Una respuesta a Katu Arkonada
Hoy el noble y el villano,
El prohombre y el gusano
Bailan y se dan la mano
Sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
A la sombra de un farol
Empapados en alcohol
Abrazando a una muchacha.
Y con la resaca a cuestas
Vuelve el pobre a su pobreza,
Vuelve el rico a su riqueza
Y el señor cura a sus misas.
Juan Manuel Serrat, La Fiesta de San Juan
A un año de las elecciones del 2018 acuden masas de simpatizantes de
Morena al mismo festival donde en lugares reservados en primera fila se
sientan Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Miguel Rincón, etc. ¿Qué motivo
de fiesta pueden tener en común tan disímiles asistentes? Nos dice Kartu
Arkonada, en un artículo publicado el día 1° en Rebelión que el motivo
es que Obrador reconstruye la nación, dejando atrás el periodo
neoliberal, estima que los 7 meses ya muestran visos de tal
transformación y ofrece 10 claves para entenderlo. La selección de
claves que equipara desde elementos de economía hasta elementos de cuasi
marketing político presentado así, sin algún ordenamiento lógico entre
sí, vuelve el análisis antojadizo y débil para sostener algo tan
atrevido como que México es la “referencia en la nueva oleada de
izquierda”. Más aún, habría que esclarecer si podemos compartir los
motivos de aplausos tan estruendosos de las grandes asociaciones
bancarias, centrales patronales, etc.
Una clave bajo la alfombra
Difícilmente alguien refutaría que el TLCAN fue la pieza central para
entender el comportamiento económico de México en el periodo que abarca
de 1994 a 2018. Es poco probable que alguien pueda refutar que fue ese
acuerdo imperialista el marco que explica la destrucción acelerada del
campesinado y su flujo migratorio, el choque constante con las
comunidades indígenas que vieron sus tierras y territorios convertidas
en reserva para la acumulación originaria, la aceleración en la
concentración y centralización de capitales que multiplicó en varios
órdenes las fortunas de los mayores magnates del país, que provocó una
ecualización a la baja en los salarios de la región de Norteamérica, que
provocó transformaciones legislativas para privatizar empresas, bienes y
servicios públicos, etc., que asignó a los sucesivos gobiernos de todos
los niveles el papel de testaferros de los intereses de mineras,
petroleras, empresas maquiladoras, supermercados, etc.
Todo esto
es bien conocido, inclusive el analista en cuestión reconoce a los
tratados de libre comercio como instrumentos del neoliberalismo1,
como proyectos de la burguesía en la región, etc. Y sin embargo, parece
que o bien el TMEC no es una clave para entender la economía política
del México actual, o se le considera algo ajeno al gobierno de López
Obrador, y barriéndolo bajo la alfombra para que no ensucie el panorama
ya-no-neoliberal se dice “No se puede hacer nada en el ámbito del nuevo
TLCAN-TMEC”, así sin más.
El TMEC no solo es continuidad del
TLCAN sino que intensifica las relaciones de dependencia que coexisten
con las de interdependencia con todo lo que ello implica, es un Tratado
imperialista que además objetivamente suma a México a la guerra
comercial de los EEUU contra China. El desarrollo ulterior de la
política económica y política exterior del gobierno actual será
inentendible sin colocar esta clave en primer lugar. Tampoco es ajeno al
gobierno de Obrador pues éste participó; a petición de Trump aunque
correspondía tal petición a Peña Nieto, a través de Jesús Seade en la
negociación final del acuerdo. La ratificación del TMEC implica la
garantía del actual gobierno de que no se van a tocar los contratos
privados en la industria energética y petrolera, que no se van a
cancelar las concesiones mineras ni afectar su tasa altísima de
ganancias exentas de impuestos, que no se van afectar los intereses de
los banqueros –ni con el pétalo de una reducción de sus comisiones-, que
no se van a afectar los mecanismos del capital financiero, que no se
van a tocar ni con socialización, estatización, expropiación –o dicho
sea de paso con el impuesto progresivo con el que sueña el analista - a
los monopolios que disfrutan del expolio de México y sus capas
trabajadoras.
