Ciudad de México. Las Casas de las Mujeres Indígenas
(Cami) han hecho llamados urgentes al Instituto Nacional de los Pueblos
Indígenas (INPI), a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero,
al Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y a otras instancias,
para que se liberen los recursos etiquetados en el Presupuesto de
Egresos de la Federación 2020. Hasta la fecha, no han tenido respuesta
de la entidad responsable para el manejo de los recursos, el INPI, a
pesar de la importante función que ejercen las Cami para prevenir y
atender la violencia de género.
La presidenta del Centro para los Derechos de la Mujer Nääxwiin, de
la comunidad mixe en Matías Romero, Oaxaca, e integrante de la Red
Nacional de Casas de la Mujer Indígena, Rubicelia Cayetano Pesado,
explicó el rol importante que tienen las 34 Cami al nivel nacional.
Desde que se iniciaron los primeros proyectos piloto en 2003, han hecho
mucho trabajo para “desnaturalizar“ la violencia de género antes muy
normalizada.
“Incluso hasta ahora, algunas mujeres permiten que sus hijos agredan a
sus esposas. Hoy en día, más que todo el problema es el acceso a la
justicia, ahí es donde nos saturamos.“ Las Cami son espacios que prestan
atención a las mujeres, sobre todo en el tema de la prevención y
atención a las violencias de género, pero en algunos casos también en
salud materna. En la que se ubica en San Mateo del Mar, del pueblo
Ikoots, por ejemplo, habría muchas parteras.
“Ellas atienden partos y se coordinan con los hospitales y centros de
salud, gracias a eso se ha podido reducir las muertes maternas. Las
mujeres prefieren parir en un espacio de confianza, de igualdad y de
respeto como son las mujeres indígenas atendiendo otras mujeres
indígenas, y no llegar a un hospital que es frío, el trato es
irrespetuoso, hay maltrato, y discriminación. Todo el trabajo que hacen
las parteras, es más de respeto, más acorde a la cultura.“
Un espacio de confianza para víctimas de violencia
Lo mismo aplicaría para las Cami como Nääxwiin que se concentran en
la violencia de género: “Llegan y se les escucha, se les orienta, se les
acompaña a los Centros de Justicia, cuando ya deciden denunciar. Se les
brinda traducción de lengua indígena mixe, porque la mayoría de las
mujeres indígenas mixes no hablan bien español, entonces necesitan
intérprete ante juicios orales, los juzgados, los Ministerios Públicos, o
los Centros de Justicia.”
La directora de la Red Intercultural de Refugios, y de un refugio
intercultural en Juchitán, Oaxaca, Rogelia González Luis, tiene más de
17 años de trabajar con la Casa de la Mujer Nääxwiin, en redes contra
las violencias de género en la región del Istmo, y porque la casa
canaliza mujeres que necesitan refugiarse, a su albergue. Ella destacó
la triple función de estas casas: “Son traductoras, son acompañantes,
son las que educan, las que empiezan a cambiar los roles y estereotipos
que hay en los pueblos, en su lengua mixe.”
Sería muy importante ver la situación de vulnerabilidad que viven las
mujeres indígenas, dijo: “Tienen que salir corriendo de sus casas con
sus hijos, sin calzado, sin seguridad, porque las comunidades indígenas,
no es lo mismo que se vive en una comunidad urbana. No hay acceso a
camino, no hay luz, hay pura terracería, ahora que ya empezó a llover
¡mucho menos! Entonces es una situación muy difícil, y todavía con eso,
que les quiten los presupuestos, ¡nosotros no estamos de acuerdo!”
Cayetano Pesado explicó que las Cami no han dejado de atender durante
la contingencia, donde su trabajo normal es ir a las comunidades donde
detectan mayor número de violencias, y proponen a la autoridad hacer
actividades como talleres, foros, encuentros o cine debates, para
prevenir violencias y promover los derechos de las mujeres y la igualdad
de género.
También se hace un trabajo emocional y de contención: “Hay mujeres
que lo único que quieren es ser escuchadas, desahogarse, porque cuando
acuden a la familia, la mamá le dice, ‘aguántate, es tu cruz que tienes
que cargar, aguántate, porque tú te fuiste con ese hombre, tú lo
escogiste.’ Entonces lo único que quieren es que alguien las escuche,
las comprenda y que se puedan desahogar. Y cuando ya están preparadas,
por ejemplo a través nuestros grupos de reflexión, de auto ayuda, las
acompañamos a su proceso legal.”
Para este fin, también hay una psicóloga y una abogada que acuden a
la Cami, enviadas a través de la Secretaría de la Mujer. Cayetano Pesado
contó que el manejo del recurso ha sido complicado a través de las
distintas administraciones. Igual que los Refugios de Mujeres, las Casas
tienen que participar en una convocatoria, en este caso ante el INPI, y
entregar sus proyectos nuevamente todos los años. En 2019, la
liberación de los recursos se atrasó hasta julio, lo que asociaron con
la entrada del nuevo gobierno. Este año, el INPI explicó la demora con
la pandemia.
El discurso del presidente y la no entrega de recursos son contradictorios
“Nos debieron de haber entregado resultados el 6 de abril, y nos
dijeron que se iba a retrasar hasta el 30 de abril por la contingencia”,
contó la defensora. Sin embargo, desde entonces, no ha escuchado nada
de la institución que maneja los recursos. La Red Nacional de Casas de
la Mujer Indígena escribió dos cartas al INPI, exigiendo respuestas, y
una carta a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, “para
que presione al INPI, que nos diera respuesta.” Las últimas cartas se
enviaron el 24 y 30 de abril, pero ni en una ni en la otra recibieron
respuesta.
La única institución que se pronunció hasta la fecha fue el
Inmujeres, que recibió la queja en copia. “Nos dijeron que están viendo
la situación de las Cami, pero del INPI, o la Segob, no tenemos ninguna
respuesta”, lamentó. Tanto Cayetano Pesado como González Luis se
opusieron de manera rotunda al discurso que ha manejado el presidente
Andrés Manuel López Obrador en sus mañaneras. “Los pobres” que él quiere
poner primero en la distribución de beneficios, también incluyen a las
mujeres indígenas, insistieron.
“Las mujeres son totalmente invisibilizadas en este proyecto de la
4T”, dijo González Luis. Y Cayetano Pesado agregó: “Cuando el presidente
dice, no hay registro, que no hay violencia, que hay mucha fraternidad,
¡No es cierto! ¡Él ni siquiera lo está viviendo! Nosotras que lo
estamos viviendo de manera cercana, ¡en ésta contingencia el aumento de
la violencia fue significativo!”
Tan solo en el Centro de Justicia para Mujeres en Juchitán, hay 103
expedientes abiertos de enero para abril, relató. “Y ahora sí, esas son
mujeres que se decidieron denunciar la violencia”, ni siquiera serían
las todavía no han dado este paso. “Las Cami son espacios muy
importantes porque es el primer espacio de confianza que tienen las
mujeres para denunciar la violencia”, concluyó.
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