10/19/2018

Éxodo de la pobreza


Diego Petersen Farah
Las crisis migratorias no son exclusivas des este lado del mundo. Foto: Cuartoscuro.
No es una caravana, es un éxodo. Cada día, al paso por cada pueblo o comunidad se suman más y más migrantes que, al ver a otros en el camino, toman fuerza y se suman al sueño de buscar una vida digna en otro lugar. No son solo hondureños, también hay ya salvadoreños y guatemaltecos. Trump responde a su estilo, arrebatado, desafiante, poniendo en juego incluso el nuevo tratado de libre comercio y amenazando con militarizar la frontera. México está en medio; una tapa de sándwich es la pobreza, la otra la indiferencia y la prepotencia del presidente estadunidense. La frontera sur de México es porosa: 200 policía federales no podrán hacer nada frente a miles de migrantes que no tienen nada que perder porque ya perdieron todo.
Lo que está en el horizonte es una crisis humanitaria y posiblemente una crisis diplomática. Nunca es un buen momento para ninguna de las dos, pero si hay uno peor que los demás es este, con un gobierno saliente, torpe y débil y otro entrante, disperso y divagante. La mezcla puede ser fatal. Aquí hay lugar para populismo, pero ceder a las presiones del gobierno estadunidense y cerrar la frontera sur sería no solo una claudicación a los principios de política exterior, sino y sobre todo condenar de miles de familias cuyo pecado original es haber nacido pobres, en países pobres dentro de un sistema económico en crisis que lo que más produce es pobres.
Las crisis migratorias no son exclusivas des este lado del mundo. Europa sufre una situación parecida, donde los países mediterráneos -Italia, España y Francia- son los que reciben el golpe migratorio primario, pero el destino es toda Europa. Allá han intentado, con pocos resultados aún, respuestas conjuntas a problemas comunes, pero el dilema es complejo pues los recursos fiscales no alcanzan para responder a las necesidades de los ciudadanos, mucho menos para ayudar a los migrantes. El círculo perverso se cierra cuando los ciudadanos molestos se convierten en electores y castigan a los gobiernos abiertos a la migración. Este es el caldo de cultivo ideal para la ultraderecha y el neofascismo. La migración divide opiniones y está desbaratando a la Unión Europea; acá amenaza con terminar los acuerdos de Norteamérica
La postura de López Obrador de abrir las puertas a los migrantes centroamericanos y darles visa de trabajo es política y humanitariamente correcta, pero concretarla será sumamente difícil y sobre todo, me temo que no tienen el consenso ni siquiera de sus votantes. Si no se logra un acuerdo con Estados Unidos y Canadá para dar una respuesta conjunta a este éxodo de la pobreza lo que tendremos en los próximos meses la peor crisis humanitaria en la frontera sur desde los años de la guerrilla centroamericana.

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