Rosario y sus manos limpias
Navarrete: violencia e impunidad
Hoy,
eleccionespetroleras
Aristegui, 97.7 de Radio Centro
Ella, desde ahora definida para fines futuros como
chiva expiatoria, de innecesario castigo. Entre el ruido camaral, se declara como funcionaria de manos limpias, dispuesta a ser investigada hasta por debajo de las piedras, sin necesidad de favores judiciales. Él, de cepa política mexiquense, perdonable enlace (pre)electoral con el morenismo, defensor de su jefe Enrique Peña Nieto y del elenco delictivo que le acompañó, como el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte. Comparecencias ante el Congreso de nueva conformación, entre retórica en tribuna, uno que otro amago de confrontación física y alboroto mediático, todo con el telón de fondo del perdón político anunciado, la vista exculpatoriamente puesta en lo que vendrá a partir del uno de diciembre: la amnistía maestra.
Dos secretarios, virtualmente del pasado, y el nuevo Congreso, ha de
suponerse que de los nuevos tiempos verdaderos. Rosario Robles se
defiende con cuanto le es posible: baraja explicaciones legales, explica
circunstancias y acomodos, defiende sus decisiones y reta a que se le
compruebe lo que tanto se le dice respecto a pillerías y estafas.
Alfonso Navarrete Prida trata de mantenerse a flote ante los
señalamientos de violencia, impunidad, descomposición e
irresponsabilidad durante el sexenio peñista. Corona su condición de
hombre del sistema al explicar que el saqueador del erario chihuahuense,
César, el otro Duarte, sólo enfrenta cargos menores, que podría
enfrentar sin alojo carcelario.
El albazo de Carlos Romero Deschamps inició el pasado jueves 11, un día antes del
puenteextraoficial conmemorativo de que en América se descubriera en 1492 la existencia de un Viejo Mundo. Ese día, el emblema de la corrupción sindical en México instruyó a los secretarios generales de las 36 secciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana para que convocaran a elecciones de comités locales.
El lunes 15, tales secretarios generales lanzaron las convocatorias,
dando virtualmente un día, el martes, para el registro de planillas.
Hoy, a temprana hora, se realizará la farsa electoral. Los votantes
deberán sufragar anotando su nombre, apellidos, número de ficha laboral y
firma, en la cédula electoral. Nada de democracia sindical ni de voto
libre y secreto. Control absoluto de las mafias, nacional y seccionales
para atrincherarse ante la llegada del obradorismo. Las nuevas
dirigencias seccionales pretenden transitar así la mitad del periodo
presidencial morenista: entrarán en funciones el primero de enero de
2019 y dejarán los cargos el 31 de diciembre de 2021 (https://goo.gl/VdwccV).
Tocará al morenismo encontrar las fórmulas para dar marcha atrás al
albazo de los romeristas. Dirigentes de Morena y legisladores del mismo
partido han impulsado a contrarreloj la organización de los grupos
opuestos a los caciques sindicales petroleros. Añejas divisiones y
desconfianzas entre esos grupos han impedido presentar un amplio frente
común. El Senado aprobó nuevas reglas para la elección de dirigencias
sindicales, pero habrá de verse si serán aplicables a procesos como el
de los petroleros. En otros gremios hay situaciones similares, con los
caciques empecinados en impedir el aireamiento y renovación en las
estructuras de control.
Hoy, de 7 a 10 de la mañana, Carmen Aristegui y su equipo estarán de
nuevo en una estación de radio abierta: el 97.7 de frecuencia modulada,
de Radio Centro, luego de un largo y cuidadoso proceso de negociación
con el joven empresario Juan Aguirre Abdó. Por lo pronto, la emisión
sólo se transmitirá en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Pero
otras 30 estaciones, de otras tantas ciudades, están interesadas en
contratar su difusión. El acuerdo Aristegui-RadioCentro modificará las
listas de audiencia en radio, la relación periodismo-empresas y,
posiblemente, la forma de medir audiencias y de contratar publicidad o
propaganda gubernamental.
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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