Si nada se puede hacer contra el TMEC entonces
nada se puede hacer por fuera del TMEC, por eso llegados a este punto
debemos preguntar al autor si sostiene que éste acuerdo no es un
instrumento del neoliberalismo sino un instrumento de colaboración y
solidaridad entre los pueblos. De no ser así quizá entonces se sienta
tentado a argüir que dentro de marcos como los acuerdos
inter-imperialistas se puede “garantizar las condiciones de vida
materiales de la población”, se puede garantizar la “recuperación de la
soberanía”, se puede seguir una política exterior independiente, etc. Y
si todo esto es así, quizá lo único que queda por reprocharle a Salinas
de Gortari en 1994 es no haberse apellidado López Obrador.
Claudicación en política exterior
Nada
puede hacerse contra el TMEC pues este es crucial para preservar en el
entorno internacional actual la mayor ganancia posible de la gran
burguesía mexicana, claro que a reserva de que se le ocurra mejor excusa
al analista. Pero hay que poner atención a que en un entorno donde las
contradicciones inter-imperialistas son cada vez más agudas el “Nada
puede hacerse en contra” implica forzosamente que “Todo debe hacerse a
favor”. La distancia cada vez más lejana entre los discursos y las
acciones concretas nos lleva a concluir que si alguna vez hubo voluntad
política, como sugiere el ambivalente discurso, de desmarcarse de la
política de los EUU ésta voluntad ya claudicó a menos de un año, ahora
depende estrictamente de que varíe la política exterior de los EEUU para
variar la política exterior de México.
En el discurso se
ofrece respeto y no intervención en el caso de Venezuela, pero por otro
lado se envían elementos de la armada de México a participar en el
ejercicio militar multinacional encabezado por las Fuerzas Armadas de
EE.UU. a 300 kilómetros de las costas de Venezuela.
En el
discurso se ofrece apoyo, humanitarismo, comprensión, protección, etc., a
los trabajadores migrantes pero las acciones concretas han sido el
despliegue masivo de la guardia nacional, un incremento en 204% de las
detenciones2,
el hacinamiento de los 58 centros de detención que en estos momentos
cuadruplican su capacidad, la prolongación de los procesos de
regularización en más de cuatro veces su duración máxima legal, etc. En
pocas palabras el terror. El terror ha sido la herramienta para destruir
las caravanas, único mecanismo de defensa gestionado por las masas
migrantes frente a las bandas criminales de secuestradores, traficantes
de órganos, tratantes de blancas, cuerpos represivos, etc. En lugar de
la caravana se ofrece la tutela de un Estado que aún reporta impunidad
en el orden del 99.3% de los delitos3,
que aún ni responde por las desapariciones pasadas; entre otros de
nuestros camaradas, ni por el asesinato de luchadores populares que ha
continuado ocurriendo. Anular el derecho a libre tránsito para todos,
exportar capital hacia Centroamérica, tomar a 40,000 trabajadores en
calidad de mano de obra barata y expulsar al resto de vuelta a sus
países donde ya han perdido todo, tal es la política imperialista que se
sigue.
Lo anterior se resume en garantizar la libertad de
movimiento de las mercancías al costo de anular la libertad de
movimiento de los trabajadores. Tal política está condenada al fracaso,
pues no alcanzará a detener el efecto ni a superar la causa.
En
cuanto a la causa omite que los flujos del capital; a su vez movidos
por las tasas de ganancia desigual de una rama a otra, de una región a
otra, y variables a través del tiempo, engendran necesaria pero
anárquicamente una capa numerosa de proletariado que actúa como reserva
industrial. Así como en su momento ocurrió con la población campesina
trasladándola a la ciudad, así ocurre con la población de múltiples
ocupaciones de países enteros a otros. Hasta ahora ni los muros de
concreto ni las Guardias Nacionales pueden abatir al enemigo invisible
de las relaciones económicas, una oferta para una demanda.
Y si
en las causas quiere combatir fuerzas fantasmagóricas con balas, en los
efectos quiere combatir el fuego rociando gasolina. Para alejar la
posibilidad de una explosión social en su territorio, movida por el
descenso constante de los niveles de vida de la clase obrera, expulsa el
gobierno representante de los capitales norteamericanos la mano de obra
migrante que éstos mismos capitales requirieron, y disciplina a punta
de amenazas a su socio a imitarlo en cuerpo y alma. Pero la dimensión de
la catástrofe humana que ello implica debería dejar a los intelectuales
orgánicos de Morena con menos complacencia de lo que muestran. De
acuerdo a los oficiales norteamericanos el trato actualmente en vigor
supone incrementar inmediatamente el ritmo de migrantes expulsados hacia
México de 250 a 1000 por día, así como incrementar del lado mexicano
las detenciones de migrantes centroamericanos de 700 a 2000 por día4.
