Nueva York, 24 marzo. 15, SEMlac/ AmecoPress. El
edificio de Naciones Unidas poco a poco se ha quedado solo. Las mujeres
migraron después de una intensa actividad. Más de 200 reuniones
paralelas y el temor de ir para atrás en los derechos de las mujeres.
Los pasillos son transitables, ya no hay algarabía, sino negociaciones
muy diversas. Una principal es la de la financiación para lo que sigue,
tras un reconocimiento tácito de que las cosas no fueron todo lo
exitosas que parecían.
Ya sé, cuando
esto se lea, habrá muchas personas que dirán que ya lo sabían. Y la
realidad es la mejor muestra. Pero la realidad está hecha de varias
imágenes.
¿Quién no
recuerda las discusiones en el año 2000, (porque todo se encorchetaba,
como se dice en la jerga de Naciones Unidas) la batalla para ponerle el
nombre a los derechos sexuales y reproductivos, el tema de incorporar
por ley la igualdad entre hombres y mujeres, las resistencias
conservadoras y machistas para el establecimiento de las cuotas de
género, la reafirmación de que los derechos humanos también incluyen a
las mujeres, los diálogos infinitos para acordar cómo abordar el asunto
de las costumbres y las religiones que se tratan de imponer en países
laicos?
Las acciones de
las mujeres organizadas y sus alianzas para ir caminando, aunque sea un
pasito, tienen sentido y la ventaja es que hay quienes invierten
energía y tiempo para hacerlo. Aquí eso sucedió, un pasito, dejar en
claro que no puede seguir adelante la discusión mundial, que tiene que
mirar otros 15 años adelante, tratando de enderezar al planeta amenazado
por la pobreza, la rebelión con causa, las guerras y la escasez de
energéticos. Acciones que no pueden hacer invisible que hay medio mundo,
exactamente, la mitad de todo, que somos las mujeres.
La diferencia
es que aquí se fueron las mujeres un poco decepcionadas porque al
movimiento feminista, promotor, autor, vanguardia en cada tramo de
avance y ley, lo sacaron del edificio de Naciones Unidas, le cortaron la
tradicional interlocución e intentaron acallarlo en sus reclamos. El
pasito es que sí, que algunas ONG se entrevistaron con la jefa de ONU
Mujeres, se quejaron del bajo perfil para las actoras principales y de
la desequilibrada forma de funcionamiento.
Otras pudieron
estar con sus misiones gubernamentales. Hablarle de tú a la autoridad y
solicitar asientos, compromisos, reuniones para el futuro, e hicieron
presencia. Hasta les exigieron, como si estuvieran en casa. En misiones
donde hay una postura abierta, como en la de México, haciendo honor a su
antigua tradición de política exterior y apertura, que ya se nos había
olvidado, después de aquel "comes y te vas". Hace dos días hasta las 2
de la mañana estuvo la discusión para que el seguimiento de esta
evaluación mundial se haga incluyendo a la sociedad civil, pero no solo
eso, recuperando palabras que en los documentos de Naciones Unidas son
fundamentales. ¿Cómo? Es que de pronto en esas reglas se tachó derechos
humanos una y otra vez, en párrafos que parecían inocentes, o se
pretendía eliminar el diálogo social, o se daba más importancia a
pequeños avances que a los grandes y persistentes problemas.
El barco se
enderezó, los compromisos del ECOSOC, la intervención diplomática de
varios países, entre ellos México, la fuerza de la razón y, aunque no se
crea, la importancia de la presencia física de las organizaciones,
cuando menos detuvo la intención de los encubiertos machos, de los
países de siempre, esa, una intención de atraso y desmesura. Se me
acelera el corazón cuando me acuerdo, y cuando me veo con tanta
inocencia en el pasado. En el año 2000 apenas había un dato sobre el
negocio universal de la trata con fines de explotación sexual, hoy es un
tema de preocupación en la boca del ECOSOC. Entonces era de vida o
muerte dialogar con la delegación mexicana, de vida o muerte un párrafo
que se quería quitar.
Claro que algo
cambió, y los gobiernos que son las Naciones Unidas, saben muy bien que
el trabajo de las mujeres es garantía para que sobreviva el sistema
económico y base de grandes ganancias en todos sentidos. ¿Qué harían los
dueños del mundo sin la inteligencia y los brazos para trabajar que hoy
aportan las mujeres? Incluso en ese que parece el más atrasado, en
donde las mujeres con burka también producen para la economía mundial.
Lo que sigue: El Post 2015
Se llama agenda
de desarrollo post 2015. Esta agenda es la negociación central en las
oficinas y las dependencias de las Naciones Unidas.
La agenda debe
contener claramente un enfoque de derechos humanos: se dice que será una
agenda universal, transformadora, centrada en la inclusión
socioeconómica y el desarrollo sostenible.
Una parte
central de dicha agenda son los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS), que a diferencia de los Objetivos del Milenio (ODM) que fueron
elaborados por pocos y sin participación.
Ahora están
hechos a través de un proceso intergubernamental de negociación de más
de 18 meses, en el que contribuyeron no solo estados miembros de
Naciones Unidas, sino actores relevantes de la sociedad civil, la
academia y los organismos internacionales. México, hay que saberlo, hay
que anotarlo, según se sabe, impulsó la perspectiva de inclusión social y
económica, la naturaleza transversal de la perspectiva de género y el
empoderamiento de las mujeres, así como el enfoque y conocimiento de que
la pobreza tiene efectos multidimensionales.
Se espera que
la agenda de desarrollo post 2015 y sus ODS como guía para la acción
global, regional y nacional en los próximos 15 años, sean adoptados en
una cumbre a celebrarse en septiembre de 2015, en la que participarían
jefes de estado y de gobierno. Es ahí donde deben estar bien puestos los
derechos de las mujeres.
De esta agenda
debe desprenderse la rendición de cuentas. Misma que no podrá tener
sentido, si no hay forma de medir, mecanismos claros de demostración
tanto de avance como de retroceso. Un tema fundamental del que la
sociedad civil debe tomar nota. Por eso es tan trascendente que las
mujeres no se desprendan de estar siempre alertas.
Aunque requieran de gran esfuerzo para estar dentro del proceso de información y negociación, en esos, estos, y los que siguen.
Foto: archivo AmecoPress
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