Alfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
Antecedentes: el justificado pánico de Song Hongbing por su exitoso libro La guerra de las divisas ha empezado a expandirse en los principales centros financieros del mundo, tanto por la venta masiva del yen por las autoridades financieras de Japón –para detener el ascenso que daña sus exportaciones– como por el más reciente reclamo de Tim Geithner –malhadado secretario del Tesoro de Estados Unidos (EU)–, quien exige la revaluación del yuan de China.
La guerra de las divisas, de Song, ha cautivado a la cúpula del poder en China (ver Bajo la Lupa, 12 y 15/9/10), pero ha exasperado tanto al portavoz del neoliberalismo global, The Financial Times (Los chinos compran una teoría conspirativa, Richard McGregor, 25/9/07) y, por añadidura, a sus palafreneros globales y a sus caricaturas tropicales/locales.
Antecedentes: el justificado pánico de Song Hongbing por su exitoso libro La guerra de las divisas ha empezado a expandirse en los principales centros financieros del mundo, tanto por la venta masiva del yen por las autoridades financieras de Japón –para detener el ascenso que daña sus exportaciones– como por el más reciente reclamo de Tim Geithner –malhadado secretario del Tesoro de Estados Unidos (EU)–, quien exige la revaluación del yuan de China.
La guerra de las divisas, de Song, ha cautivado a la cúpula del poder en China (ver Bajo la Lupa, 12 y 15/9/10), pero ha exasperado tanto al portavoz del neoliberalismo global, The Financial Times (Los chinos compran una teoría conspirativa, Richard McGregor, 25/9/07) y, por añadidura, a sus palafreneros globales y a sus caricaturas tropicales/locales.
En los prolegómenos a la gran fiesta de la era del espectáculo, se alzaron voces de obispos que proclamaban el arrepentimiento de última hora de Miguel Hidalgo y de José María Morelos y Pavón. En Chihuahua fue excomulgado Hidalgo y fusilado de rodillas; de inmediato le cortaron la cabeza que colgarían en la Alhóndiga de Granaditas para escarmiento del pueblo. En las fiestas del bicentenario, el alcalde de Ciudad Juárez, Chihuahua, dio el Grito aislado, ante tropas que vigilaban la plaza vacía. Ecos del silencio impuesto por el miedo y el desgobierno en docenas de pueblos.
Y todavía difundieron por ahí que Miguel Hidalgo no proclamó la independencia de la que hoy es república democrática, representativa, federal y laica. Al día siguiente de la fiesta espectacular y mediática, del llamado a quedarse en casa y no ir al Zócalo de la tradición popular, hubo cuatro discursos ante la columna de la Independencia. Y ahí citaría el senador Manlio Fabio Beltrones a Morelos, el Siervo de la Nación. Palabras con las que el arriero transformado en libertador, instaurador de la Constitución de Apatzingán, afirma que Miguel Hidalgo declaró a nuestra tierra independiente de la corona española. Y Morelos fue atormentado, excomulgado, maldecido a padecer por toda la eternidad y fusilado por traer consigo un retrato de Miguel Hidalgo.
Quisieron borrar su imagen, deshacer lo hecho en unos cuantos meses de campaña que despertaron la conciencia de un pueblo miserable, explotado, humillado; en el corto tiempo que tardó en proscribir la esclavitud y declarar libre a todo aquel que pisara esta tierra. Hoy vuelven las consejas reaccionarias, en voces electrónicas, a repetir la fantasía aristocratizante: al emperador Maximiliano debemos el Grito. Pero Ignacio López Rayón, compañero de luchas de José María Morelos, había evocado a Hidalgo y dado el Grito mucho antes de que fueran por el de Habsburgo a Miramar. Es que los pocos meses de la lucha terrenal de Hidalgo se hicieron horizonte de las luchas sociales, de la eterna visión de la utopía.
Hoy, como siempre, es soberano el que puede dictar el estado de excepción. Pero la soberanía nuestra dimana del pueblo y suya es la decisión de elegir a sus representantes, de otorgar su mandato. Ahí viene 20 de noviembre y habrá espectáculo para conmemorar el centenario de la Revolución Mexicana. El 15 de septiembre erigieron estatua efímera del Coloso: Juan Pueblo, pero con los rasgos de Benjamín Argumedo, el matador de chinos en Torreón, el que fuera fusilado por Venustiano Carranza, por haber traicionado a Francisco I. Madero. Y dicen que en Querétaro, cuna de la Constitución de 1917, adornaron las calles con imágenes del chacal Victoriano Huerta, el golpista asesino de Madero y Pino Suárez.