Hablamos de paralizar el movimiento de poco más de un millón de
personas al año actualmente. Aún si se frustran las pretensiones de
incrementarlo hasta 3 millones, aún si se frustra la reelección de
Trump, aún si se olvida que la política antiinmigrante actual de los
EEUU es continuidad de otros 2 presidentes demócratas y 2 presidentes
republicanos que consecutivamente la han venido endureciendo, aún con
todo ello objetivamente se habrá colocado ya material explosivo sobre de
la situación política de México y aún más de Centroamérica. Significa
regresar en un periodo extremadamente breve un millón de proletarios que
abandonaron detrás pertenencias y arraigos, que estuvieron dispuestos a
enfrentar selvas, desiertos, sierras y muros, bandas criminales y
guardias nacionales, significa destruirles la endeble esperanza de que
migrar a los EEUU era su vía para mejorar en algo su situación. Ustedes
prométanle 40000 empleos míseros y la protección de un Estado asesino al
millón de migrantes que ya no tienen nada que perder, otros seguramente
serán quienes señalen que ahora tienen en cambio un mundo por ganar.
Salario y precarización
Es interesante que se proponga como clave para comprender la realidad
el incremento al salario mínimo, pero omitiendo que éste fuera
significativamente mayor para la zona fronteriza, ¿No habría que
celebrarlo como un logro más? Ocurre que éste obedece a la demanda de
evitar el dumping laboral en materia de la industria ensambladora de
exportación, una vez más los tratados internacionales económicos se
establecen como ley suprema. Si se tratase de redistribución de la
riqueza, y tal fuera la motivación de la política económica como trata
de insinuarse en el artículo, no se requeriría esa distinción, tampoco
se pasaría por alto que sigue sin garantizar ninguna condición mínima de
subsistencia. Se trata de satisfacer acuerdos entre socios
capitalistas, en ese marco si se requieren tales distinciones y en ese
marco si es indiferente el grado en que remedia o no la situación de la
clase obrera más pauperizada.
¿Por qué decimos que no alivia la
situación de la clase obrera más pauperizada? Ya el Centro de Análisis
Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, cuyos datos
citó María Luisa Alcalde, respondió en su momento el significado
concreto de tal “Salario Digno”: En lugar de trabajar 23 horas con 58
minutos para acceder a la Canasta Alimentaria Recomendable “solo”
trabajar 21 horas diarias con un régimen de salario mínimo. Hasta el
momento no hemos visto una réplica al señalamiento de vacuidad con el
que asignan los intelectuales orgánicos de Morena el adjetivo de
“digno”.
Nos parece que se haría bien en guardar el bombo y el
platillo, máxime cuando desde la Presidencia de la República, la
Secretaría de Trabajo, el curul de Senador de Monreal, la Presidencia
del Partido MORENA, el comité estatal de Tamaulipas de MORENA y la
Presidencia Municipal de MORENA-PES se intentó romper el muy importante
movimiento de huelga masiva que defendió un aumento indexado a los
salarios de los trabajadores de maquila. Se pidió desde la conferencia
mañanera presidencial al obrero ser “considerado” y “sensible” con los
empresarios, se predicó paciencia –una paciencia que habría de aguardar
40 años para recuperar un nivel de consumo similar al de los 80’s para
el salario de la actual generación de trabajadores vivos. Más, ¿Cuánta
sensibilidad más para los potentados se requiere? Inclusive el aumento
al salario mínimo es regresado con creces por la clase obrera mexicana.
La población ocupada que recibe hasta un salario mínimo, inclusive, es
de 8.5 millones. Si en un año normal hay aproximadamente 270 jornadas
laborales y en cada una de ellas se aumenta 14 pesos, esa cantidad suma
32 mil 130 millones de pesos, pero el gobierno les transferirá a los
empresarios, en forma de trabajo gratuito de los jóvenes un total de 43
mil 300 millones de pesos, es decir 11 mil 170 millones de pesos más de
lo que pagarían por todo el aumento de salario junto.
