El 70 % de los personajes que aparecen en el cine son hombres. Dato
curioso, si tenemos en cuenta que el 50 % de los habitantes del mundo
son mujeres.
Tenemos pues una primera evidencia: algo chirría,
aunque solo sea desde un punto de vista fríamente numérico, en la
representación del mundo que nos ofrece el cine (véase el estudio Gender Bias Without Borders del Geena Davies Institute, 2014). Pero vamos ahora con lo cualitativo. Y utilicemos como ejemplo las cinco cintas nominadas al Goya a la mejor película.
Empecemos con la ganadora, La isla mínima, y con El Niño.
Ambas responden a un modelo muy habitual en el cine dirigido al gran
público, que podríamos resumir en tres reglas. Una: la acción gira en
torno a hombres que pelean. Dos: contrariamente a los varones, las
mujeres nos son presentadas no en función de sus proyectos propios o de
las relaciones que establecen con los personajes de su mismo sexo, sino
según sus relaciones con los hombres. Tres: que un personaje femenino se
dibuje como positivo (o al menos, indiferente) o negativo depende de si
favorece o entorpece los proyectos masculinos. Tanto en La isla mínima como en El Niño, los papeles de ellas, muy secundarios, consisten principalmente en ayudarlos a ellos: en La isla...,
aparecen solamente para dar pistas a los inspectores que ocupan el
centro de la narración; sus propias vivencias importan poco (¿por qué,
por ejemplo, no se da mayor protagonismo a la madre de las víctimas, o a
sus compañeras, o a ellas mismas, en flash-back?). En El Niño
sirven también de apoyo (una ayuda a los policías, la otra a los
traficantes) o de reposo del guerrero, al que relajan con un rato de
sexo o consuelan visitándole en la cárcel.
En cuanto a los
personajes femeninos negativos, en el modelo de cine del que estamos
hablando (que no es el único, pero sí el dominante), responden a los
estereotipos de loca, víctima o manipuladora. Este último resulta
especialmente interesante: versión aggiornata de una figura de
larga tradición, la bruja, sirve para corroborar la idea, fundamental en
el patriarcado, de que el poder en manos femeninas es siempre ilegítimo
y peligroso. Veámoslo en otra de las películas nominadas, Magical Girl:
aparecen en ella una niña y una mujer, ambas manipuladoras (la adulta
encarna además los otros dos modelos clásicos: loca y víctima). Si uno
de los protagonistas masculinos se convierte en chantajista y el otro en
asesino, es por culpa de la hija en un caso y de la examante en otro
(ya se sabe: cherchez la femme).
¿Qué es entonces una
película machista? La que aplica y corrobora los principios del
patriarcado, como considerar que los hombres merecen más protagonismo
que las mujeres, o que una mujer se define por su relación con un
hombre, o que las mujeres, si no son complacientes, son odiosas, o que
si tienen algún poder, lo han obtenido por medios turbios y lo ejercen
con consecuencias nefastas.
A quienes formulamos este tipo de
críticas se nos suele responder que la sociedad es machista y el cine, o
la cultura en general, se limita a reflejarlo. Bien, el simple dato de
que solo el 30% de los personajes cinematográficos son femeninos, siendo
así que en la sociedad, machista o no, ellas son el 50%, debería bastar
para poner en duda esa afirmación. En cuanto al contenido de las
películas, muchos creen, y así lo dicen, que quienes protestamos contra
el machismo preferiríamos un arte que se tapase púdicamente los ojos
ante una realidad desagradable, sustituyéndola por una ñoña Disneylandia
donde todo el mundo es bueno. Así por ejemplo, en un reciente
comentario titulado ¿Faltan mujeres en los Oscares?, la crítica cinematográfica mexicana Fernanda Solórzano afirma que la película Perdida (David Fincher 2014) "muestra la vida como es, no como debería ser".
La película narra (atención: ¡spoiler!)
los turbios manejos de una mujer que finge ser violada y asesinada con
la única intención de destrozarle la vida a su marido. Es algo que
probablemente no ha sucedido jamás, mientras que como ustedes saben,
cada año miles de mujeres son violadas y asesinadas en todo el mundo.
¿No es increíble que una crítica de cine pueda afirmar que Perdida
"muestra la vida como es"? Increíble... y una prueba de la eficacia del
cine. Y por cierto, ¿piensan ustedes que una película que mostrara un
hombre fingiendo su asesinato a manos de yihadistas para perjudicar a la
comunidad musulmana se exhibiría con toda normalidad en los cines, como
se exhibe Perdida?
La sociedad es machista, el cine no
tiene por qué serlo. Qué mejor prueba de ello que las otras dos cintas
nominadas al Goya a la mejor película: Relatos salvajes y Loreak. En Relatos...
aparece un espléndido e inusual personaje femenino: la novia engañada
que con su violenta venganza se gana el respeto del hombre que la
engañó. En cuanto a Loreak, muestra algo que sucede en la
realidad y que es importantísimo para las mujeres: la amistad y
enemistad entre ellas, pero de lo que el cine raramente se ocupa; y lo
hace con respeto, con hondura, y sin idealización.
Acabo con dos
observaciones y un ruego. Observación sobre las causas: ¿por qué hay
tanto cine machista? Algo tendrá que ver el hecho de que más del 90 % de
las películas son dirigidas, y la gran mayoría también escritas y
producidas, por hombres (véase Cine y género en España, un
estudio dirigido por Fátima Arranz, ed. Cátedra, 2010); comparemos, por
cierto, cómo trata la violencia machista David Fincher y cómo Icíar
Bollaín en Te doy mis ojos. Observación sobre las
consecuencias: la insensibilidad social respecto a, por ejemplo, la
violencia de género (preocupa a una ínfima parte de los españoles según
los estudios del CIS) algo tendrá que ver con un cine que presenta a las
mujeres como seres de poca importancia y que, si no son sumisas, son
odiosas. Y para terminar, un ruego: señores cineastas (a las señoras no
hace falta pedírselo, porque ya lo hacen), innoven un poco.
No repitan
una y otra vez y otra y otra los mismos clichés: el hombre interesante,
heroico incluso si es villano, la chica sexy, la mujer loca, víctima o malvada... Que estamos indignadas, pero además, aburridísimas.
Fuente: http://www.huffingtonpost.es/laura-freixas/que-es-una-pelicula-machista_b_6833124.html
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