Esta alemana se ha convertido en uno de los grandes iconos de la lucha por los derechos y libertades de las personas inmigrantes
Madrid, 11 jul. 19. AmecoPress/Yahoo.- No
son muchas personas las que se atreven a enfrentarse al todopoderoso
Matteo Salvini en Italia. Recientemente fue el propio papa Francisco el
que tuvo un encontronazo con el ministro del Interior a cuenta de la inmigración, pero el pulso que le ha dedicado Carola Rackete ha ido mucho más allá.
El
nombre de esta joven alemana de 31 años ha pasado de ser desconocido en
todo el mundo a repetirse en numerosas ocasiones en las últimas
semanas. Tanto es así, que ya se ha convertido en uno de los grandes
iconos de la lucha por los derechos y libertades de los inmigrantes.
¿Quién es Carola Rackete?
Es licenciada en Ciencias Naúticas en la Universidad de Ciencias
Aplicadas de Jade, en Baja Sajonia (Alemania) y habla con fluidez cinco
idiomas. Tras graduarse, viajó a Reino Unido para hacer un máster de
conservación del medio ambiente. Pese a su juventud, ya tiene una larga y
prestigiosa carrera a sus espaldas, después de trabajar en una nave
rompehielos en el Polo Norte para un instituto oceanográfico alemán, el
Alfred Wegener; o en la Arctic Sunrise de Greenpeace.
Su gran oportunidad llegó al enrolarse en 2016 en la ONG alemana Sea
Watch. Tras ser coordinadora de avistamiento de los aviones de la
organización que patrullan el Mediterráneo, pasó a llevar el timón de la
Seawatch 3 y en ningún momento le ha temblado la mano en su
enfrentamiento con Salvini.
Para conocer en profundidad qué pasó, hay que volver atrás en el
tiempo, concretamente al pasado 12 de junio cuando su nave rescató a 52
personas que habían partido desde Libia y se dirigían a Italia. Durante
más de dos semanas, el Gobierno italiano negó el desembarco, un tiempo
en el que 10 personas tuvieron que ser evacuadas por los riesgos a los
que se enfrentaban.
La situación era de bloqueo total y la condición de los inquilinos del barco iba empeorando rápidamente.
El desembarco
Finalmente el pasado 26 de junio, la capitana decidió desoír las
amenazas de Salvini y entrar en las aguas territoriales italianas con el
objetivo de llevar a tierra a las personase inmigrantes rescatadas.
Rackete había rechazado las exigencias de Italia de devolverles a Libia,
al considerar que no era un puerto seguro (el país norteafricano vive
un conflicto interno y se le considera actualmente un estado fallido) y
además plantaba cara a un Gobierno que llevaba días amenazándola.
Y es que el Ejecutivo había repetido hasta la saciedad que según la
nueva ley aprobada, cualquier ONG que entre en sus aguas territoriales
sin autorización se expone a una multa de 50.000 euros y hasta 15 años
de cárcel para sus responsables.
Siendo consciente de la situación y al riesgo al que se enfrentaba,
Carola Rackete decidió poner rumbo al puerto. En Lampedusa fue detenida
por las autoridades y puesta a disposición judicial. Fue en este momento
cuando empezó un gran debate en la sociedad sobre si la alemana era una
heroína o una criminal. Los partidarios de la primera opción llenaron
las redes de mensajes pidiendo su liberación argumentando que lo único
que había hecho era salvar vidas, pese a haberse saltado la legislación
italiana.
Tras varios días de tensión, finalmente este pasado 2 de julio,
Carola Rackete ha quedado en libertad después de que la jueza de
Agrigento no haya convalidado la detención ni los delitos de resistencia
o violencia contra nave de guerra y de intento de naufragio (al haber
chocado contra una patrulla de la Guardia de Finanzas). Alessandra Vella
ha liberado a la germana al considerar que “cumplió con su deber”, que
era el de salvar vidas en el mar.
Una decisión que supone un gran revés para Salvini, encumbrado a sí
mismo como el gran adalid contra la inmigración de la Unión Europea.
Tras conocer el veredicto clamó en Twitter por lo ocurrido.
La resolución judicial no es solo una victoria para Carola Rackete
sino para todas aquellas personas que consideran que rescatar a personas
del mar no es un delito, sino un deber. Pese al varapalo para el líder
ultranacionalista, las encuestas continúan mostrando que goza de un gran
apoyo en Italia.
Lo que parece claro es que en una época en la que el rechazo al
diferente se impone, siempre es positivo ver que aún quedan personas que
piensan en los demás por encima de sí mismas. Rackete es el último
ejemplo.
Fotos: Archivo AmecoPress.
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