Niega que exista conflicto de intereses
El presentado por el ex secretario de Hacienda parecía hecho por Carstens o Meade, aseveró el Presidente
▲ El presidente Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia de ayer en Palacio Nacional.
El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que con
Carlos Urzúa tuvo diferencias porque le presentó un Plan Nacional de
Desarrollo (PND) con
inercianeoliberal,
era como si lo hubiese hecho (Agustín) Carstens o (José Antonio) Meade. Relató que el ex funcionario también tuvo discrepancias con Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia, por el manejo de la banca de desarrollo, y con Margarita Ríos-Farjat, titular del Servicio de Administración Tributaria. Igualmente, con Germán Martínez, lo que derivó en la renuncia de éste a la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Aunque no descartó que pueda haber más dimisiones en su equipo, negó
que exista conflicto de intereses, como denunció Urzúa en su carta de
renuncia. Rechazó que haya desestabilización en los mercados financieros
por la dimisión y aseguró que con Arturo Herrera como secretario de
Hacienda no habrá cambios en su política económica. Incluso se mostró
seguro de poder convencerlo, si insiste –como expresó hace unas semanas–
en que la refinería de Dos Bocas hay que pensarla.
–¿Le va a apretar el pescuezo? –le preguntaron en alusión a lo que
Melchor Ocampo respondió a Ignacio de Comonfort, de que los problemas se
resolvían de esa manera, como narró el mismo mandatario.
–No, es fácil de convencer que hace falta la refinería de Dos Bocas,
no sólo porque dependemos de la compra de gasolinas, sino porque tenemos
que ser independientes para no estar a expensas de intereses
hegemónicos.
En su conferencia, en la que estuvo acompañado de los secretarios de
Economía, Graciela Márquez, y de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard,
junto con el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, el
presidente rechazó que haya nepotismo o corrupción en su equipo.
Inercia liberal
Planteó que sus diferencias con Urzúa –a quien le externó
respeto y descartó que fuera neoliberal– fue porque hubo dos versiones
del PND. Aunque prevaleció la que el mandatario escribió, explicó que
percibió el proyecto que Urzúa le presentó como “continuismo. Era una
concepción todavía en la inercia neoliberal y había que marcar la
diferencia.
Imagínense que me presentan un plan de desarrollo que desde mi punto de vista no reflejaba el cambio, era como si lo hubiese hecho Carstens o Meade (ex secretarios de Hacienda), con todo respeto. Se me fue, reconoció, pero recordó que “siempre los cuestionamos, siempre estuvimos en contra de la política neoliberal… ¿Cómo voy a estar apostando a estas alturas, después del desastre de la política neoliberal, a seguir con lo mismo? Allá quienes defiendan ese dogma”.
En cuanto a la relación de Urzúa-Romo, aseveró que las diferencias
eran muy evidentes, y rechazó que haya un crédito de la banca de
desarrollo otorgado a una empresa o a un familiar de un funcionario,
como ocurrió con el otorgado a Odebrecht en el gobierno de Felipe
Calderón o para la compra de fertilizantes, que vendió Alonso Ancira,
presidente de Altos Hornos de México.
Sí había problemas en cuanto a la concepción sobre el manejo de la banca de desarrollo, incluso Carlos no estaba de acuerdo con el nombramiento del director de Nacional Financiera, pero de ahí a que se dieran créditos para beneficio de empresas o de personas, no, comentó.
Imagínense que a estas alturas termine yo de tapadera o de alcahuete.
Agregó que negó a Urzúa presentar su renuncia el sábado, pensando en
que se podía generar un problema en los mercados. Su respuesta fue
ya, lo más pronto posible, vámonos. Por la tarde, Urzúa salió de Palacio Nacional acompañado, entre otros, por el procurador fiscal, Carlos Romero Aranda.
Foto José Antonio López
Alma E. Muñoz y Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
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