Será la Primera Sala del máximo tribunal, quien decida si otorgar el amparo para que las autoridades judiciales del Estado de México vuelvan a investigar la muerte de Mariana, ahora bajo la óptica de feminicidio. Las inconsistencias en la reconstrucción de hechos, en el desahogo de pruebas y en las diligencias forenses lograron que el caso fuera tomado por la principal instancia de justicia del país.
Mariana Lima Buendía, una abogada de 29 años, murió hace casi cinco
años. Su esposo Julio César Hernández Ballinas – un policía judicial
con un historial de golpes y amenazas a su esposa- dijo en su momento
que la muerte de esta joven de Chimalhuacan había sido un suicidio. Y
así lo dictaminaron inicialmente las autoridades.
Sin embargo, la madre de Mariana, Irinea Buendía, nunca aceptó la versión oficial
y decidió gastar cinco años de su vida tratando de convencer a veinte
ministerios públicos, tres fiscales y tres procuradores estatales de
que la muerte de Mariana – quien cumpliría 34 años este miércoles 25 de
marzo – no había sido un suicidio.
A Mariana, asegura Irinea, la asesinó su marido.
Hoy, finalmente, el caso podría dar un giro en la Suprema Corte.
Irinea Buendía
Irinea, quien está por cumplir los 63 años, dedicó su tiempo a
estudiar libros de criminalística y derecho para impedir, junto con el
Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, que el caso cerrara.
En septiembre de 2013 la SCJN, de manera histórica, atrajo por primera
vez un caso por posible feminicidio bajo el número de expediente
554/2013.
Será la Primera Sala del máximo tribunal, quien decida si
otorga el amparo para que las autoridades judiciales del Estado de
México vuelvan a investigar la muerte de Mariana, ahora bajo
la óptica de feminicidio. Las inconsistencias en la reconstrucción de
hechos, en el desahogo de pruebas y en las diligencias forenses
lograron que el caso fuera tomado por la principal instancia de
justicia del país.
Antecedentes violentos, la clara sospecha de un feminicidio
“Vas a terminar en uno de esos tinacos donde eché a otras dos que no
aprendieron a tratarme como debían” fue una de las amenazas recibidas
que Mariana le llegó a relatar a su madre.
“A mí me llamó un día y me dijo: señora voy a matar a Mariana”
asegura Irinea, quien el 28 de junio de 2010, recibió el aviso
definitivo: Mariana había muerto – se colgó – le dijo Hernández
Ballinas por teléfono cerca de las 7 de la mañana.
La muerte de Mariana ocurrió un día después de que decidiera
denunciar a Hernández Ballinas por la violencia física e incluso sexual
que padecía en casa. Familiares y amigos han reiterado en declaraciones
ministeriales las intenciones de la joven de abandonar, ese 28 de
junio, la casa donde vivía con su entonces esposo.
Irinea Buendía asegura haber llegado en menos de una hora desde
Nezahualcóyotl al domicilio en Chimalhuacán, ambos en el Estado de
México. Encontró la casa, que aún permanecía en construcción,
con la puerta abierta y vio el cuerpo de Mariana tendido sobre la cama
con ropa del día anterior, el cabello húmedo, los pies limpios, así
como golpes y rasguños en todo el cuerpo.
Julio César Hernández llegó a su casa cerca de las 8:30 del día,
acompañado de un Ministerio Público y un par de peritos para realizar
las diligencias correspondientes. Previamente movió el cuerpo de
Mariana de la posición en que supuestamente lo había encontrado.
De acuerdo con el abogado Rodolfo Domínguez Márquez, uno de los
responsables de que el caso de Mariana Lima haya llegado a la Suprema
Corte, en la declaración de Julio César Hernández, éste aseguró encontrar a Buendía colgada de un clavo
– que servía para sostener cortinas – con un hilo que no rebasa los 5
milímetros de grosor. El policía judicial dijo que intentó reanimarla
con “masajes en los pies y besitos” y al ver que no hubo resultado puso el cuerpo sobre la cama.
Para la madre de Mariana lo más complicado durante los últimos cinco
años ha sido empoderarse y enfrentar a autoridades que “no son ni
siquiera para darme copias. En una ocasión me tuvieron allí escribiendo
desde las 10 de la mañana hasta las 7 de la noche por copias (del
expediente) que yo necesitaba” dice Irinea en entrevista con Animal
Político.
Buendía asegura que la pelea jurídica que emprendió desde 2010 le ha
permitido entender “qué fue lo que había pasado con mi hija. Y espero
de la Suprema Corte una resolución de altura, no esperamos menos”.
Obstrucción de la justicia, el obstáculo más grande
Para el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) es
fundamental que la SCJN especifique cómo tendrá que hacerse la
investigación de la muerte de Mariana Lima, es decir, que se realice
con peritos expertos en criminalística, en medicina forense, y en
antropología social, lo que implica tomar en cuenta antecedentes de
violencia que haya vivido la víctima.
María de la Luz Estrada, Coordinadora Ejecutiva del Observatorio
asegura que la decisión de la máxima autoridad en impartición de
justicia en México se da en un contexto histórico, porque se vive el peor panorama en cuanto a violencia contra mujeres.
“Se combinan impunidad, con la discriminación y todas las omisiones
de las propias autoridades, es una combinación perversa” asegura
Estrada en entrevista con Animal Político.
El Protocolo de Actuación en la Investigación del Delito de Homicidio desde la Perspectiva del Feminicidio obliga
a que Ministerios Públicos, policías judiciales, ministeriales y
peritos sigan una metodología de seis pasos que implica el
levantamiento de indicios, el apoyo en investigación criminalística y
la reconstrucción de los hechos.
De acuerdo con Luz Estrada en el expediente del caso de Mariana Lima
Buendía, el entonces Procurador General de Justicia del Estado de
México, Miguel Ángel Contreras Nieto, admitió las fallas de la procuraduría en la investigación, concretamente en el protocolo mencionado.
Según datos del OCNF de 2012 a 2013 se cometieron 535 asesinatos de
mujeres, de éstos 140 fueron investigados como feminicidios y sólo 10
terminaron con sentencia. La organización asegura que después de
documentar las muertes violentas de mujeres en el Edomex, identificaron
que en los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Chalco, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli,
existen “patrones sistemáticos de violencia contra las mujeres” como la
desaparición, la brutalidad en cómo fueron asesinadas, y los lugares
donde se hallan los cuerpos: lotes baldíos, tiraderos de basura,
canales de desagüe, calles y avenidas.
Video del testimonio de Irinea Buendía, realizado por el
Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, Católicas por el
Derecho a Decidir y Somos el Medio
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