10/18/2018

México SA :Carlos Fernández-Vega


Cepal: en 2019 más de lo mismo
Conacyt, verdugo de becarios


Es el cuento de nunca acabar, porque en el presente año y el siguiente la estancada economía mexicana mantendrá su ritmo de “crecimiento, y en el contexto latinoamericano se ubicará en el escalón número 12 (de 20 posibles) tanto en 2018 como en 2019. Si se incluye la perspectiva caribeña, entonces cae al peldaño número 18.
Resulta que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó sus proyecciones económicas para la región, y para el caso mexicano estima un crecimiento de 2.2 por ciento en 2018, cierre del sexenio peñanietista, y de 2.3 por ciento en 2019, el primer año formal de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
En el contexto latinoamericano, el organismo especializado de la ONU redujo ligeramente (de 1.5 a 1.3 por ciento) su proyección sobre el crecimiento regional, y para 2019 estima que dicha proporción subiría a 1.8 por ciento.
Con la estimación de la Cepal, en el sexenio de Enrique Peña Nieto la tasa anual promedio de crecimiento económico sería de 2.1 por ciento, con todo y paquete de reformas por él promovido, y aprobado por el Congreso, quien prometía mover a México y una tasa de 5 por ciento anual en el último tramo de su administración.
No sucedió, obvio es, pero el problema se complica, porque el nuevo gobierno hereda estancamiento económico y una tasa de crecimiento verdaderamente raquítica, lo cual si bien no es novedad (porque esa ha sido la dinámica de las pasadas tres décadas), complica en extremo el margen de maniobra de la nueva administración.
En la tienda de enfrente, la de mayor crecimiento, se ubican República Dominicana, con un crecimiento de 5.6 y 5.3 en 2018 y 2019, respectivamente. Le sigue Panamá (4.8 y 5.3 por ciento), Paraguay (4.6 y 4.7) y Bolivia (4.3 y 4.4). Venezuela se mantiene como la gran perdedora regional, al reportar caídas de 15 y 8 por ciento, en cada caso, en los años citados.
La Cepal detalla que sus proyecciones para 2019 se dan en un contexto de aumento de la incertidumbre y de los riesgos a mediano plazo. Un riesgo que subsiste para las economías emergentes en general y, dentro de estas, para América Latina y el Caribe en particular, es el de un mayor deterioro del ambiente financiero internacional. Los altos niveles de deuda corporativa y soberana acumulados a lo largo de años de condiciones financieras globales laxas constituyen un riesgo para algunas economías más expuestas a los cambios en el escenario financiero.
Además, en meses recientes han venido escalando las tensiones comerciales, hasta ahora sólo reflejadas en moderadas revisiones a la baja del volumen de comercio mundial y de la actividad económica global para 2019.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría y la espesa burocracia del Conacyt: “estudio el tercer año de doctorado en Leeds, Reino Unido. Pertenezco al fondo Sener-Hidrocarburos, y se supone que recibimos nuestro pago a más tardar el día 5 de cada mes (proviene de un presupuesto otorgado por la Secretaría de Energía, administrado por Banobras, mientras Conacyt direcciona los pagos). En mi caso, el pago se realizaba –en promedio– entre los días 7 y 10, pero en septiembre fue el 20, con el pretexto de que había que volver a firmar unos convenios. En octubre nos aseguraron que pagarían el 15, lo cual no sucedió, y no sabemos hasta cuándo. Otros estudiantes acumulan dos meses sin recibir la beca. Es muy delicado, sobre todo para quienes no tenemos respaldo económico que garantice el pago de hospedaje, servicios y comida, además de continuar con nuestros proyectos y universidades. Eso sí, si nos retrasamos un día en subir nuestro reporte semestral, inmediatamente proceden a cortar la beca. Las llamadas y correos a los directivos de Conacyt son constantes e innumerables, y en la mayoría de los casos, sin respuesta alguna” (se omite el nombre del denunciante para evitar represalias, pero de que existe, existe).
Twitter: @cafevega

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