10/15/2018

México SA : Carlos Fernández-Vega


Usmca, a la medida de Trump
¿Pasará el filtro senatorial?


Se supone que el inquilino de Los Pinos firmaría el nuevo acuerdo comercial con Canadá y Estados Unidos la víspera del cambio de gobierno en nuestro país. El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ha dicho que Peña Nieto puede estampar su rúbrica antes de que termine su sexenio y será firmado seguramente por él, lo que sería para la foto, porque tal mecanismo debe ser ratificado por el Senado.
Una vez que Estados Unidos y Canadá finalmente llegaron a un acuerdo, lo que sucedió el pasado 30 de septiembre, a los negociadores mexicanos se les notaba la sonrisa forzada, porque cedieron en todo lo que exigieron los gringos. Pero el hecho es que plancharon el nuevo mecanismo, aunque la duda es si pasará el filtro senatorial.
En vía de mientras, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados analizó los principales elementos del citado acuerdo (del que se toman los siguientes elementos) y concluye que si bien fue positivo que se mantuviera el esquema trilateral, lo pactado dista de lo que en su momento se negoció en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pues éste comprometía una región de libre comercio, entendiéndose como tal la ausencia de aranceles.
Por el contrario, el nuevo Acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (Usmca, por sus siglas en inglés) al parecer no elimina la incertidumbre de que en algún momento nuestro vecino del norte pretenda aplicar aranceles a lo que considere que afecta su seguridad nacional, lo que se comprueba con la necesidad de establecer cartas paralelas que protejan en alguna magnitud las exportaciones tanto mexicanas como canadienses destinadas a ese país (de hecho, con todo y firma del nuevo acuerdo no desaparecen los aranceles impuestos desde junio pasado por Donald Trump al acero –25 por ciento– y el aluminio –10 por ciento– mexicanos).
Los cambios en las reglas de origen y contenido nacional, sobre todo en la industria automotriz, podrían beneficiar más a la producción de Estados Unidos y Canadá a corto plazo, sobre todo por ajustes parciales en salarios. Este sector habrá de reflexionar los alcances y afectaciones que podrían tener y su influencia en la producción, inversión y en los grados de integración productiva, en consecuencia, respecto de la competitividad de sus productos.
Ello implica una reflexión amplia acerca de los efectos que podrían tener los nuevos valores de contenido regional y de origen por rama de actividad y por sector productivo. De igual modo, permanecen gravadas las exportaciones al acero y aluminio que inciden en la fabricación del sector automotriz y otros, no quedando claro si serán eliminados y en qué plazo.
En relación con el capítulo sobre política macroeconómica y tipos de cambio, se tendría que precisar si éste podría afectar la plena soberanía en el manejo de la política monetaria nacional, dado que, en caso de algún evento fuertemente volátil e incierto, hasta ahora se tiene asegurada la intervención del Banco de México, con autonomía para regular la política monetaria, y de la Comisión de Cambios en cuanto a materia cambiaria.
A pesar de los esfuerzos por mantener el acuerdo trilateral y que sea firmado hacia finales de noviembre, aún falta la ratificación de los Congresos de los países participantes. En este punto se mantiene la incertidumbre ante la posibilidad de que en la Cámara de Representantes de Estados Unidos cambie en noviembre el liderazgo político y se desplace la mayoría hacia el Partido Demócrata, lo que no excluye la eventualidad de que éste solicite modificaciones al Usmca, al tiempo que los legisladores estadunidenses podrían llevar la votación hasta principios de 2019.
Las rebanadas del pastel
Habrá que ver, pero el presidente electo anuncia que la directiva de Pemex dejará la torre de Marina Nacional para instalarse en Ciudad del Carmen, Campeche. Y de pilón le tocarán Las Golondrinas a Carlos Romero Deschamps.
Twitter: @cafevega

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