Juan Arturo Brennan
Inicio con una duda
importante: no sé si afirmar aquí que es muy poco lo que se sabe sobre
el compositor mexicano José Pomar (1880-1961), o si sería más propio
decir que es muy poca la información que circula sobre su vida y su
obra. En todo caso, es también muy escasa la música de Pomar que se toca
o se graba, de manera que hacerse una idea clara de su perfil personal y
profesional no es fácil. Es probable que el dato esencial que todo buen
melómano mexicano conoce respecto a Pomar es que fue un músico inmerso
(desde la Revolución Mexicana misma) en la discusión ideológica y
política de su tiempo, y que participó en esa discusión desde la
disidencia. Dicho lo cual, cabría preguntarse si la postura ideológica
de Pomar tiene algo que ver directamente con la casi nula difusión de su
música, o si se trata simplemente de otro buen compositor que ha sido
relegado al olvido por la negligencia y desmemoria cultural que
padecemos y que, lejos de mejorar, parece agravarse día a día.
En medio del vacío que se ha hecho alrededor de José Pomar y su
música, ha cristalizado muy recientemente un proyecto que sin duda
ayudará a disipar ese vacío; se trata de un muy interesante álbum doble
(¡que existe, de hecho, físicamente!) que contiene la integral de la
obra para piano de Pomar, interpretada por el pianista mexicano Rodrigo
Acevedo Traba. Una primera virtud de este álbum monográfico está en el
hecho de que Acevedo no sólo interpreta y graba la música de Pomar, sino
que se ha dedicado a investigar a profundidad al compositor, lo que
añade a su proyecto un buen cimiento de credibilidad. Un primera
revisión del tracklist de estos dos compactos permite encontrar
que la producción pianística de Pomar está cimentada, muy a la manera
de su tiempo, en formas de danza, piezas características, y un buen
número de obras con títulos narrativos o descriptivos, así como varias
partituras con dedicatoria a diversos músicos del momento. En cuanto al
estilo y el lenguaje musical, hay aquí una clara orientación hacia el
romanticismo tardío, con numerosas pinceladas típicas de la música de
salón, y algunos interesantes apuntes de modernidad, todo ello envuelto
en una escritura pianística que combina equilibradamente el rigor formal
con cierta fluidez en el discurso. Lo más interesante de este catálogo
pianístico completo de Pomar está, en mi opinión, en el hecho de que,
excepción hecha de la Balada de Noche Buena (que no es una de
las mejores piezas de la colección), la infaltable tendencia a los
brochazos nacionalistas está prácticamente ausente; esto permite, por
una parte, que el oyente se concentre más a fondo en las virtudes
esenciales de la música, sin el distractor folclorizante, y por la otra,
imparte a la música un perfil más abstracto y universal que el que
ostenta la producción de muchos de sus contemporáneos.
De entre toda esta interesante música de Pomar grabada por Rodrigo
Acevedo, destaco tres instancias especialmente atractivas. En primer
lugar, la expresividad contenida de los tres interludios titulados Al arrimo de su cariño
(1912-1916), en los que está ausente todo asomo de la cursilería que su
título pareciera anunciar. En segundo lugar, la breve pero muy bien
lograda Sonatina (1934) que cierra esta grabación, muestra de
las mejores cualidades de la escritura de Pomar. Y finalmente, la obra
cumbre de la colección, la Sonata (1913), simétrica
construcción en cinco movimientos que, a pesar de ser una obra
relativamente temprana, apunta hacia interesantes búsquedas formales y
armónicas. Como breve dato complementario, vale señalar que el cakewalk. Del gato de los Bosquejos de escenas infantiles (1912-1928) alude a la danza-fuente con suficiente claridad como para remitir al oyente al famoso Golliwog’s Cakewalk, del Children’s Corner de Debussy.
Las interpretaciones de Rodrigo Acevedo Traba son pulcras y cuidadas,
y hay que lamentar que buena parte de su noble proyecto de repetirlas
en diversos recitales se haya visto truncada por este nuevo año de la
peste. El caso es que ya se puede escuchar una parte importante de la
música de José Pomar; ahora nos falta conocer más a fondo su ideario
político disidente, que no es menos importante. Este doble álbum está en
el sello Tempus.
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