Hubo desfile festivo, carnaval, música y danzantes multicolores que recorrieron el Paseo de la Reforma y confluyeron en el Zócalo. Ahí vendría el Grito. Y los cadetes del Colegio Militar escoltaron al Presidente que haría sonar la campana de Dolores y gritaría vivas a los héroes que nos dieron patria y libertad. Y al dejar de ondear la bandera el presidente Calderón, los 60 mil mexicanos que tuvieron acceso al Zócalo, así como los millones que se quedaron en casa a gozar el espectáculo en la televisión, vieron los fuegos de artificio importados que por un momento ofrecieron la visión del incendio de Palacio Nacional y de una densa humareda que borró de la escena a la Catedral. Vade retro.
Unidad, unidad, es la consigna del poder constituido y de los grupos de poder real. Los heraldos de Palacio anunciaron que asistirían a Palacio, participarían de los festejos y gozarían de la ceremonia, antiguos presidentes de México. Viven cinco ciudadanos que fueron titulares del Poder Ejecutivo antes que Felipe Calderón: Luis Echeverría, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox. Luis Echeverría y Miguel de la Madrid no fueron a la fiesta por motivos de salud. Ernesto Zedillo dijo que él vive fuera del país y mantuvo su sana distancia. Salinas y Fox asistieron. Fox se asomó al balcón y, portento de portentos, hizo mutis, desapareció como villano de ópera. Carlos Salinas se apareció y dijo que era la hora de la unidad.
Se remontó a 1942 y rememoró el acto solemne con el que Manuel Ávila Camacho pudo mostrar unidos a los que dividió el ejercicio del poder. Particularmente a Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. Volvió Calles del ostracismo, asistieron ambos y se saludaron respetuosamente al entrar al salón de Palacio. Esa imagen quiso invocar Carlos Salinas. Pero ahora no hay fantasma de maximato y al ejemplificar la unidad de entonces, dejó en el olvido a varios de los asistentes al llamado de Ávila Camacho; entre otros, nada menos que a Abelardo L. Rodríguez. En fin, la unidad de hoy nada tiene que ver con la de aquel entonces, aunque ambas sean por el bien de México.
Horas antes, no lejos del Zócalo, en Tlatelolco, Andrés Manuel López Obrador daba el Grito de los libres. ¡Arriba los de abajo!, ¡abajo los de arriba! La oligarquía y la mafia que se apoderó de México; la urgencia de mantenerse alertas para votar el año de 2012 y así evitar que le vuelvan a robar la Presidencia. Menos mal que los pobres no estuvieron ausentes del Grito de los Libres. A ellos nadie les podía decir que se quedaran en casa y vieran al estratega de Nacajuca por televisión. Porque el telepoder conspira para hacer presidente a Enrique Peña Nieto, dice López Obrador. Y el PRD bajo el mando de Jesús Ortega se ha puesto al servicio del PAN, de César Nava, de Felipe Calderón, de la derecha ultramontana, intolerante, empeñada en acabar con el Estado laico.
Motivos más que suficientes para lanzar un grito. Pero vino el diluvio y Marcelo Ebrard le pide a los habitantes del Distrito Federal que se queden en casa. Vea la era del espectáculo en aparatos digitales; viva el momento histórico en vivo y en directo, a todo color, con música y letra compuestas para la ocasión. Fidel Herrera Beltrán, quien no apareció en las pantallas al cumplirle a los de Tlacoltalpan y dar el Grito en la maravillosa capital de las décimas y el son, estuvo ante las cámaras y tuvo micrófono al entrar el huracán Karl a tierra en Veracruz. Soplan vientos de fronda.
El general Galván, secretario de la Defensa, afirma que los soldados permanecerán en las calles, que no es hora de hablar de treguas, que cualquier retirada fortalecería al enemigo, al crimen organizado. Y volvió a pedir que el Congreso aprobara la legislación que les permita actuar sin riesgo de violentar norma alguna. No hace falta. Bastaría que su jefe, el Presidente de la República, solicitara autorización del Congreso para declarar la suspensión de garantías individuales donde fuera necesario.
A pesar de las víctimas, de los no combatientes muertos, los mexicanos que no se quedaron frente a la televisión expresaron admiración y afecto por las fuerzas armadas, por las tropas del Ejército de la Revolución Mexicana que desfilaron el 16 de septiembre. Los pueblos tienen memoria.
