Optimismo frente a la pandemia
La forma de ver una
calamidad como la que padecemos con cierto optimismo es esperar que se
vuelva una incitación y que genere una respuesta creativa en nosotros
(Toynbee). Un impulso para que México aproveche la lección de la
desdicha y busque soluciones mejores a las usuales. Entre muchos
aspectos negativos de nuestra sociedad, la epidemia está poniendo en
relieve al desastroso sistema sanitario que dejaron los gobiernos que
piadosamente llamamos neoliberales. Un aspecto más grave es la
desigualdad en la que vivimos: 50 millones de personas que viven en el
nivel de pobreza y algunos sectores en la miseria.
A veces las incitaciones son tan grandes que lejos de estimular a una
sociedad, la colapsan. Nuestra historia tiene un ejemplo: las grandes
epidemias del siglo XVI asociadas a la guerra y al hambre mataron,
probablemente, al 80 o 90 por ciento de la población indígena. Fue una
incitación imposible de responder. Para el siglo XVIII de los 14 o 20
millones de indígenas con los que se encontraron los conquistadores
españoles, quedaban sólo un millón 300 mil, pero se habían añadido 300
mil blancos y otro tanto de mestizos y negros. ¡Había surgido una nueva
nación!
La actual pandemia no tendrá el carácter apocalíptico de las
calamidades del siglo XVI y se encontrará con una sociedad mucho más
articulada y fuerte. Como dicen los economistas, se abrirá una gran
ventana de oportunidad para reformas profundas, en nuestras relaciones
con el exterior y en nuestra conciencia de la desigualdad, que es la
llaga abierta en el corazón de México.
Sabemos que esta peste va a concluir y que el problema sanitario está
bien manejado. ¿Qué haremos con la crisis económica y social que será
su secuela? ¿Cómo responderemos a estas incitaciones? Al menos en las
grandes líneas podemos tomar una idea de Freud que señaló que el trabajo
y el amor son los signos de la salud emocional. El trabajo creativo
encontrará nuevas soluciones. Y en cuanto al amor diríamos que las
familias se unirán en el aislamiento y la solidaridad en México y en el
mundo tendrá su oportunidad.
Netanyahu: el “Deep State” controla Israel y
países se hundirán como Titanics (sic)por el Covid-19
En un abordaje multidimensional/plural/dialéctico, impactaron dos declaraciones incendiarias del primer ministro israelí Bibi Netanyahu –con cargos criminales a cuestas(https://bit.ly/34f9wpU)–,
debido a sus estrechos lazos con el eje Trump/Kissinger/Jared Kushner,
además de sorprendentes juegos de poder en Israel, que en su conjunto
reflejan la dinámica de los
nuevos órdeneslocales/regionales/global.
Dejo para otra ocasión el artículo de Kissinger al WSJ –dislocado, a mi juicio– sobre el nuevo orden mundial post-Covid-19 (https://on.wsj.com/2wTuRZO).
Algo muy fuerte debió haber ocurrido tras bambalinas para que el
general y ex jefe del Estado mayor, Benny Gantz (BG), seleccionado por
el presidente Reuven Rivlin para formar el nuevo gabinete, haya
preferido presidir el Congreso. Quienes conocemos el Medio-Oriente, a
sus países y actores, entendemos que no es común que un general, de la
talla de BG, haya sucumbido a muy fuertes presiones del eje
Trump/Kissinger/Jared Kushner cuando Israel y su complejo militar
industrial son tan dependientes de la ayuda de EU.
El mismo eje
nacionalistaTrump/Kissinger/Jared Kushner, en franca confrontación con los banqueros globalistas Rothschild y George Soros, fustigan a los respectivos “ Deep State” de EU e Israel.
El hijo de Trump ha comentado que “solamente un ‘loco (sic)’ niega al “ Deep State” (https://bit.ly/3aLjUb4)”.
Netanyahu –cuyo hijo expuso el control globalista de George Soros(https://bit.ly/39KdS9B)–, comentó a puerta cerrada que en Israel
no existe democraciaya que está controlado por el “ DeepState”: un
gobierno de burócratas y juristas, según el rotativo opositor Haaretz, muy cercano a Soros, que se burla de sus “teorías conspirativas (https://bit.ly/39Cbemc)”.
Días antes de su espectacular arreglo con BG, Netanyahu lo instó a
salvar a Israelconforme los
países se hunden como Titanics.
