7/09/2019

Trump: guion conocido


Editorial
La Jornada 


El fin de semana la prensa británica divulgó una serie de reportes confidenciales enviados a su gobierno por el embajador de Londres en Washington, Nigel Kim Darroch, los cuales rápidamente levantaron polémica por la manera cruda en la que el diplomático caracteriza al presidente Donald Trump y a su gabinete. De acuerdo con los memorandos, Darroch habría informado a Downing Street que el magnate irradia inseguridad, que para tratar con él es necesario presentar cualquier punto de forma simple, que su gobierno es disfuncional, impredecible e incompetente y sus funcionaros se encuentran envueltos de manera constante en peleas a cuchilladas.
Aunque Kim Darroch dista de ser la primera persona que ha tratado con el gobierno de Trump en describirlo en términos semejantes y en advertir sobre el riesgo que su administración supone para la paz mundial –ya antes lo han hecho ex integrantes del gobierno estadunidense, como el cesado director de la Oficina Federal de Investigaciones, James Comey–, el que se trate de un representante acreditado ante la Casa Blanca ha causado una lógica tensión con Gran Bretaña, tal como sucedió en México cuando el portal de filtraciones Wikileaks dio a conocer cables enviados por el entonces embajador estadunidense en México, Carlos Pascual, en los cuales éste daba cuenta del desorden en el gabinete de Felipe Calderón y de la sumisión con que seguía las directrices de Washington.
Sin embargo, como cabía esperar por su actuación a lo largo de dos años en el poder, el ex presentador de televisión decidió capitalizar el conflicto para abrir un nuevo frente y mantener el estado de permanente crispación con actores externos mediante el cual apela a la unidad de su electorado chovinista y patriotero, tal como ha hecho de manera cíclica con nuestro país, Irán, China e incluso con sus tradicionales aliados europeos.
De manera predecible en lo general, aunque siempre susceptible de sorprender con nuevos extremos de indelicadeza en lo particular, este guion se desarrollará con un escalamiento de las tensiones, una serie de declaraciones incendiarias e irresponsables, la obtención de concesiones que se habrían producido sin necesidad de exabruptos –en este caso, la salida de Washington de Kim Darroch, a quien la filtración colocó en una situación insostenible–, la vuelta a una relativa normalidad y la presentación de todo lo anterior como un gran triunfo alcanzado por el magnate gracias su liderazgo y habilidades negociadoras.
Desde México, el actual episodio debe observarse como una advertencia, en el entendido de que, en cualquier momento del futuro inmediato, Trump puede voltear de nueva cuenta la mirada hacia su frontera sur en busca de nuevos pretextos tanto para desviar la atención de sus problemas domésticos como para exacerbar los ánimos del sector más retrógrada de la ciudadanía estadunidense de cara al proceso electoral del año entrante.

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