El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) de 2019 del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la
Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI, por sus
siglas en inglés) revela grandes desigualdades en la manera en la cual
se experimenta la pobreza entre países y quienes se encuentran en esta
situación.
Desde Nueva York, Estados Unidos, donde fue presentado este material,
el Administrador del PNUD, Achim Steiner, explicó que para combatir la
pobreza se requiere saber en dónde viven las personas que padecen esta
situación, pues
no están distribuidas uniformemente en cada país, ni siquiera dentro los hogares.
El IPM evalúa tanto la incidencia como la intensidad de la pobreza
individual, entendida como la carencia en salud, edu-cación y estándar
de vida. Su medición no considera el ingreso, una persona está en
pobreza multidimensional si le falta un tercio de los indicadores.
México ocupa el lugar 35 de 101 países y el 11 de 19 en América
Latina y el Caribe con 6.3 por ciento de población en pobreza
multidimensional, mayor que en Colombia (4.8 por ciento) y Brasil (3.8
por ciento), pero menor que en El Salvador (7.9 por ciento) y Perú (12.7
por ciento).
La agencia de la ONU aclaró que las fuentes de información y los
criterios que utiliza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política
de Desarrollo Social (Coneval) son distintos a los usados por el PNUD y
OPHI.
El PNUD reporta que la educación en México es la mejor evaluada, pues
una de cada 10 personas presentan carencias. Mientras, en el estándar
de vida, casi dos de cada 10 individuos tienen privaciones. A escala
mundial, el IPM de este año muestra que más de dos tercios de las
personas en situación de pobreza multidimensional –886 millones– viven
en países de renta media. En tanto, 440 millones viven en países de
renta baja.
Para ambos grupos, los datos analizados muestran que los promedios
nacionales pueden ocultar una enorme desigualdad en los patrones de
pobreza.
Los niños y niñas sufren una pobreza más intensa que los adultos y
tienen más probabilidades de padecer carencias en los 10 indicadores del
IPM al faltarles acceso a agua limpia, saneamiento, nutrición o
educación primaria.
Ana Langner
Periódico La Jornada
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