Esta declaración no es menor, debido a los lazos estrechos de
Netanyahu con el eje Trump/Kissinger/Jared Kushner y, también, debido a
la omnipresencia de sus servicios secretos en varias naciones de
Latinoamérica y Europa, en estrecha alianza con su diáspora que lo
mantiene muy bien informado.
Lenín Moreno oculta el número de muertes
Llegan noticias
aterradoras del Covid-19 en Ecuador, principalmente de Guayaquil,
provincia de Guayas, sobre el Pacífico, segunda ciudad del país e
importante centro comercial y financiero con 2.7 millones de habitantes.
Afirma la BBC que Guayas había reportado el primero de abril más
víctimas que naciones latinoamericanas enteras: 60 muertos y mil 937
infectados (mil 301 en Guayaquil). Circulan profusamente imágenes de
cadáveres expuestos o quemados en las calles por el colapso del sistema
de salud y funerario. Otros son apilados en bolsas en las estaciones de
policía.
Reporta el diario argentino Página 12: fuentes en la Policía Científica de Guayas revelan
un escandaloso ocultamiento de muertespor Covid-19 perpetrado por el gobierno de Lenín Moreno. En esta ciudad –afirman–
hay, como mínimo, 70 fallecimientos por día producto del virus. Sucede que hay una trampa. El protocolo que se puso en marcha no exige que se verifiquen las razones de la muerte, de manera que se termina computando el deceso como
de causas no concluyentes. La cremación es obligatoria y a los familiares directos se les permite ver el cuerpo apenas cinco minutos. En los textos oficiales figura la frase
superados en la capacidad de respuesta.
El diario bonaerense informa que el gobierno de Moreno
pagó, la semana pasada, unos 350 millones de dólares al FMI por concepto de deuda externa. Concluye que como otros gobiernos neoliberales mochó el presupuesto de salud
en un 30 por ciento. Más claro no canta un gallo.
La extrema situación que pasan los sin techo en Berlín durante la emergencia por Covid-19
De acuerdo con cifras
oficiales, en la capital alemana alrededor de 2 mil personas viven en
la calle, muchas de las cuales no se han enterado del todo de que deben
seguirse las medidas restrictivas y el confinamiento dictado por el
gobierno para evitar la propagación del Covid-19, que desde hace casi
dos semanas tienen al país prácticamente paralizado.
El perfil de las personas –aquí llamadas sin techo– en una metrópoli
como Berlín no puede siquiera compararse con los indigentes de otros
países.
Se trata, en muchos casos, de personas con problemas de alcoholismo,
ciudadanos europeos que han emigrado temporalmente para trabajar en
Alemania y no cuentan con los recursos necesarios para financiar una
vivienda ante la explosión del voraz mercado inmobiliario que hizo de
esta capital una de las más atractivas de Europa.
Aunque el calendario marcó ya la entrada de la primavera, durante las
noches el termómetro sigue con temperaturas invernales bajo cero,
condiciones especialmente difíciles para estas personas.
Ciudadanos europeos de Rumania o Bulgaria que viven en las calles de
Berlín se encuentran ahora expuestos a un mayor riesgo de contagio. Se
han quedado sin trabajo y tampoco les es permitido regresar a sus países
de origen ante las fuertes medidas de control en las fronteras
europeas.
Desde la ventana
I. Flores del mal
Las jacarandas se deshacen en lágrimas azules que lucen como flores.
II. Sentidos
No lo nombro: es el mal. Desde que apareció y nos obliga a
la sana distancia y al aislamiento, el mundo –nuestro mundo– se redujo a
lo que puede mirarse a través de la ventana. La visión es, por obvias
razones, limitada: en sentido horizontal nos ofrece unos metros de
banqueta con su hilera de casas, pequeños establecimientos fuera de
servicio, automóviles erizados de alarmas que aúllan ante cualquier
cercanía amenazante.
Al levantar la mirada nos topamos con una muralla de edificios
desiguales, anuncios espectaculares, algo de las montañas que poco a
poco se han ido desnudando del verde; y, por encima de todo, un cielo
luminoso, prometedor de horas mejores pero también lejano.
En esta nueva era de aislamiento, el oído nos permite atrapar con
mayor nitidez, revalorados, ciertos sonidos que nos provocan la ilusión
de que todo sigue igual y de que el mundo palpita como antes: el motor
del avión que cruza la ciudad y el estruendo del helicóptero que la
sobrevuela, el carraspeo de las motocicletas, el claxon de un tráiler
que, semejante al silbato de un tren, nos provoca añoranzas.
