10/29/2022

Denuncian apartheid de género en Irán. En México mujeres se unen a la resistencia mundial

CIMACFoto: Berenice Chavarría Tenorio

Ciudad de México.- “Nosotras crecimos en una cárcel”, dice Nesar Nohannadi, una joven iraní de 29 años que desde hace seis meses vive como refugiada en México tras huir de su país donde las mujeres no tienen derecho a la libertad.

Ella, como miles más, anhela romper los barrotes de esa cárcel en la que se ha convertido Irán para las mujeres. Por eso, hace poco más de un mes las protestas en esa nación se han intensificado buscando un único objetivo: una sociedad libre.

“Nosotros no queremos un líder supremo en Irán, lo que queremos es una sociedad libre donde nadie nos obligue a seguir una religión o una ideología en particular”, aseguró Nesar Nohannadi en entrevista con Cimacnoticias.

La joven periodista y poeta cuenta que huyó de Irán debido a las nulas oportunidades con las que cuentan las mujeres y la violencia a la que están expuestas, ya que, por ejemplo, si no llevan el hiyab de manera correcta, pueden ser asesinadas e incluso se les lanza ácido al rostro, ocasionando laceraciones físicas y emocionales irreversibles.
CIMACFoto: Berenice Chavarría Tenorio

Por este motivo Parichehr Kazemi también fue sacada de Irán por su familia cuando tenía siete años. La mujer estudiante de doctorado en Ciencias Políticas actualmente vive en la Ciudad de México y contó a Cimacnoticias que es una realidad que en su país natal no hay vida para las mujeres y refirió que la situación del país asiatico no es distinta a la del resto del mundo.

“En México hay machismo y en Irán también, pues hay muchos tipos de leyes que no dejan a una mujer estar en paz. En México 11 mujeres cada día son víctimas de feminicidio, pero en Irán las mujeres también están muriendo por ser mujeres, entonces no es tan diferente. Esto no es un problema iraní, es del mundo”.

El hastío por estas condiciones para las mujeres en Irán se acumuló por años y estalló el pasado 16 de septiembre, cuando Mahsa Amini, de 22 años, murió en un hospital de Teherán en circunstancias sospechosas.

Personas que presenciaron los hechos relataron que la Patrulla de Orientación -policía de moralidad religiosa del gobierno de Irán– arrestó a Amini por no usar el hiyab de acuerdo a las normas del país, ya que se podía observar un poco de su cabello saliendo del velo negro.

La policía aseguró que luego de trasladar a Amini al hospital sufrió un ataque al corazón y entró en coma; sin embargo, testigos afirmaron que la joven fue brutalmente golpeada y un grupo de observadores independientes determinó que Mahsa Amini murió como consecuencia de un derrame cerebral ocasionado por dicha agresión.

La muerte de Amini resultó en una serie de protestas en las que mujeres decidieron quitarse el hiyab y muchas de ellas se cortaron el cabello en público, para exigir no sólo que el uso de este velo deje de ser obligatorio, también contra el apartheid de género (un sistema impuesto que discrimina y coloca en una posición de sumisión a las mujeres); contra la religión forzada, falta de debido proceso, juicios injustos, ejecuciones extrajudiciales, falta de libertad de expresión, tortura, matrimonio infantil, corrupción gubernamental, financiamiento al terrorismo, teocracia y por la situación económica que enfrentan.

Esta lucha es para que las mujeres tengan derecho a estudiar y trabajar, a cantar, andar en bicicleta o motocicleta o salir del país sin necesidad de la autorización del padre o esposo.

A Parichehr Kazemi las protestas la envuelven en dos emociones: por un lado el orgullo, pero también la tristeza provocada por la represión perpetrada por el gobierno.

“Por un lado estoy super orgullosa que esas mujeres que han experimentado tanta opresión en su vida, están ahora en el frente de la lucha y de la sociedad. Pero por el otro lado es que muchas están muriendo solo por exigir sus derechos, eso también me pone muy triste porque deberían tener al nacer”.
Mujeres, niñas y niños, detenidas y asesinadas por protestar

De acuerdo con información de la organización Iran Human Rights, desde que iniciaron las protestas hasta el pasado 17 de octubre se tenía el registro de 215 personas asesinadas, incluidas 27 niñas y niños.
Mujer lleva un chador (tipo de hiyab utilizado por mujeres religiosas) y sostiene una pancarta que dice «No a la República dictatorial Islámica» FOTOGRAFÍA: Twitter @SomosMahsa

Iran Human Rights también dio a conocer que recibió numerosos informes sobre detenciones masivas de manifestantes y personas de la sociedad civil que han sido identificados por agencias de inteligencia. En estos casos destaca el uso de la tortura y los malos tratos contra las y los prisioneros.

Por otra parte, la organización acusó que el gobierno iraní está deteniendo a niñas, niños y adolescentes que protestan encerrándoles en centro psiquiátricos para que sean “corregidas”.


“En tales circunstancias y en esta etapa, los alumnos de la escuela pueden convertirse en personajes antisociales y queremos corregirlos”, confirmó el ministro de Educación, Yousef Nouri.

Con este panorama, la resistencia de las mujeres se ha extendido por el mundo. Tal es el caso de las iraníes en México, quienes el pasado 22 de octubre organizaron un performance en el Monumento a la Revolución como muestra de unión, libertad y apoyo.
CIMACFoto: Berenice Chavarría Tenorio

“Aunque no estamos ahí, estamos aquí luchando con ustedes. Estamos haciendo lo que podemos hacer para que todo el mundo sepa lo que están haciendo, no vamos a dejar que la lucha de las mujeres se olvide”, aseguró Parichehr Kazemi.

Por su parte, Nesar Nohannadi pidió a las y los mexicanos alzar la voz por las personas de Irán que están protestando y muriendo en la exigencia de sus derechos. “Hay que romper por la fuerza esa cárcel”, sentenció.

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