Del proceso histórico se nutre y enriquece el imaginario colectivo. Morelos fue arriero. También Vicente Guerrero. Las decenas de miles de niños y niñas nómadas, jornaleros agrícolas sin escuela y con hambre, no aparecen en los festejos de la era del espectáculo. Pero a la distancia se oyen voces: ¡Arrieros somos...!
Y todavía difundieron por ahí que Miguel Hidalgo no proclamó la independencia de la que hoy es república democrática, representativa, federal y laica. Al día siguiente de la fiesta espectacular y mediática, del llamado a quedarse en casa y no ir al Zócalo de la tradición popular, hubo cuatro discursos ante la columna de la Independencia. Y ahí citaría el senador Manlio Fabio Beltrones a Morelos, el Siervo de la Nación. Palabras con las que el arriero transformado en libertador, instaurador de la Constitución de Apatzingán, afirma que Miguel Hidalgo declaró a nuestra tierra independiente de la corona española. Y Morelos fue atormentado, excomulgado, maldecido a padecer por toda la eternidad y fusilado por traer consigo un retrato de Miguel Hidalgo.
Quisieron borrar su imagen, deshacer lo hecho en unos cuantos meses de campaña que despertaron la conciencia de un pueblo miserable, explotado, humillado; en el corto tiempo que tardó en proscribir la esclavitud y declarar libre a todo aquel que pisara esta tierra. Hoy vuelven las consejas reaccionarias, en voces electrónicas, a repetir la fantasía aristocratizante: al emperador Maximiliano debemos el Grito. Pero Ignacio López Rayón, compañero de luchas de José María Morelos, había evocado a Hidalgo y dado el Grito mucho antes de que fueran por el de Habsburgo a Miramar. Es que los pocos meses de la lucha terrenal de Hidalgo se hicieron horizonte de las luchas sociales, de la eterna visión de la utopía.
Hoy, como siempre, es soberano el que puede dictar el estado de excepción. Pero la soberanía nuestra dimana del pueblo y suya es la decisión de elegir a sus representantes, de otorgar su mandato. Ahí viene 20 de noviembre y habrá espectáculo para conmemorar el centenario de la Revolución Mexicana. El 15 de septiembre erigieron estatua efímera del Coloso: Juan Pueblo, pero con los rasgos de Benjamín Argumedo, el matador de chinos en Torreón, el que fuera fusilado por Venustiano Carranza, por haber traicionado a Francisco I. Madero. Y dicen que en Querétaro, cuna de la Constitución de 1917, adornaron las calles con imágenes del chacal Victoriano Huerta, el golpista asesino de Madero y Pino Suárez.
Hubo desfile festivo, carnaval, música y danzantes multicolores que recorrieron el Paseo de la Reforma y confluyeron en el Zócalo. Ahí vendría el Grito. Y los cadetes del Colegio Militar escoltaron al Presidente que haría sonar la campana de Dolores y gritaría vivas a los héroes que nos dieron patria y libertad. Y al dejar de ondear la bandera el presidente Calderón, los 60 mil mexicanos que tuvieron acceso al Zócalo, así como los millones que se quedaron en casa a gozar el espectáculo en la televisión, vieron los fuegos de artificio importados que por un momento ofrecieron la visión del incendio de Palacio Nacional y de una densa humareda que borró de la escena a la Catedral. Vade retro.
Unidad, unidad, es la consigna del poder constituido y de los grupos de poder real. Los heraldos de Palacio anunciaron que asistirían a Palacio, participarían de los festejos y gozarían de la ceremonia, antiguos presidentes de México. Viven cinco ciudadanos que fueron titulares del Poder Ejecutivo antes que Felipe Calderón: Luis Echeverría, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox. Luis Echeverría y Miguel de la Madrid no fueron a la fiesta por motivos de salud. Ernesto Zedillo dijo que él vive fuera del país y mantuvo su sana distancia. Salinas y Fox asistieron. Fox se asomó al balcón y, portento de portentos, hizo mutis, desapareció como villano de ópera. Carlos Salinas se apareció y dijo que era la hora de la unidad.
