1. La lucha anticapitalista es la única batalla contra la desigualdad, contra la explotación, contra la miseria y todo tipo de opresión. La lucha contra la corrupción es sólo contra las formas “ilegales” de hacerse rico, de acumular capital. Por ejemplo: Si compro tierras, fábricas, residencias, negocios comerciales a bajo precio por crisis, y a los pocos días vendo a 50 por ciento más o al doble de la cantidad pagada, alcanzado gigantescas ganancias -a pesar de la ruina y el despojo evidente a los vendedores- pues no es corrupción, es legal de acuerdo a la Constitución. Pero si yo digo ante la gran crisis que los multimillonarios deben despojarse de sus riquezas para que los millones de pobres no sufran o mueran de hambre, pues me gritan comunista peligroso.
2. Dicen los ricos ojetes: a nadie oprimí, a nadie obligué; al contrario, sabiendo que poseo mucho dinero vinieron a ofrecerme, a suplicarme y ellos pusieron el precio. Esto no puede llamarse corrupción porque son operaciones limpias. ¿Que igual opera el FMI, BM, con los multimillonarios préstamos y los millonarios intereses?, es otro asunto que no puede llamársele corrupción porque así está escrito en leyes mundiales. Sólo podrían acabarse con una gran revolución mundial. Quizá por ello el presidente López Obrador –sabiendo que no se puede luchar contra el capitalismo- escogió luchar contra la corrupción porque se pueden hacer las cosas legales. Se supone que en países del norte europeo no existe corrupción, aunque sí una brutal desigualdad y opresión.
3. La Constitución mexicana –como todas las constituciones del mundo- tiene de entrada la defensa irrestricta de la propiedad privada. Ese artículo es el que las define como constituciones burguesas o capitalistas. Así que si un personaje de los cien que hay en México, es dueño de miles de millones de dólares en los bancos, es propietario de 10 fábricas y otros 10 centros comerciales, no es un corrupto porque todo su dinero lo acumuló legalmente; al contrario, por eso se le hacen homenajes y el gobierno les entrega premios. Además si después de un mitin se le bloquean algunos de sus negocios con acusaciones de fraudes y demás, el gobierno debe reprimir a los que protestan, apresarlos y encarcelarlos porque amenazan la “sacrosanta” propiedad privada.
4. Entre unos días, el concluir la cuarentena del coronavirus en México, viviremos una “nueva realidad”; lo funesto es que ha crecido el número de desempleados y de miserables, así como como se han desplomado el presupuesto del Estado después de dos meses de “encierro”. Se volverá a lo mismo pero en condiciones mucho más empeoradas. López Obrador no se cansa de repetir que el pueblo mexicano es más consciente, más preparado y más capaz del mundo; pero no hay argumento alguno para demostrarlo porque votar no es conciencia. Todos los presidentes y congresos del mundo han sido votados por mayorías y no se puede afirmar que los países del mundo están bien si no saben responder a la terrible desigualdad y a los guerreristas.
5. Yo sólo encuentro conciencia –muy por encima de todos- en los 10 o 20 mil profesores de la CNTE que se manifiestan en los estados y en la ciudad de México en las calles, las plazas, realizan plantones de una o varias semanas en parques y glorietas y, hasta hoy, no se han doblegado ante un funcionario o gobierno. Nunca en la historia del país ha habido gente más consciente que, inclusive, pienso que no votan porque todos los gobiernos –por lo menos desde Salinas hasta Peña- los han defraudado, reprimido y encarcelado. ¿Por qué votar si todos los gobiernos del PRI, el PAN, PRD han sido más de lo mismo? Ahora López Obrador y el secretario Moctezuma no saben qué hacer ante dos corrientes súper charras de derecha y una revolucionaria.
6. He escrito unos 200 artículos sobre la CNTE y sus luchas, en muchas de ellas los he acompañado; al mismo tiempo conozco bien el campo educativo, el comportamiento de los funcionarios y de eso que llamamos el sindicalismo corrupto y entreguista. Esther Gordillo es una enorme líder, pero su corrupción es igual al tamaño de su liderazgo. Alrededor de ella hay unos 500 líderes iguales o peor de corruptos. La segunda corriente es la encabezada por el dirigente actual del SNTE Alfonso Cepeda –que sustituyó a Juan Díaz-que es casi lo mismo que la corriente de la Gordillo: todos han sido cercanos colaboradores de los comités charros nacionales. López Obrador sólo podrá lograr avances educativos si tiene la inteligencia de establecer una estrecha alianza con la CNTE, los únicos honestos y luchadores.
7. Estas diferencias entre luchas contra la corrupción y contra el capitalismo es un asunto serio. La corrupción es mentir, robar, siempre que no te vean o sepas repartir. En el capitalismo se puede mentir, robar, explotar, oprimir, asesinar, secuestrar, enriquecerse, engañar, pero basta con tener buenos abogados y sepas comprar a los medios de información y funcionarios, para que no te toquen ni con la rosasuave del pétalo. Espero que la “nueva realidad” después de la cuarentena no sea igual al capitalismo salvaje que ha reconcentrado la riqueza en pocas manos y ha dejado pobreza y hambre en la gran mayoría dela población, mientras luchamos contra la corrupción que sólo es un pequeño hijo agresivo y espectacular del capitalismo (15/V/20)
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