Conforme avanzan las horas, en la calle se escucha el pregón con que
el repartidor de gas anuncia sus servicios. Horas más tarde se oye,
alegre como nunca, la campanilla, que avisa con anticipación la llegada
de los trabajadores de limpia: cinco héroes, cinco hombres risueños y
tatuados envueltos, como es su costumbre, por la música que a todo
volumen sale de un afónico equipo de sonido.
Recuerdos
Empresarios (CXXVII)
Ay. las envidias...
Todas las ilusiones de Conchita y Ruy de Camara, de presentarse; ella
como gran figura, amén del cariño de los ex compañeros de este y su
pléyade de amigos.
Resultó que todos los de a caballo se negaron a alternar con La diosa del toreo,
y ella no cesaba de llorar, mas por lo que su apoderado estaba
sufriendo, por lo que se oponían, esgrimiendo como razón que la ley
portuguesa exigía que al celebrarse una corrida se incluyera la
actuación de un rejoneador nacional. Así que, automáticamente, ella
estaba fuera de los ruedos. Después de mucho cavilar y de darle vueltas
al asunto, Ruy decidió entrevistarse con el ministro correspondiente
para exponerle el caso ,y éste, por demás comprensivo, ordenó que se
enviara una circular a todos los caballistas invitándolos a que torearan
con Conchita y si nadie quisiera hacerlo, ella podría actuar sin ellos.
La empresa de Campo Pequeño, conforme lo decidido, lo comunicó a
todos los rejoneadores lusitanos. Ninguno contestó y más tarde algunos
dijeron que no habían recibido el escrito y se señaló la presentación de
Conchita para la semana siguiente en una corrida nocturna. Poco antes
de la anunciada corrida, se ofreció para acompañarla un antiguo
rejoneador llamado Rufino da Costa, retirado años atrás, y con él partió
plaza una noche en Campo Pequeño.
Dejemos la palabra, tal cual, a ella:
“El bravo toro de Pinto Barreiros que me tocó lidiar, mulato, listón,
ojinegro y bajo de agujas, me proporcionó momentos tremendos. ¡Fueron
17 los rejones y banderillas que lo adornaban el morrillo al terminar la
faena! Y como en el toreo, frente al toro, no existen injusticias, al
término de mi actuación el público cobró con creces cualquier
indelicadeza de sus toreros, pues no solamente me llamó a mí, sino que
obligó a mi querido Ruy a que saliera conmigo a los medios y desde allí
vistiendo él una vieja gabardina gris con la finura de quien lleva un
manto de armiño, lo vi agradecer una apoteósica ovación.
Editorial
Desde hace prácticamente
un mes los gobiernos, las instituciones de salud, los medios y el
público en general –no sólo de México sino del mundo entero– tienen como
centro de atención la pandemia que a estas alturas abruma prácticamente
a todo el planeta. Con todo y la utilidad que ello tiene para la
población, también relativiza, especialmente en términos informativos,
otros indeseables fenómenos sociales que se siguen produciendo con
independencia del Covid-19. Tal es el caso de la violencia que desde
hace décadas mantiene su ominosa y constante presencia en varias
regiones de nuestro país, a las que las alteraciones que en estos días
sufre la vida cotidiana en todos sus órdenes no parecen afectar siquiera
mínimamente.
Llama a reflexionar sobre el humanismo
Gracias a la ciencia podemos
vivir más años. Nadie quiere morir, pero en el vano intento de huirle a
la muerte, hemos olvidado para qué vivir, y terminamos viviendo sin amor
a la vida, al planeta, al universo, al vecino y a nosotros mismos.
La crisis por la
que atraviesa la humanidad como consecuencia del Covid-19 nos
proporciona muchas lecciones. El desastre tiene dos aspectos
fundamentales: uno, la tragedia humana; el otro, el costo económico de
combatirlo. En ambos casos el desastre tienen una raíz común: la
globalización neoliberal que estableció los circuitos y las condiciones
económicas y sociales a través de la cual se pudo propagar la pandemia.
Antes de cualquier cosa quiero disculparme con los lectores y los compañeros de este diario.
El pasado viernes tres de abril, en este periódico, se dio la noticia del aumento de la mezcla mexicana. Retomo el título
Mezcla mexicana gana 51% en un díaporque es un acontecimiento histórico. Este aumento, en un día, no tiene precedente.