Se remontó a 1942 y rememoró el acto solemne con el que Manuel Ávila Camacho pudo mostrar unidos a los que dividió el ejercicio del poder. Particularmente a Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. Volvió Calles del ostracismo, asistieron ambos y se saludaron respetuosamente al entrar al salón de Palacio. Esa imagen quiso invocar Carlos Salinas. Pero ahora no hay fantasma de maximato y al ejemplificar la unidad de entonces, dejó en el olvido a varios de los asistentes al llamado de Ávila Camacho; entre otros, nada menos que a Abelardo L. Rodríguez. En fin, la unidad de hoy nada tiene que ver con la de aquel entonces, aunque ambas sean por el bien de México.
Horas antes, no lejos del Zócalo, en Tlatelolco, Andrés Manuel López Obrador daba el Grito de los libres. ¡Arriba los de abajo!, ¡abajo los de arriba! La oligarquía y la mafia que se apoderó de México; la urgencia de mantenerse alertas para votar el año de 2012 y así evitar que le vuelvan a robar la Presidencia. Menos mal que los pobres no estuvieron ausentes del Grito de los Libres. A ellos nadie les podía decir que se quedaran en casa y vieran al estratega de Nacajuca por televisión. Porque el telepoder conspira para hacer presidente a Enrique Peña Nieto, dice López Obrador. Y el PRD bajo el mando de Jesús Ortega se ha puesto al servicio del PAN, de César Nava, de Felipe Calderón, de la derecha ultramontana, intolerante, empeñada en acabar con el Estado laico.
Motivos más que suficientes para lanzar un grito. Pero vino el diluvio y Marcelo Ebrard le pide a los habitantes del Distrito Federal que se queden en casa. Vea la era del espectáculo en aparatos digitales; viva el momento histórico en vivo y en directo, a todo color, con música y letra compuestas para la ocasión. Fidel Herrera Beltrán, quien no apareció en las pantallas al cumplirle a los de Tlacoltalpan y dar el Grito en la maravillosa capital de las décimas y el son, estuvo ante las cámaras y tuvo micrófono al entrar el huracán Karl a tierra en Veracruz. Soplan vientos de fronda.
El general Galván, secretario de la Defensa, afirma que los soldados permanecerán en las calles, que no es hora de hablar de treguas, que cualquier retirada fortalecería al enemigo, al crimen organizado. Y volvió a pedir que el Congreso aprobara la legislación que les permita actuar sin riesgo de violentar norma alguna. No hace falta. Bastaría que su jefe, el Presidente de la República, solicitara autorización del Congreso para declarar la suspensión de garantías individuales donde fuera necesario.
A pesar de las víctimas, de los no combatientes muertos, los mexicanos que no se quedaron frente a la televisión expresaron admiración y afecto por las fuerzas armadas, por las tropas del Ejército de la Revolución Mexicana que desfilaron el 16 de septiembre. Los pueblos tienen memoria.
Del proceso histórico se nutre y enriquece el imaginario colectivo. Morelos fue arriero. También Vicente Guerrero. Las decenas de miles de niños y niñas nómadas, jornaleros agrícolas sin escuela y con hambre, no aparecen en los festejos de la era del espectáculo. Pero a la distancia se oyen voces: ¡Arrieros somos...!
El Buscón: Telescopio
Elecciones venezolanas y brasileñas: Las elecciones legislativas venezolanas de este 26 de septiembre son un hito en el camino a las presidenciales de 2012, en las que Hugo Chávez buscará que lo relijan por tercera vez. Todo indica que la oposición obtendrá una fuerte participación en la Asamblea Nacional, de la que actualmente está ausente como resultado de su decisión de abstenerse en los comicios. Lo que las urnas nos dirán es si logra una cantidad suficiente de diputados como para paralizar los proyectos gubernamentales… Por su parte, los diarios brasileños, como los paulistas Folha de Sao Paulo y O Estado de São Paulo, y algnos otros latinoamericanos, como El Universal, de Caracas, comunican que Dilma Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores, dirigido por el presidente Lula, sigue contando con una confortable intención de voto del 51 por ciento, a pesar de los escándalos en el gobierno. Por el contrario, José Serra, el abanderado de la derecha, perdió dos puntos y cuenta con el apoyo de 25 por ciento de los encuestados. Por lo visto, la utilización electoral de los escándalos en el PT, en los que no está involucrada Rousseff, dañó más a la oposición derechista que al PT mismo.
Desde otras ciudades
Berlín. A causa de la construcción de una línea del Metro, las tradicionales estatuas de Karl Marx y Friedrich Engels que adornan el Forum Marx-Engels de Berlín, frente a la alcaldía, fueron trasladadas aproximadamente 80 metros, informó en días pasados la compañía de transporte de Berlín BVG.
El grupo escultórico, que representa a Marx sentado mientras Engels está de pie a su lado apoyándole una mano en el hombro, es obra del escultor Ludwig Engelhardt. El gobierno de la entonces República Democrática alemana (RDA) le encargó homenajear al autor del Manifiesto comunista.
Cristina Pacheco: Mar de Historias
Ignoro en dónde están Salvador y Karla. Me alegra imaginarme que en todos estos años mis hijos no han tenido que hacer investigaciones para encontrarme. Saben que estoy en esta casa, la más modesta y también la más segura del mundo. Fue de mis abuelos, luego de mis padres y al fin nuestra: quiero decir de Renato y mía. Mucho antes de casarnos él y yo empezamos a construir el futuro sobre lo único que teníamos: nuestros sueños.
Realizamos los más importantes. Tal como lo proyectamos tuvimos sólo dos hijos: Salvador y Karla. Nacieron con un año de diferencia. Los inscribimos en la misma escuela. Compartieron los cuadernos, las cajas de colores, la mesa para hacer la tarea. Se peleaban rara vez y siempre por las mismas razones: la bicicleta o la televisión. Para meterlos al orden y evitar nuevos problemas, su padre los amenazaba con vender la bici y dejarlos una semana sin tele.
Raúl de la Rosa: Tiempo de Blues
Declaro pertenecer a esos mexicanos que creen tener motivos de sobra para festejar dos siglos de vida independiente, con todo y la ironía que esta aseveración pueda tener. Esta nación tiene una historia milenaria. Aquí coexisten diversas lenguas y pueblos, culturas diversas, una gastronomía que es Patrimonio de la Humanidad, y por todo esto y más, tenemos no sólo el derecho, si no también la obligación de festejar y recordar a aquéllos que buscaron otra forma de gobernarnos. No confundir peras con manzanas. Del México actual poco podrían reconocer Hidalgo, Morelos, Allende, doña Josefa Ortiz y demás personajes ilustres que nos antecedieron; su asombro sería inconmensurable. Al pensar que el horno no estaba para bollos (violencia, desempleo, etcétera), millones se preguntaron: ¿tenemos algo que celebrar? Si así fuere, ¿de que manera?
26 años
El 19 de septiembre de 1984 circularon los primeros ejemplares de La Jornada. Para bien y para mal, de entonces a la fecha han cambiado muchas cosas en México y en el mundo. Este proyecto editorial surgió para incidir, desde el quehacer periodístico, en una realidad nacional cerrada, inercial, excluyente y sofocante en la que ya se prefiguraban, como peligros, lo que hoy son tragedias para el país y sus habitantes: la pérdida de soberanía nacional, la profundización de las desigualdades sociales, la descomposición institucional, la dislocación económica, social y demográfica del agro, el divorcio entre la sociedad y sus representaciones políticas formales y la abdicación del Estado a algunas de sus responsabilidades constitucionales más básicas. En tal circunstancia, un grupo plural compuesto por informadores, académicos, artistas y dirigentes políticos y sociales convocó a la ciudadanía a participar en la construcción de un diario que diera cuenta de los aspectos del acontecer nacional que no aparecían en el conjunto de los medios, que informara con puntualidad y veracidad, sin buscar propósitos políticos inconfesables o de lucro, y que diera voz a quienes carecían de ella.
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El Correo Ilustrado
Aclara esposa de camarógrafo supuesto apoyo de la SSP
Quisiera hacer una aclaración de la carta de la directora general de Comunicación Social de la SSP, Verónica Peñuñuri Herrera, publicada el 18 de septiembre, con respecto a su afirmación en el sentido de que la SSP nos apoyó económicamente, a mí y a mis hijos, para nuestro traslado de Torreón a la ciudad de México.
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Rolando Cordera Campos: ¡Es la historia… y la moral!
Una nada rodeada de palabras: así, más o menos, describió José Chávez Morado al gobernador Vicente Fox, quien seguramente hizo pasar más de un mal rato al célebre pintor avecindado en Guanajuato. Lo que seguramente nunca imaginó es que más que un estilo personal de andar por la vida, esta nada se apoderaría del espíritu público mexicano a través de sucesivas presidencias, para alcanzar un clímax este 15 de septiembre con las patéticas manifestaciones de chabacanería interconstruida e importada de Australia.
