“Es en la transmisión donde se cortan muchos canales. No se da el mismo tratamiento informativo a las obras de las mujeres que a las de los hombres ni el mismo apoyo desde las instituciones”
Ylenia Álvarez
Madrid,
15 mar. 15. AmecoPress/Hoyesarte.- La sensibilidad no tiene sexo. El
arte, tampoco. Sin embargo, su cara visible es masculina y está
representada por un hombre. Él: el genio, el talento, el artista. Ella:
la musa, la inspiración o la segundona.
Patricia
Arquette o Emma Watson son algunas de las caras internacionales que se
han movilizado en los últimos meses para acabar con esta desigualdad.
En España, otras artistas como Icíar Bollaín, Laura Freixas, Isabel
Coixet o Pilar Jurado luchan cada día desde diferentes asociaciones
(Clásicas y Modernas, CIMA o Mujeres en la Música) con datos, estudios
y análisis para poner solución al problema.
En esta
sintonía, la semana pasada se celebró en Madrid el Encuentro
Internacional ¿Es una quimera la igualdad hombres-mujeres en las
artes?, en el que diferentes colectivos y representantes
institucionales se dieron cita.
“Las mujeres
en la cultura son invisibles, pero, además, su invisibilidad es el
problema invisible”, dice la escritora y presidenta de Clásicas y
Modernas Laura Freixas. Ante esa “desigualdad flagrante” es básico
conocer los datos. Entre ellos, que los públicos y que estudiantes
universitarios de carreras que tienen que ver con la cultura son en su
mayoría mujeres, pero que la cima siempre es predominantemente
masculina. “A medida que se va subiendo en la pirámide hay menos
mujeres, como en todas partes, pero no sé por qué existe el espejismo
de que la cultura es distinta”, comenta. “Ser hombre tiene un plus y da
puntos en cultura y en todo lo demás”.
Así hay
ejemplos comunes a todas las profesiones y también algunos muy
específicos. La pianista catalana María Parra Peñafiel cuenta su
experiencia. Le han llegado a decir que “en casita con sus hijas estaba
más guapa” y cree que en muchos casos se utiliza la maternidad como
excusa para arrinconar a las mujeres. Ana Fernández-Villaverde, más
conocida como La Bien Querida y que además de músico es pintora, afirma
que en este segundo terreno lo ha notado muchísimo más a nivel
económico y de reconocimiento: “Los artistas son los hombres y las
mujeres hacemos manualidades”.
¿A qué se enfrenta la mujer?
Freixas habla
de la existencia de un imaginario histórico que identifica al genio
como masculino, dotando al talento artístico con unas características
esencialmente masculinas, como la autoafirmación, el egocentrismo, la
ambición, la provocación o la promiscuidad. “En cambio, en una mujer
todas ellas están mal vistas y se les disuade de ejercerlas”, añade.
Mercedes
Ferrer, compositora, cantante y directora institucional de Música de la
Fundación SGAE, plantea “la ocultación de la identidad femenina” o el
hecho de que “no te dejen evolucionar a través de tu identidad y que
tengas que plantear una falsa”. Esto es fruto de que hasta ahora se
había relegado a la mujer al ámbito de lo privado y sólo el hombre se
movía en el público. Para ella, “a día de hoy, la verdadera identidad
de la mujer en el rock permanece oculta. No sabemos realmente qué es
una mujer dentro de él porque hasta ahora lo que se han manejado son
unos arquetipos relacionados con el sexo”. “También se da mucho el de
la niña mona sin cerebro que las propias compañías discográficas han
obligado a las artistas a adoptar”.
Al tratarse de
profesiones mediáticas, la difusión es esencial y en ella recae otra de
las grandes desigualdades. “Es en la transmisión donde se cortan muchos
canales. No se da el mismo tratamiento informativo a las obras de las
mujeres que a las de los hombres ni el mismo apoyo desde las
instituciones”, asegura Margarita Borja, autora y directora teatral, y
vicepresidenta de la Asociación Clásicas y Modernas. Así, por ejemplo,
las 20 películas más caras de la historia del cine español han sido
dirigidas por hombres. También todas las películas nominadas a los Goya
en 2015 estaban realizadas por hombres y todas contaban con gran
presupuesto. Si éste determina en gran medida el éxito de la película
por la difusión que conlleva, en general contar con pocos fondos suele
implicar menos repercusión.
Las cifras en
literatura también son desoladoras y señalan sólo un 22% de reseñas de
libros escritos por mujeres en 2014 y un 19% de reseñas firmadas por
ellas. Dentro de este campo existe, además, una extendida corriente que
habla de literatura femenina, entendida casi siempre como algo
peyorativo. “Es pura ideología fruto de la cultura patriarcal y no
tienen ninguna base”, dice Laura Freixas. “Lo que sí existe”, apunta,
“es una literatura de mujeres igual que existe una de hombres con
algunas características propias”. Sin embargo, para ella tampoco son
equivalentes porque “por razones históricas la de hombres se ve a sí
misma como universal y no tiene conciencia de ser masculina, y en
cambio, la de mujeres, como pasa con la afroamericana o la judía, parte
de una aguda conciencia de la identidad como algo polémico”.
