ese logro y también para celebrar la importancia de la luz en la vida de
los seres humanos.
De ahí nació el Día Internacional de la Luz, que parece a nadie le
importa, pero a mí me ha puesto a pensar en películas en las que este
elemento es incidencia poética, espiritual, material, un tema o motivo
de inspiración para pensar el mundo, reflejar la vida, sentir el pulso
del tiempo. Estos títulos están disponibles online y son opción para alumbrarnos un poco la vida en estos días de gris cotidianidad.
Años luz (Alain Tanner, 1981). Harto de atender un pub, Jonás
descifra el consejo del viejo Poliakoff y decide visitarlo en un
deshuesadero perdido en tierras irlandesas. A sus 25 años, su futuro
está lleno de confusión e incertidumbre. Sin conocer la razón, el chico
se deja guiar por el viejo cuyo propósito descomunal es emular a las
aves. Sabio y loco, Poliakoff se convierte en el tutor de un Jonás,
quien pronto dará con la clave de su existencia.
Adaptación de la novela El camino salvaje de Daniel Odier, la película de Alain Tanner (en https://zoowoman.website)
obtuvo el Premio del Jurado en Cannes. Un filme inspirador acerca de la
luz esclarecedora que revela lo sustancial de la vida, lo
recónditamente humano que es digno y único de una persona.
Yeelen/La luz (Suleymane Cissé, 1987). También premiada en Cannes, Yeelen (https://zoowoman.website)
muestra el itinerario poético de Niankoro, príncipe de la tribu de los
bambara, quien no podrá evitar un encuentro mortal con su padre. Frente a
nuestros ojos desfila un mundo de energías, espectros, colores, mitos,
leyendas y creencias.
En el filme de Suleymane Cissé, de los directores más emblemáticos
del cine africano, la luz es fuerza cósmica, potencia del conocimiento
originario y del renacer sucesivo en la eternidad. Es también fulgor
producto de la mirada del realizador, quien narra alejado del canon
occidental, porque Cissé talla su obra con el diamante de la mística de
su pueblo.
Nostalgia de la luz (Patricio Guzmán, 2010). Triunfador en el
Festival de Toronto, el filme nos lleva al desierto de Atacama, al norte
de Chile, donde astrónomos de todo el mundo estudian las estrellas.
Aunque la observación del universo se alterna aquí con testimonios de
voces dolientes, de mujeres que en las vastas arenas buscan los restos
de sus desaparecidos.
El documental de Patricio Guzmán, el mejor para la Academia Europa
del Cine en 2010, nos habla de la luz estelar, la que surca el tiempo,
la que es materia y energía. Gira sobre la idea de que tal vez nuestras
raíces como especie no se encuentran en los misterios que oculta el
suelo o el fondo del mar, sino
arriba, más allá de la luz. En el filme parpadea otra luz, la de la verdad sobre hechos del pasado, cuando la dictadura militar oscureció vidas y desapareció personas. Así es como Nostalgia de la luz (https://vikv.net) nos cuenta la maravilla de los cuerpos celestes y la tragedia de los cuerpos ausentes.
Hacia la luz (Naomi Kawase, 2017). Misako se dedica a la
audiodescripción de películas para invidentes, lo que la lleva a conocer
a un fotógrafo de vista menguante. Entre la crisis del artista y el
deseo de la chica por cumplir con su labor, se forja una vínculo entre
los dos amantes de aquella luz que suscita el alzamiento intenso de los
recuerdos.
La película de Naomi Kawase (https://zoowoman.website)
mereció el Premio del Jurado Ecuménico y la nominación a la Palma de
Oro. Atrae más por su elogio a la luz que por la relación sentimental
que describe. Sus imágenes evocan la radiación que embellece al mundo y
alumbra la memoria. El tratamiento sutil de Kawase, autora de un cine de
universos femeninos, está lleno de refracciones y contraluces. Pinta
destellos con moderación y calma.
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