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Guillermo Almeyra: Cuba: democracia y autogestión como fuerzas productivas
Previsiblemente, la crisis mundial –a la que se agrega el criminal bloqueo estadunidense– aumentará aún más su peso sobre Cuba, reduciendo el turismo e incluso las remesas de los cubanos emigrados. Las dificultades crecientes de la economía venezolana, así como el agravamiento de los desastres climáticos, son también factores que hay que tener en cuenta cuando se piensa en cómo sacar del actual pozo a la economía de la isla y en cómo reducir las tensiones sociales y políticas en un país que está instalado en una crisis profunda desde hace más de 20 años (la vida de una entera generación) y que no ve en el horizonte ni cambios reales ni objetivos alentadores sino sólo una dura lucha por la supervivencia dirigida además por el mismo sistema y los mismos cuadros que ayudaron a llegar a la actual dramática situación o que no supieron cómo evitarla.
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José Antonio Rojas Nieto: Collage de preocupaciones en Francia
París, 18 de septiembre. Si tratara de simplificar lo que la prensa, la radio y la televisión francesas difunden con mayor frecuencia e, incluso, mayor debate y discusión parecen provocar, podría decir que son cuatro cinco los puntos de tensión y atención en la Francia de hoy. Por una parte la delicada y controvertida decisión del Ejecutivo francés de expulsar a los gitanos de las tierras galas, que no sólo lo ha enfrentado con la oposición al interior de Francia, primordialmente con el Partido Socialista Francés, sino con varios jefes de gobierno de la Unión Europea, encabezados en su debate con Sarkozy por la canciller alemana Angela Merkel, y que somete a severo cuestionamiento la asunción de la presidencia de la Unión por el presidente galo, en noviembre próximo, a pesar del apoyo del italiano Berlusconi.
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Robert Fisk: La mentira detrás de los masivos suicidios de mujeres egipcias
Hay un canal de aguas negras afuera de la oficina de Azza Suleiman; una zanja en la que la porquería proveniente de uno de los peores barrios de El Cairo se ha vuelto un estanque de líquido negro. Una neblina azul de esmog y polvo envuelve a quienes circulan por los callejones aledaños; mujeres envueltas en gruesos chadores, hombres de blancas túnicas, vendedores de café, carretas jaladas por burros y pequeños recolectores de basura: niños de cinco y seis años que vienen de las colinas de Mokkatam a recoger la basura de la capital cada mañana, para alimentar cabras y cerdos que se crían en estos pútridos suburbios. Un velo de esmog se extiende sobre la miseria, pero un velo distinto cubre a Egipto, y Azza Suleiman está decidida a retirarlo.
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Ángeles González Gamio: Agasajo librero y mucho más
En la antigua calzada de Tlacopan, hoy calle de Tacuba, en el número 15, entre dos construcciones barrocas de tezontle y cantera, se yergue una casona afrancesada, también conocida como el Palacio de Mármol, por estar recubierta la fachada de ese material. Esta peculiar construcción separó el templo y el convento-hospital que había levantado la orden de los Betlemitas, bella edificación que quedó extrañamente mutilada como resultado de las Leyes de Reforma, que determinaron la separación de los poderes de la Iglesia y del Estado. Esto llevó a la destrucción de muchos edificios pertenecientes al clero, transformando radicalmente la imagen urbana de la ciudad de México a partir de 1861.
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Bárbara Jacobs: La libreta cadabra
Por fin en un impulso abrí la libreta que me regaló W, destapé la pluma y empecé a escribir. Llevaba meses acumulando versiones fallidas de un texto que me obsesionaba, y la libreta en mis manos me pareció un medio, aunque paradójico, factible y tentador para llegar a la ansiada escritura de un texto logrado. La libreta en sí, y las circunstancias en que había llegado a mi poder eran motivos que me atraían a usarla, pero que al mismo tiempo me parecían irracionales para ese fin. Me hacían creer que podía abordar la libreta con confianza y con tinta, y además me aseguraban que eso sí sería lo que definitivamente haría fluir el texto que hasta entonces se me negaba. Pero el temor a echar a perder la libreta con una nueva versión que a pesar de todo también resultara fallida, era una especie de alarma contra posibles consecuencias desfavorables a las que tendría que atenerme si aun así me atreviera a escribir en ella, una Leuchtturm 1917, de 90 x 150 mm y piel negra, que, en lugar de páginas a rayas, en blanco o cuadriculadas, las tiene de puntos para marcar con ellos los renglones, según me señaló al regalármela W, al que sorprendí fascinado pasar las yemas de sus dedos por las hojas numeradas.
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