- Laura Freixas
En España, el
98% de los responsables institucionales se manifiestan en favor de la
igualdad, pero sólo el 18% de ellos ha dispuesto un plan específico que
la tenga como meta. Para Margarita Borja “es algo muy grave”. “Es como
si alguien incumple las normas de tráfico. Es serio porque afecta a la
vida diaria. Ahora hay una conciencia clara de que la igualdad es
necesaria, pero surge otro problema, el de a mí que no me pongan la
tarea porque no lo voy a hacer”, explica.
Por eso cree
que la solución pasa por tomar una serie de medidas que hagan de la Ley
de Igualdad una realidad. Una de las finalidades del encuentro
internacional celebrado en Madrid ha sido convocar a partidos políticos
y a representantes de las estructuras de producción, dependientes de la
Administración, para darles a conocer diferentes propuestas que se
están llevando a cabo con éxito en otros países.
Entre ellas se
encuentra la firma a una ‘adhesión’, una especie de propósito de buena
voluntad para crear ‘Temporadas de Igualdad’ que se celebrarían de
septiembre a junio. En Francia se han llevado a cabo en cien teatros
desde la temporada 2011-2012 y los datos son alentadores. El Rond-Point
de París, por ejemplo, consiguió en 2014 un 36% de directoras, autoras
y coreógrafas; el Gérard Philipe, también durante el año pasado, ha
llegado al 42% de autoras y directoras; y el Teatro de la Bastilla y la
Comédie de Béthune, al 38% y al 52%, respectivamente, en 2013.
En el terreno
educativo se podrían llevar a cabo medidas parecidas a las adoptadas en
la Academia de Arte Dramático de Malmö, en Suecia, y que han quedado
recogidas también en el Encuentro. Hace 15 años una alumna del último
curso denunció no haber recibido la misma formación que sus compañeros
actores. Argumentó que se sentía incómoda porque hablaba muy rápido y
nadie le había corregido, que no tenía demasiada presencia en escena y
que había actuado siempre en papeles secundarios. Este episodio provocó
una reacción y hoy el repertorio y el reparto es elegido en paridad,
aunque para llegar a ello se requiera de un largo proceso, como contar
los minutos y las líneas de texto de los personajes. Más tarde, en
2006, las cuatro academias de teatro nacionales se pusieron de acuerdo
para tomar conciencia sobre la construcción de la masculinidad y
feminidad en escena y hoy van más allá de los minutos o las frases y
ofrecen una visión de la obra crítica e innovadora que se refleja en el
público.
Una mayoría
El proceso
pasa en parte por aquello que muchos llaman “discriminación positiva” y
que trata de paliar una situación de desigualdad flagrante. “En otros
colectivos estas ayudas se aceptan sin ningún problema y todo el mundo
lo entiende. Cuando se trata de mujeres el prejuicio está mucho más
enraizado. ¿Por qué? Supongo que es porque somos la mitad de la
población e inspiramos más desconfianza que un grupo minoritario”,
contesta Laura Freixas.
Para Concha
Hernández, directora delFestival Ellas Crean, este tipo de iniciativas
siguen siendo necesarias porque muestran que hay mujeres que escriben,
mujeres que componen, que cantan, que dirigen películas y que no están
representadas en el mundo real. “Ellas Crean tiene un papel
reivindicativo pero también es una fiesta. Escogemos a mujeres pero no
por su condición, sino porque en ellas hay una calidad. No es un
contenedor más”, matiza.
“Creo que hay
que ver la presencia de la mujer en las artes con naturalidad. Además,
igual que ella debe estar más presente en el ámbito de lo público, el
hombre debe también estar presente en el de lo privado. Es un
enriquecimiento mutuo y todo consiste en compartir”, explica.
Sin embargo,
para las asociaciones es fundamental que se aplique el Artículo 26 de
la Ley de Igualdad Orgánica y Efectiva de 2007, referido a la igualdad
en la creación y producción artística e intelectual, y creen que para
eso son necesarias cláusulas sancionadoras. También la creación de
comisiones paritarias en todos los ámbitos de la creación, medidas
transversales y sistemas de mentoring que fomenten las iniciativas de
jóvenes creadoras. Además recuerdan que nada de esto puede hacerse sin
fondos.
“El avance
nunca se produce por sí solo. Lo hacemos las personas con conciencia,
con ganas de hacer cosas, con ideas claras, con datos en la mano. El
avance depende de eso y es muy peligroso creer, porque es falso y
contraproducente, que las cosas se consiguen sólo con tiempo”, afirma
Freixas. “El voto femenino, por ejemplo, no lo consiguió el tiempo, lo
consiguió Clara Campoamor. Creíamos que con eso y el creciente ingreso
de mujeres en las facultades de Letras o Bellas Artes la igualdad
vendría por sí sola pero no ha venido”.
Fotos: Flickr / Uwe Mayer). Archivo AmecoPress.
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