Sargazo imparable
Arriba a áreas naturales protegidas
Crecerá a 140 el número de personas que trabajan para retirarla, informa el alcalde Víctor Mass Tah
▲ Hace tres meses el sargazo no era problema para Tulum, pero en estos
últimos 90 días se recolectaron mil 57 toneladas, las cuales se
depositaron en un sitio habilitado por el ayuntamiento.
Cancún, QR. Las playas de Tulum amanecieron ayer con una
capa de sargazo de más de 20 metros de longitud y unos 50 centímetros de
altura. Desde que el alga comenzó a llegar masivamente a costas de
Quintana Roo, en 2015, nunca había arribado en tal magnitud a ese
destino turístico.
El alcalde Víctor Mass Tah informó que para intentar contrarrestar
esta problemática, se duplicará el número de personas que se dedican a
limpiar los tres kilómetros de playas públicas, pues en los días
recientes se registró un fuerte incremento en la llegada del sargazo.
Indicó que se trabaja muy de cerca con elementos de la Secretaría de
Marina y el gobierno estatal para tratar de mitigar los efectos de este
fenómeno.
Precisó que con el aumento del alga, el número de personas que
trabajan para retirarla se incrementó de 30 a 120, y ahora el número
crecerá a 140, entre personal de servicios públicos, de Zona Federal
Marítimo Terrestre y trabajadores temporales.
En las labores de retiro del sargazo en los tres kilómetros de playas
públicas se utilizan seis máquinas sargaceras, dos retroexcavadoras y
seis camiones de volteo. Los siete kilómetros restantes con que cuenta
el municipio corresponden a los hoteleros.
Mass Tah recordó que hasta hace tres meses el sargazo no era problema
para Tulum, pero en estos últimos 90 días se recolectaron mil 57
toneladas de alga, las cuales se depositaron en un sitio habilitado por
el ayuntamiento y están por abrir otros dos.
Patrones de arribazón similares
Brigitte van Tussembroeke, bióloga de la Universidad
Nacional Autónoma de México, y María del Carmen García Rivas, directora
de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, de la Península
de Yucatán y Caribe Mexicano, afirmaron, por separado, que las
condiciones climatológicas del Caribe, donde se combinan los vientos
alisios (soplan de manera relativamente constante en verano y menos en
invierno), con altas temperaturas en el mar, provocan que el alga se
multiplique generando grandes concentraciones como en Puerto Morelos y
Tulum.
En entrevista, García Rivas explicó que aunque todavía hay mucho que
investigar sobre el sargazo, pues no se tiene información precisa sobre
su origen y comportamiento, cada año sus patrones de arribazón son
similares; es decir, durante la temporada más fuerte de calor –julio,
agosto y septiembre– es cuando hay mayor presencia del alga, tal como
ocurre en varios puntos del litoral quintanarroense.
Expuso que incluso áreas naturales protegidas que no se habían visto
afectadas por el alga ya comienzan a resentir el arribo de sargazo, como
Banco Chinchorro, Isla Contoy, Xcalac, Biosfera de la Reserva de Sian
ka’an.
La especialista mencionó que las enormes capas de sargazo provocan la
muerte de pepinos de mar, erizos y sardinas –como se constató la semana
pasada– y también perjudica a los pastos marinos y corales.
Por su parte, la bióloga Brigitte van Tussembroeke refirió que la revista especializada Science
detectó lo que llamó El Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico (GASB,
por sus siglas en ingles), mismo que seguramente se empezó a formar
desde 2011, cuando se produjo el primer recale.
Descartó que se trate de un segundo Mar de los Sargazos, como existe
en el Océano Atlántico septentrional, pues a diferencia de ése, que es
punto de nacimiento y de retorno del alga, en el gran cinturón recién
descubierto no hay retorno del sargazo.
Refirió que en 2016, año con poca presencia del alga, hicieron un
ejercicio en el que comprobaron que el metro cúbico de sargazo se
duplica en promedio en 18 días, dependiendo de la velocidad y dirección
de los vientos.
La científica consideró que desde su desprendimiento del Gran
Cinturón de Sargazo del Atlántico, hasta el litoral del Caribe mexicano,
tarda en llegar entre 60 y 90 días, por lo que cada metro cúbico se
multiplica en ocho, 16 o 32 metros cúbicos.
Foto cortesía Agencia SIM
Patricia Vázquez
Corresponsal, Periódico La Jornada
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