Honduras: Para mujeres, niños y niñas el "quédate en casa" implica mayor vulnerabilidad
Fuentes: Rel UITA
La
respuesta ante la propagación del Covid-19 ha sido decretar el
aislamiento social. El “quédate en casa”, reproducido en distintos
idiomas, se ha vuelto viral y ha sido tendencia en redes sociales. Sin
embargo, para mujeres, niños y niñas este acto de resistencia se
convierte en mayor vulnerabilidad y exposición a más violencia
doméstica.
Según el Observatorio de Igualdad de Género de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 2018 más
de 3.500 mujeres fueron víctimas de femicidio.
Los países que
registraron las tasas más altas fueron El Salvador (6,8 por cada 100.000
mujeres, Honduras (5,1) y Guatemala (2,0). Sin embargo, los datos
reales podrían ser aún más alarmantes debido a las diferentes
interpretaciones que los países le dan al término ‘femicidio’[1].
En
Honduras, el Observatorio sobre la Violencia de la Universidad Nacional
Autónoma (Unah) señala que en 2019 al menos 406 mujeres fueron
asesinadas. Una cada 22 horas.
De acuerdo con datos de diferentes
observatorios son 73 las mujeres asesinadas en lo que va del año y más
de 50 las denuncias diarias por violencia doméstica.
“En un
contexto de aislamiento social como medida para hacerle frente a la
pandemia, muchas mujeres, niños y niñas se ven confinadas en un espacio
con su agresor o posible agresor.
Si a esto le sumamos la
situación de miseria y hambre que hay en el país, vemos como esta medida
las pone en una situación de mayor vulnerabilidad, aumentando el riesgo
de violencia doméstica e intrafamiliar”, dijo a La Rel, Helen Ocampo,
investigadora del Observatorio de Derechos Humanos de Mujeres del Centro
de Derechos de Mujeres (CDM).
Después de dos semanas de cuarentena, el Ministerio Público hondureño registró 80 denuncias por violencia doméstica.
Una
cantidad demasiado baja si tomamos en cuenta que, en la última década,
el CDM ha reportado un promedio diario de 56 denuncias.
“Es evidente que las mujeres no están teniendo la tranquilidad y la seguridad necesaria para ir a denunciar”, explicó Ocampo.
Un Estado cómplice
La
investigadora del CDM mencionó también otros factores, como por ejemplo
que no todas las llamadas al 911 del Sistema Nacional de Atención a
Emergencias y a las postas policiales están siendo atendidas
correctamente.
También que muchas mujeres desconocen si las oficinas del Ministerio Público están abiertas.
Lo
más lamentable es que, ante la incapacidad estatal, las organizaciones
de mujeres y feministas nuevamente han tenido que llenar vacíos,
atendiendo distintas vulnerabilidades.
Es por eso que el CDM y
otras organizaciones han puesto a disposición números de teléfonos para
brindar ayuda psicológica y asesoría legal mientras dure la cuarentena.
Asimismo,
la Red Lésbica Cattrachas ha lanzado una campaña para que se decrete
Ley Seca en todo el país, ya que el alcohol puede ser un detonante para
aumentar la violencia doméstica e intrafamiliar.
Hasta la fecha
son 163 de un total de 268 los municipios que han decidido apoyar esta
medida, aunque faltan los más grandes y poblados que es donde hay más
consumo e incidencia de violencia doméstica e intrafamiliar.
También se han puesto en marcha procesos de autodefensa, con medidas de seguridad comunitaria y denuncia social.
“Es importantísimo reconocer el trabajo que se está haciendo dentro de las comunidades, como por ejemplo las garífunas.
Cuidan e informan a su gente, producen alimentos, muestran al país
entero la importancia de la organización y la solidaridad comunitaria”,
concluyó Ocampo.
Nota:
[1] Hay países que sólo recopilan como feminicidios o femicidios los cometidos por la pareja o expareja
Fuente: Rel-UITA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario