Hacienda: tiran a Urzúa
Cae Collado
Gertz anota
Paradojas de la vida: el
subsecretario más desmentido de la joven administración gubernamental
–de hecho, por el propio Presidente de la República– resultó ser el
ganón de los enfrentamientos, jaloneos, zancadillas y patadas bajo la
mesa en el gabinete económico de la 4-T. Carlos Urzúa, hasta ayer
secretario de Hacienda, presentó su renuncia, y en su lugar Andrés
Manuel López Obrador designó a Arturo Herrera, quien se desempeñaba como
segundo en el orden al bat en esa misma dependencia.
Parece que se trató de un mero trámite burocrático: Urzúa se quejó de
la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la hacienda pública, lo que
fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés, al tiempo que cuestionó que
se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento.
Y listo. Le dijeron qué bueno, para afuera y que venga el relevo, como si la citada dependencia fuera un simple tendajón.
Todo indica que el
problemaque motivó la renuncia de Urzúa no es de carácter plural (
personajes influyentes), sino singular (“patente conflicto de interés) y este último embona perfectamente en el ambicioso jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Alfonso RomoGarza (un empresario fifí, perteneciente a la minoría rapaz, multimillonario Forbes, compadre de Carlos Salinas y, por si fuera poco, dealer de los oscuros negocios del asesino Augusto Pinochet y de los Legionarios de Cristo), quien a estas alturas nadie sabe bien a bien cómo fue que se coló a esa posición ni cómo López Obrador le da el vuelo que le da.
En este mismo espacio, el pasado 10 de abril comentamos:
tres desmentidos presidenciales al hilo en apenas igual número de semanas dan cuenta de que algo no funciona con uno de los subsecretarios del gobierno federal: el de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, quien el 12 de marzo pasado enterró la nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco; el 27 del mismo mes recortó el Presupuesto de Egresos de la Federación, y el 8 de abril aumentó los impuestos. Todo ha sido puntualmente descalificado por López Obrador, quien ayer advirtió (y Herrera estaba a su lado): nuestros adversarios se van a quedar con las ganas de que nosotros incumplamos nuestros compromisos. Entonces, ¿le aguantarán la cuarta noticia falsa?
Pues bien, la cuarta noticia llegó y no resultó falsa, pero sí
preocupante, por decir lo menos: a partir de ayer, Arturo Herrera, el
sepulturero de Dos Bocas (el principal proyecto petrolero de AMLO), el
heredero de Luis Videgaray por aquello de los recortes presupuestales y
el potencial creador de nuevos de impuestos (es decir, lo contrario de
lo prometido por AMLO), ocupa la oficina principal de la Secretaría de
Hacienda.
Pero lo anterior parece que no fue retenido en la memoria presidencial, porque ayer López Obrador refrendó que
el compromiso irrevocable del nuevo régimen es cambiar la política económica que se impuso durante los últimos 36 años en un sistema neoliberal que dio como resultado la grave crisis económica que padece la población. El resultado de la fórmula ha sido positivo.
Bien, pero la duda es que si lo dicho y defendido por el Presidente
de la República se hará realidad con un personaje que sistemáticamente
ha dicho lo contrario a lo prometido. Lo que no se puede permitir (no en
la 4-T) es que el gabinete presidencial se maneje por cuotas para las
tribus, porque lo que está en juego es el país y el bienestar de los
mexicanos. Y la experiencia en este sentido ha sido desastrosa.
Las rebanadas del pastel
Juan Collado, abogánster de la mafia del poder (Salinas,
Peña Nieto y demás fauna nociva, todos ellos baile que te baile en la
boda de su hija Mar) fue detenido ayer en el restaurante Morton’s de la
CDMX, en el que compartía el pan y la sal con otra lacra: Carlos Romero
Deschamps. Es acusado de delincuencia organizada y operaciones con
recursos de procedencia ilícita, y ya le hacen su camita en el
reclusorio. Sin duda, un excelente gol del fiscal Alejandro Gertz
Manero.
Twitter: @cafevega
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