Estamos
seguros que el analista no tendrá problemas en admitir que el resultado
de la gestión neoliberal se tradujo en un incremento de las tasas de
explotación y de precarización de los trabajadores de México. La
pregunta estriba en ¿Por qué se imagina éste mismo analista que
preservar en la política de restricción fiscal, recortes en educación y
salud, despidos masivos de trabajadores públicos, y la entrega de mano
de obra ultra-barata de 2 millones de trabajadores jóvenes a los grandes
monopolios van a revertir tales tendencias? ¿Tiene acaso el Instituto
Nacional de Otros Datos muestras que contradigan las tendencias
reflejadas en la ENOE-INEGI de continuidad en la alza de la
subocupación, desocupación, trabajo informal y trabajo en condiciones
críticas?
Si todo va a reducirse al papel que jugará el
asistencialismo para mantener a flote la subsistencia mínima de las
familias proletarias entonces es una confesión del fracaso más profundo
del sistema económico. Este sistema económico presupone en su base que
concurra al mercado una clase social que vive de la venta de su fuerza
de trabajo como mercancía, pero en este caso no puede vivir de ésta
misma venta sin tener que ser subsidiada en proporción cada vez mayor.
Ya hace 3 años que la proporción de los apoyos y subsidios llegaba al
37.2% de los ingresos totales que tienen las familias menos favorecidas5,
profundizar en tal camino es recetar analgésicos para una enfermedad
terminal. La prognosis de que la bárbara y exasperante realidad de los
sectores populares y trabajadores más empobrecidos de éste país depende
solo de la “velocidad” de los apoyos y bonos es quedarse sumamente
cortos de respuesta para cuando éste país del G20 incremente la cantidad
de esclavos asalariados que no puede ya siquiera sostener en su calidad
de esclavos asalariados.
Falsas dicotomías y Guardia Nacional
Un entorno de Guerra comercial tendiente a la conflagración, una
profundización del entrelazamiento con el centro imperialista de los
EEUU, una economía mundial al borde de una nueva contracción, un millón
de trabajadores migrantes varados por año, y un proceso de acumulación
que reduce a los trabajadores a complementar su subsistencia con
asistencialismo, la situación explosiva de México no ha sido cancelada.
Pero el papel de las fuerzas políticas que actúan sobre el escenario no
es indiferente a la situación. El papel de Obrador, más aún de MORENA y
todo su andamiaje de aparato político, juega el papel de un bombero.
Medidas que anteriormente hubiesen provocado una reacción popular masiva
hoy son pasadas sin respuesta, cuadros del movimiento popular que
anteriormente organizarían y convergerían sobre de tal movilización hoy
están incorporados en el aparato estatal creando justificaciones
teóricas para su actuación.
Las falsas dicotomías chairo-fifí,
aeropuerto para los intereses del capital en Santa Lucía o aeropuerto
para los intereses del capital en Texcoco, etc., que no colocan la
cuestión de los intereses de clase en primer orden serán muy bonitos
pero sirven para enmascarar el conflicto. Si son colocadas como lo
esencial, ¿Qué ha de sorprender a nuestro analista que entonces la
desilusión cobre factura en el futuro guiándose por tales construcciones
discursivas?, ¿Se sorprenderá nuestro agudo analista cuando el voto al
igual que en los EEUU, Brasil, etc., le exprese algo cómo “Si han sido
los chairos –no los capitalistas- los que me embaucaron entonces he de
cobrarles tal embaucamiento con apoyo a los fifís”? Más aún, “si me has
convencido que por encima de mi interés como clase mayoritaria debo
atender al interés como nación, que en tal interés debo ser sensible a
las necesidades de los empresarios, entonces quizá deba apoyar a quien
expresa mejor tales supuestos”, etc. Como falacia ad populum se
nos invoca el índice de aprobación del 70% para mostrar la eficacia de
sostener tales recursos discursivos, es probable que Katu recuerde que
el índice de aprobación de Chávez rayaba el 70% durante el 2013 y 6 años
después Maduro retiene un 23%, lo trágico es que con él se hunda en el
descrédito a escala continental la noción misma de socialismo que no
habría de venir al caso. Hay que tener cuidado en no perder el rigor,
pues se toma como elemento para el análisis algo tan mutable como la
llamada opinión pública ignorando el hecho de que tal opinión pública se
construye por aquellos que detentan los medios para construirla.