“Por ‘financiarización
de la naturaleza’ se entiende el proceso por el cual el capital
especulativo toma el control de los bienes y componentes de la
naturaleza y los comercializa por medio de certificados, créditos,
acciones, bonos, etcétera, con el fin de obtener las mayores ganancias
posibles gracias a la especulación financiera” (Movimiento Mundial por
los Bosques Tropicales, WRM, por sus siglas en inglés, 2020). La
pregunta es si ¿esto se está proponiendo en el llamado Proyecto de
Desarrollo Tren Maya? Es decir, ¿en el sureste se plantea la
financiarización de la naturaleza en el territorio maya? Con el
instrumentos financiero Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces
(FIBRA) Tren Maya, la respuesta es que sí. Veamos cómo.
La irrupción del nuevo
coronavirus ha sido de tal magnitud que no ha quedado de otra que
recurrir a las metáforas más a la mano. Ahora sí viene la grande, “ the big one” como dirían en Wall Street o los comederos del New York Times.
Crisis mayor y tal vez definitiva, empezaron a recitar en Europa a la
vista no sólo de la saturación de sus servicios de salud sino de las
implicaciones inmediatas de la pandemia, ya bautizada así, por encima de
los ya dañados circuitos productivos y financieros. La
malditaausteridad no ha dejado de imprimir su nefasto legado de penuria, carencia y deterioro de lo más preciado que el humano había podido construir después de la destrucción masiva de la Segunda Guerra.
Hasta antes de la actual crisis
teníamos cerca de 90 millones de habitantes en condiciones difíciles.
Muy difíciles. ¡Pobre ingreso! En algunos casos, paupérrimo. Y en otros
más, miserable.
En la coyuntura de la llamada
epidemia del siglo, la diplomacia de guerra de Estados Unidos ha decidido profundizar su guerra no convencional, asimétrica, contra Venezuela.
Uno de los sitios de la
Ciudad de México que guarda una rica y muy antigua historia es Tlalpan,
ya que data de alrededor de los años 1000 a 600 aC, cuando se
estableció en ese sitio un industrioso pueblo que ahora conocemos como
Cuicuilco. Rodeados de bosques, pero alejados de las lagunas que daban
fertilidad a los pueblos cercanos a ellas, los cuicuilcas diseñaron
ingeniosos sistemas de riego. Crearon terrazas en las que sembraban
maíz, chile, amaranto y calabazas, con tan buenos resultados que
generosos excedentes les permitían comerciar con las comunidades
aledañas.
Aparte de que su lectura me
haya parecido enteramente disfrutable, la autobiografía de Juan Antonio
Masoliver Ródenas ha desencadenado en mí una serie de reflexiones
particulares, más bien inquietantes. Que el título sea Desde mi celda,
justifica mi inquietud. Para mí significa que el autor se siente, o
advierte que se encuentra, preso en él mismo. Quiere decir que su vida,
que sus memorias octogenarias, han transcurrido dentro de la cárcel que
es su propia persona.
Por su talento, por su
originalidad, porque siempre los sentí y los viví como creadores
libérrimos, dos hermanos, Jordi Soler y Álvaro Enrigue, marcaron mi
vida. Los dos novelistas (resultó excelente la novela de Jordi Soler Rojos de ultramar) ejercieron sobre sus lectores no sólo curiosidad, sino fascinación. Conferencias, programas de radio, diatribas, happenings,
los dos desde muy jóvenes abarcaron varios campos de la cultura
mexicana con desparpajo y una enorme capacidad creadora. Ahora Jordi
vive en España. De Álvaro Enrigue, autor de Muerte súbita e Hipotermia sólo supe de su estadía literaria en Nueva York.
Carlos Bonfil: Miles Davis
En esta temporada de
confinamiento doméstico, cierre de cines, teatros, museos y salas de
conciertos, una opción estupenda de distracción, relajamiento y goce
cultural es combinar el placer de escuchar música y ver buen cine a
través de las plataformas digitales (Netflix, Amazon Video Prime, HBO,
etc), así como de las múltiples ofertas que organismos independientes e
instituciones culturales van poniendo al alcance de la ciudadanía. Hay
propuestas para todos los gustos, desde los productos más comerciales,
que hasta hace poco llenaban las salas de cine, hasta películas de autor
o documentales con escasa visibilidad y promoción en la cartelera. En
diversos medios abundan las recomendaciones y guías mínimas para que los
espectadores en casa afinen sus propios filtros para un entretenimiento
de calidad. El documental Miles Davis: Birth of the Cool (2019), del director afroestadunidense Stanley Nelson, ofrece una amalgama de buen cine y música formidable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario