Ciudad
de México.
Las mujeres representan 70 por ciento del personal en la primera línea de
atención del COVID-19: la enfermería, medicina, trabajo social, centros de
asistencia y limpieza; pero estos sectores laborales son los que enfrentan más
riesgos sanitarios y económicos ocasionados por la pandemia.
Así lo dio a conocer la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un nuevo informe sobre la
situación del empleo por la emergencia sanitaria provocada por las medidas para
mitigar el contagio del COVID-19.
De acuerdo con nuevas estimaciones
del organismo, las medidas de paralización o confinamiento en los países ya
afectan a casi dos mil 700 millones de trabajadoras y trabajadores, es decir,
cerca de 81 por ciento de la fuerza de trabajo mundial.
Sin embargo, muchas de las personas
que siguen trabajando, incluidas las y los trabajadores del transporte, la
agricultura y los servicios públicos esenciales, y en especial los trabajadores
de la salud, están en primera línea, luchando contra el virus y asegurándose de
que las necesidades básicas de la población estén atendidas.
“En todo el mundo hay 136 millones
de trabajadores en actividades de atención de la salud humana y de asistencia
social, entre otros, enfermería y demás trabajadores de salud; centros de
atención en residencias y trabajo sociales, así como las trabajadoras de apoyo,
como el personal de lavandería y limpieza, que corren un grave riesgo de
contraer la infección por el COVID-19 en el lugar de trabajo. Aproximadamente
70 por ciento de los puestos de trabajo de estos sectores están ocupados por
mujeres”, informó la OIT.
De acuerdo con ese reporte, entre
los sectores con alta repercusión actual de la crisis sobre la producción
económica están las actividades de alojamiento y de servicio de comidas, en los
que las mujeres conforman 57 por ciento de las 144 millones de personas que
laboran en ese sector.
La situación es peor para quienes
se ocupan en el trabajo informal, ya que alrededor de 2000 millones de personas
trabajan de manera informal.
De acuerdo con la OIT, las y los
trabajadores de este ámbito carecen de la protección básica que los empleos del
sector formal suelen ofrecer, como cobertura de seguridad social; este
personal, advirtió el organismo, está más expuesto a la infección del nuevo
virus y otros se ven afectados directamente por las medidas de confinamiento,
como los recicladores de desechos, y los vendedores ambulantes, camareros,
obreros de la construcción, los trabajadores del transporte, así como las
trabajadoras del hogar.
La OIT señaló que México está entre
los países de renta media-alta, en los cuales se perderán 7 por ciento de las
horas laborales que se perderían como consecuencia del COVID-19.
No obstante, el organismo
internacional señaló que el posible aumento del desempleo mundial en 2020
dependerá sustancialmente de la rapidez con que la economía se recupere en el
segundo semestre del año y de la eficacia de las medidas políticas para
impulsar la demanda de mano de obra.
Por ello, la OIT recomendó prestar
apoyo inmediato a los sectores y grupos de población más afectados, en
particular a las empresas y las y los trabajadores de la economía informal,
como transferencias en efectivo.
También se requieren iniciativas
que garanticen el suministro suficiente de alimentos y demás productos de
primera necesidad. Se requieren iniciativas de apoyo a las y los trabajadores y
las empresas formales para impedir que la crisis vuelva a sumirlas en la
informalidad.
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