Con dificultades, pero como reflejo de los choques que continuarán
sucediendo en los centros de trabajo donde la clase obrera truena contra
su insostenible situación, como reflejo de los choques que continuarán
sucediendo en las tierras y territorios indígenas puestos en la mira de
los monopolios, como reflejo de los choques de los trabajadores
migrantes sometidos a condiciones insufribles, como reflejo de la
insumisión de una juventud trabajadora cuyo futuro se le destruye, etc.,
nuevos luchadores y cuadros han de suplir el vacío que ha dejado ésta
sangría. Las dificultades que tendrán que superar para orientarse en la
lucha, para establecer mecanismos de cooperación, para establecer una
comprensión programática de sus intereses, para levantar cabeza como
proyecto con fisionomía propia sin duda serán menores si se desgaja a
tiempo una parte de quienes hoy sostienen la sinrazón de posponer su
actividad en pro de una salida radical hasta que los EEUU y la necesidad
de los capitales mexicanos tenga a bien permitirla. La necesidad de
conformar un polo clasista no alineado ni con la gestión socialdemócrata
que pretende conciliar lo inconciliable, ni con la reacción que asoma
detrás de ella para empuñar medidas severas contra la clase obrera, es
objetiva.
Un último tema es el de la Guardia Nacional. Se nos
jura y perjura que no habrá de ser usado para la represión, aunque se le
dota de armamentos antimotines. Se nos dice que servirá principalmente
para combatir las mafias, aunque hoy principalmente se dedica a cazar
migrantes con ya varias víctimas mortales en su haber. Objetivamente
preguntamos, ¿Es o no es el fortalecimiento de los mecanismos de
represión del Estado? Se le dota de mayores facultades de espionaje e
intervención, se le organiza con un modelo que sigue al de los
cuadrantes del FBI, se le incorporan tanto el presupuesto como las
funciones que previamente desempeñaba el CISEN, se le pertrecha de
armamentos más modernos, se le incrementan 50000 elementos para pasar a
100000 elementos nuevos en el mediano plazo, se le asigna el mayor y
casi único incremento de las partidas presupuestales, etc. Suponiendo
sin conceder, que basado en su conocimiento personal de las “grandes
virtudes” de quien hoy es presidente, Katu Arkonada pudiera asegurarnos
que la Guardia Nacional no será usada para reprimirnos, ¿Qué impide que
el sucesivo gobierno que heredará tanto la Ley de Seguridad de Peña
Nieto como la Guardia Nacional de Obrador las utilice en nuestra contra?
¿Acaso encontraría justificación a que Lula o Dilma hubiesen creado
escuadrones similares y se los hubiesen heredado a Bolsonaro?
Como un libro del que se quiere leer solo los capítulos selectos,
saltándose los capítulos desagradables, se insiste en suponer una
ruptura donde hay continuidad.
Notas:
1 Ayotzinapa, fase superior del capitalismo del siglo XXI- Katu Arkonada, Boltxe 2015/05/26,
Estados Unidos: la hegemonía no termina de morir, la fase de dominación ya ha comenzado, Katu Arkonada, Voces en el Fénix
2
Un total de 29 mil 153 migrantes indocumentados fueron detenidos el
mes pasado, un aumento de 204.4 por ciento respecto a junio de 2018,
cuando fueron 9 mil 577 migrantes, y de 23 por ciento desde mayo de
este año. Las deportaciones aumentaron 183 por ciento respecto al año
anterior a 21 mil 912, 33 por ciento más que el mes anterior, según
datos del Instituto Nacional de Migración.
3 Índice Global de Impunidad México, UDLAP 2018
4 https://www.washingtonpost.com/immigration/trump-mexico-immigration-deal-has-additional-measures-not-yet-made-public/2019/06/10/967e4e56-8b8e-11e9-b08e-cfd89bd36d4e_story.html?noredirect=on&utm_term=.3bf4cc0c4dcf
5 Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares.
Diego Torres. Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de México
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