Presentan estudio “Una realidad oculta para niñas y adolescentes”
América
Latina es la única región en el mundo que no ha registrado descensos
significativos en los últimos diez años respecto a los matrimonios y
uniones infantiles, tempranas y forzadas (MUITF). Así lo indica un
informe presentado ayer en Ciudad de Panamá, por el Fondo de Población
de las Naciones Unidas, UNFPA, y la ONG Plan International.
En toda la región en 2017, 23 por ciento de las mujeres de 20 a 24
años de edad ya había estado casada o en unión libre a los 18 años, y 5
por ciento a los 15 años. América Latina y el Caribe es la única región
donde las cifras se mantuvieron sin cambios en la última década.
Por ejemplo, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), en Asia meridional, los
matrimonios infantiles en el mismo tiempo bajaron del 50 al 30 por
ciento.
México está arriba del promedio latinoamericano, con 26 por ciento de
las mujeres de 20 a 24 años de edad que reportaron haberse casado o
unido a los 18 años, y ocupa el séptimo lugar en uniones tempranas,
detrás de República Dominicana y Brasil, con 36 por ciento, Nicaragua
(35), Honduras (34), Guatemala (30) y El Salvador (26). De continuar
estas tendencias, para 2030 estarían 45.5 millones de niñas casadas o en
uniones en la región, de acuerdo con el informe.
Como indica el nombre del estudio, “Una realidad oculta para niñas y
adolescentes”, el MUITF es un problema “silenciado”, y resulta difícil
reconocerlo como “una violación extrema de los Derechos Humanos de las
adolescentes”, y una práctica que perpetúa la desigualdad de género,
según UNFPA y Plan Internacional.
“El MUITF limita la oportunidad de las niñas para tener una
educación, vivir libres de violencia, y decidir sobre sus propias
vidas,” dijo la directora regional para Latinoamérica y el Caribe de
Plan Internacional, Débora Cóbar, en conferencia de prensa. Relató que
fue posible impulsar nuevas leyes en Brasil, Guatemala, El Salvador, y
República Dominicana, para que la edad mínima de matrimonio sea de 18
años.
“Sin embargo”, continuó, “existen excepciones, toleradas por padres y
tutores.” El estudio enlista las múltiples causales de esta práctica
arraigada. El estudio presentado analizó la realidad en ocho países:
Brasil, Perú, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, República
Dominicana, y Bolivia.
Encontró que en muchos casos, las niñas ingresan en el MUITF para
escapar del abuso y la violencia en sus casas, para enfrentarse a la
violencia, el abuso y el control de sus parejas, quienes a menudo no les
permiten trabajar, estudiar o incluso salir solas. El sexo con niñas es
consentido o tolerado por la comunidad.
Asimismo, las niñas establecen uniones como una estrategia para
escapar de la pobreza, pero estar en unión limita sus oportunidades de
autonomía económica. “El abandono de niñas es un tema común en la
región”, indicó el informe, con hombres negando la paternidad de sus
hijos o abandonando sus parejas para migrar.
Las normas de género no equitativas definen lo que las niñas pueden y
no pueden hacer, antes y dentro de las uniones, por ejemplo, equilibrar
las tareas domésticas. Las disparidades de edad entre los hombres y las
adolescentes exacerbarían estas desigualdades de género. Otro problema
sería que las madres y padres consienten el matrimonio de sus hijas o el
involucrarse en uniones.
El informe también abordó el limitado acceso a la información y a
servicios de salud sexual y reproductiva. El acceso de las niñas a la
anticoncepción sería “extremadamente limitado”. Los esfuerzos de los
Estados de brindar información no serían suficientes, mientras que
hombres y niños no consideran que la prevención del embarazo o la
crianza sean su responsabilidad, además, una vez que están embarazadas,
las niñas “casi no tienen acceso a servicios médicos ni a un aborto
seguro en los lugares donde es legal.”
En cuanto a la jurisdicción, las leyes contra el matrimonio infantil
son poco conocidas, inconsistentes o no están implementadas. “Las
autoridades políticas y las y los líderes de la comunidad lo ven como un
asunto ‘privado’, criticaron Plan Internacional y UNFPA.
Para combatir el MUITF, las organizaciones recomendaron una respuesta
multisectorial y holística, por ejemplo, proporcionar educación sexual,
respaldar los sistemas de salud y fortalecer los registros civiles. Al
mismo tiempo, sería necesario trabajar para cambiar las normas
comunitarias sobre el rol de las niñas, y fortalecer recursos y redes de
protección sociales.
El hecho que la región América Latina y Caribe no haya avanzado en el
combate al matrimonio y la unión forzada, concluyó la directora
regional de Plan Internacional, “significa que no estamos siendo
efectivos, y que tenemos que hacer algo distinto, y rápido, para que eso
ya no continúe.”
CIMACFoto: Yunuhen Rangel Medina
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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