La renuncia (Urzúa) y el mensaje (Collado)
Ruda despedida del secretario
Herrera y los desmentidos
Abogado,
élites y fiestas
Fue un martes muy movido.
Primero, antes del mediodía, la renuncia de Carlos Urzúa a la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público; en la tarde, la detención del abogado de
poderosos Juan Collado. Y poca atención mediática quedó para otro
asunto que parece ir en escala descendente, el de los policías federales
a los que el Presidente de la República dio ya por negociados y
arreglados aunque un segmento de ellos desconoce tales acuerdos.
Lo más impactante no fue la renuncia en sí (de la cual se había
hablado en diversas ocasiones) sino los secos señalamientos críticos del
dimitente hacia las políticas de quien había sido su jefe en el
Gobierno de la Ciudad de México y ahora en el plano federal. La
oposición a López Obrador no necesita ir muy lejos en busca de
argumentos para su causa, pues el saliente Urzúa se los proporcionó de
manera concreta.
Urzúa acusó a la actual administración de tomar decisiones de política pública
sin el suficiente sustentoy que no hubo eco para sus convicciones, como secretario de Hacienda, de que debería cuidarse que la política económica quedase
libre de todo extremismo, sea éste de derecha o de izquierda. Y, para potenciar el efecto de esa bomba declarativa, aseguró que en Hacienda se han nombrado como funcionarios a personajes que no tienen conocimientos en la materia a causa de maniobras de personajes con conflicto de interés.
La tempestad generada por Urzúa fue breve en el mercado cambiario, al
menos en las horas inmediatas. La caída del peso frente al dólar tuvo
una cierta recuperación en poco tiempo, a tal grado que, de tomarse sólo
este indicador, parecería que la renuncia del titular de la SHCP no
habría causado tantas turbulencias prolongadas como se temía, aunque
habrá que ver este miércoles si se llegan a producir otro tipo de
consecuencias en cuanto a la dominante
confianzade los capitales y las calificaciones de organismos privados internacionales respecto a la economía mexicana.
El control de daños desde Palacio Nacional fue rápido. Sin dar
demasiado tiempo a las especulaciones y la incertidumbre fue nombrado el
sustituto, ni más ni menos que Arturo Herrera Gutiérrez, quien fue
subsecretario justamente durante la gestión de Urzúa. Es decir, AMLO
mantuvo el mismo rumbo que ya no quiso seguir el renunciante, con un
agregado polémico: si Urzúa declinaba por estar en contra de decisiones
que no le parecían correctas, Herrera parece más subordinado, menos
dispuesto a contradecir al jefe que ya en algunas ocasiones lo ha
desmentido desde el atril de las conferencias mañaneras de prensa.
López Obrador, por su parte, habló de cimbrar y rechinar, como
consecuencias de sus políticas de cambios estructurales. Ya antes han
renunciado otros personajes relativamente distantes de su círculo
cercano: Germán Martínez, un ex panista que defendió el fraude electoral
de Felipe Calderón Hinojosa, renunció a dirigir el Instituto Mexicano
del Seguro Social; Josefa González Blanco, hija y nieta de gobernadores
priístas de Chiapas, dejó la Secretaría del Medio Ambiente; Tonatiuh
Guillén, un académico del norte del país, salió de la dirección del
Instituto Nacional de Migración.
En un contexto de agitación y sobresalto por el tema hacendario,
apareció en el horizonte un tema distractor: Juan Collado, litigante
emblemático de la defensa de los poderosos, de los intocables, fue
aprehendido en un restaurante del poniente lujoso de la Ciudad de México
a causa de una orden de aprehensión girada por un juzgado federal.
Collado había fulgurado en revistas del corazón semanas atrás durante
una fiesta por la boda de su hija, a la que asistieron personajes como
Enrique Peña Nieto, gobernadores y ex gobernadores, ministros de la
Suprema Corte y otros representantes de la clase política que se opone
al obradorismo. Tal aprehensión pareció una respuesta de López Obrador a
quienes creen que ha llegado el momento de apretar mediática y
políticamente contra un Presidente al que suponen muy emproblemado.
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