Acusado de acoso dirigirá máximo tribunal de justicia
La
designación de Brett Kavanaugh como ministro de la Corte Suprema de
Estados Unidos apenas se digiere. Parece increíble que, tras la
acusación que le hizo la doctora Blasey Ford, en forma pública y cara a
cara, de haberla atacado sexualmente en su juventud, ese hombre haya
logrado el importante cargo en el sistema de justicia del país.
Por eso, la revista “Time”, en su edición del 15 de octubre, le
dedica a la doctora Ford un artículo, titulado “Her lasting impact” (Un
largo impacto), así como la portada, que muestra su cara dibujada con
frases.
En esta era de apertura, en la que se rompió el silencio sobre los
crímenes sexuales contra las mujeres con iniciativas como #MeToo, el
país y el mundo entero pudieron conocer, por voz de la víctima, la
conducta criminal de quien tomará decisiones sobre la ley y los delitos
desde el más alto tribunal del país.
Ella denunció, expresó su verdad, justo cuando Kavanaugh comparecía
ante el Senado, previo a la votación para decidir si le concedían el
cargo de magistrado. Con el respaldo absoluto del presidente Donald
Trump (quien tampoco está exento de señalamientos sobre crímenes
sexuales), este hombre, de 53 años, fue consejero del expresidente
George W. Bush y es impulsor de las posiciones republicanas más
conservadoras.
Ella, de 51 años, no titubeó al denunciar al sujeto, porque está
absolutamente segura de que el funcionario la asaltó sexualmente. Fue en
1982, dijo, cuando ambos eran estudiantes de preparatoria y él la atacó
durante una fiesta.
La impotencia, la indignación y el sufrimiento acumulados durante
tantos años se reflejó en el rostro de la académica, pero convertidos en
un acto de valentía y liberación. Y su imagen dio la vuelta al mundo,
como síntesis de lo que viven millones de mujeres víctimas de crímenes
sexuales.
En contraste, el FBI lo investiga, pero de manera “limitada”, como lo reconoce la misma agencia.
Al tomar el cargo, Kavanaugh estuvo acompañado de Trump, su
promovente y defensor, y de tres mujeres: su esposa y dos hijas.
Sonrisas, imagen idílica: la ley, la bandera, la biblia, la familia.
Imagen ofensiva, sarcástica, para la víctima.
ELLAS LE CREEN A BLASEY
En esa confrontación entre el poderoso y la víctima, las opiniones se
dividen. Una encuesta de Quinnipiac, citada en el artículo de Time,
indica que 61 por ciento de las mujeres blancas cree que ella dijo la
verdad y entre un 37 a 55 por ciento se opuso a la confirmación de
Kavanaugh en la Corte Suprema.
Y de un 40 a 49 por ciento de hombres dijo apoyar al acusado de agresión sexual.
El resultado de la encuesta revela que detrás de actos de valentía
como los de Blasey existe una sociedad que impulsa la lucha por los
derechos de las mujeres, que promueve una discusión pública y que
expresa una necesidad de cambio.
Y es que las mujeres estadounidenses ya no son las mismas: se les ve
más activas, lo que se refleja también en la posibilidad de que el
próximo 6 de noviembre el sueño de muchísimas mujeres se vuelva realidad
y sean mayoría en la arena política.
Es obvio que tienen obstáculos, pero están decididas a lograrlo,
sobre todo las que pertenecen al Partido Demócrata, aunque hay también
republicanas que luchan por ello.
LAS BARRERAS
El “Pew Research Center” publicó el pasado 20 de septiembre una
investigación de Juliana Menasce Horowitz, Ruth Igielnik y Kim Parker,
titulada: “Las mujeres y el liderazgo 2018”, en donde se consultó en
línea a cuatro mil 587 adultos, sobre los principales obstáculos que
tienen las mujeres para acceder a posiciones de liderazgo en la política
y los negocios.
Seis de cada 10 entrevistados dijeron que las mujeres no lo logran
porque tienen que probarse a sí mismas que pueden tener posiciones más
altas que los hombres. El resto señaló la discriminación por género como
una de las mayores barreras para las mujeres.
Un 47 por ciento dijo que muchos negocios aún no están listos para
contratar mujeres en posiciones ejecutivas, mientras que un 45 por
ciento dice que no están preparados para elegir mujeres para los altos
puestos políticos.
Esta percepción, señalan las autoras del estudio, contribuye a que
las mujeres se encuentren sub-representadas en altos puestos de la
política y los negocios.
Y por lo menos siete de cada 10 mujeres dicen que la razón por la que
hay menos mujeres que hombres en altos puestos de la política y los
negocios es que tienen que hacer más, probarse a ellas mismas que
pueden.
Sobre la discriminación de género, 23 por ciento de mujeres dicen que
los votantes no están preparados para elegir mujeres y esa es una de
las mayores barreras que enfrentan cuando incursionan en la política.
Por otra parte, los hombres, 31 por ciento en la encuesta, dicen que
las mujeres simplemente no están interesadas en obtener puestos de
liderazgo político.
Finalmente, la investigación señala que el acoso sexual hace más
difícil que las mujeres tengan éxito en la política (38 por ciento) y en
los negocios (42 por ciento).
Hoy nuestros ojos están puestos en las elecciones intermedias. De
ganar los demócratas, han dicho que buscarán la reapertura del caso del
magistrado Brett Kavanaugh, a quien apoya otro señalado por delitos
sexuales. Las mujeres de América exigen justicia.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Leticia Puente Beresford
Cimacnoticias | Nueva York, EU.-
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