10/19/2019

La importancia de «El Segundo Sexo» de Simone de Beauvoir para la liberación de la mujer y la lectura de Judith Butler



VulvaVil
Clasicista especializada en perspectiva feminista

Ideas principales y secundarias. Aportaciones del libro al Feminismo Contemporáneo

La idea principal se recoge en la tan citada y malinterpretada frase “no se nace mujer, se llega a serlo” ( “On ne naît pas femme: on le devient”). Esta, merece ser explicada, ya que puede ser tergiversada. La autora no se refiere a que cualquiera puede decidir ser mujer, no biológicamente, sino a que a las humanas nacidas hembra se les va educando para que lleguen a interiorizar el rol de ‘mujer’ con todas las exigencias referentes a comportamiento en sociedad y a apariencia física que esto conlleva.
Trata también un aspecto muy interesante y novedoso en la época, la construcción de la mujer como “Lo Otro”  partiendo de la existencia del varón. La autora explica que la mujer es privada de una autonomía como ser existente y de una identidad propia, construyéndose el ser mujer a partir de la contrariedad hacia el ser varón. Es decir, definiéndolo por oposición al hombre.
El libro demuestra la existencia del androcentrismo y cómo este hace que la mujer siempre sea ‘Lo Otro’, que no posee una identidad propia a partir de la nada,por así decirlo, sino que es definida a partir de la existencia del hombre y en cuanto a este.
Así, a la mujer se le niega su autonomía e individualidad, siendo creado su rol social a partir del masculino y se define mediante la negación de este. El segundo sexo es siempre dependiente de lo masculino. De esta manera se nos relega a un papel secundario y subordinado al principal, que es el de los hombres.
Para concluir este apartado, en mi opinión, toda mujer debería leer este libro, ya que aún a día de hoy puede ayudarnos a comprender qué es ‘ser mujer’. Además muchas de las conclusiones a las que llega en cuanto a las consecuencias que tiene el androcentrismo y el género impuesto en la vida de las mujeres, por desgracia, siguen vigentes.
La reflexión a la que se llega leyendo a Simone es la siguiente: las humanas nacidas hembra, somos adoctrinadas hasta el punto en que nosotras mismas somos nuestra propia ‘policía de la feminidad’
Algunos ejemplos de esto son: el reparto trabajo doméstico y de cuidados tanto de criaturas como de padres dentro de la unidad familiar tradicional aún vigente y la repercusión en la carrera profesional de las mujeres, la manera de relacionarnos dentro de las parejas heterosexuales o el concepto de lo considerado “femenino”.
La reflexión a la que se llega leyendo a Simone es la siguiente: las humanas nacidas hembra, somos adoctrinadas hasta el punto en que nosotras mismas somos nuestra propia ‘policía de la feminidad’ y nos cuidamos de no desobedecer nunca los mandatos sociales que se nos han impuesto, porque hemos llegado a creer que el conjunto de roles asignados a la hembra humana como supuestamente naturales son decisiones propias y son nuestra verdadera personalidad. Pero, por fortuna, parece que muchas y cada día más nos hemos dado cuenta de que un constructo social se puede destruir.
A pesar de que  el libro puede estar algo desfasado en algunas cuestiones, dado que se escribió en 1949 y desde entonces ha habido muchos avances significativos en la ciencia, es una obra clásica, que recoge las ideas de la segunda ola del feminismo, sin la cual no habría tercera, ni ésa supuesta y discutida cuarta de la que ya se habla, puesto que somos enanas a hombros de gigantes.
Feminismo Contemporáneo: Desde Simone de Beauvoir hasta Judith Butler y la teoría queer
¿Quién es Judith Butler?
Judith Butler es una filósofa que actualmente ocupa la cátedra Maxine Elliot de retórica Literatura Comparada y Estudios de la Mujer en la Universidad de California en Berkeley.
Como filósofa se inscribe dentro de la corriente filosófica antiesencialista y deconstructiva  junto con otras autoras como Donna Haraway Teresa de Lauretis o Beatriz Preciado, todas ellas ligadas a la teoría queer. Butler es conocida sobre todo por haber propuesto la teoría de la performatividad de género.
Una de sus obras más conocidas es El género en disputa, que se ha llegado a calificar como uno de los textos fundadores de la teoría queer y de los estudios de género actuales, según la autora el texto pertenece al propio feminismo y pretende revisar el vocabulario del movimiento. Es en este libro,  donde aparece como apertura al capítulo 1 la ya mencionada frase de Simone de Beauvoir, extraída del fragmento completo y descontextualizada.
La autora cree que las teóricas feministas en el caso de que limiten la definición de género son legitimadoras de normas excluyentes de género que tendrían consecuencias como la homofobia y fomentarían la jerarquía y la exclusión .
En sus teorías da mucha importancia al colectivo transexual y menciona entre otras, a la autora Kate Bornstein que afirma que una persona transexual no puede ser definida con sustantivos de mujer u hombre sino que hay que referirse a ella con otro tipo de verbos que sean activos y dejen patente el hecho de que esta persona está en una transformación permanente que sería su nueva identidad o una especie de estado provisional. También se preocupa por dejar claro que ella no afirma que el hecho de tener una orientación sexual u otra pueda dar pie a la creación de un nuevo género.
Otras de sus obras son: Cuerpos que importan, Deshacer el género y Vida precaria.
Judith Butler, la teoría de la performatividad de género, fundamento de la teoría queer
La teoría de la performatividad de género está basada además de en Simone de Beauvoir, que nos concierne aquí, en la teoría de los actos del habla de John Austin, en la ideología  de Louis Althusser, en la visión construccionista de la sexualidad de Michel Foucault, en la teoría de la deconstrucción de Jacques Derrida, y en el psicoanálisis lacaniano.
Butler, cree que la concepción binaria del género, que como ya sabemos resulta en una desigualdad patente entre hembras y machos humanos, va ligada al sexo biológico, pero que el hecho de la binariedad del sexo biológico y el hecho de no cuestionar este hecho biológico es ya un acto socio cultural en sí mismo.
Sobre el sexo, Butler, critica que se tiene una concepción naturalizada del mismo y critica también al feminismo de la diferencia del que se ha hablado anteriormente. Afirma que en la sexualización de los cuerpos ya está presente el género como opresión y expone que por qué ha de ser más importante nacer con vulva o con pene que nacer con un tipo u otro de lóbulo auricular. Que el hecho de considerar determinante la genitalidad no es una verdad absoluta y no tiene por qué ser de esta manera:
Señala que existen otros tipos de diferencias entre la gente, diferencias de forma y tamaño, de formación del lóbulo de las orejas y el tamaño de la nariz, y no preguntamos cuando un niño  al mundo qué clase de lóbulo de las orejas tiene.
También afirma que,  puesto que el sexo y el género son construidos también lo serían tanto la heterosexualidad como la homosexualidad:
Su aportación a la filosofía y al feminismo, en lugar de una abolición del género, es decir, en lugar de fomentar un libre desarrollo de la personalidad independiente a la realidad genética y genital con la que se haya nacido, es, intentar concebir el género fuera de la binariedad, es decir, reformular la categoría, dicho de otra manera, inventar nuevos tipos de etiquetas o de “géneros”, que recordamos, Simone en El Segundo Sexo demuestra que son un método de opresión y clasificación de los sexos para que unos acaben teniendo una posición privilegiada y otras, el 50 por ciento de la población, una posición de oprimidas.
Lo que propone es etiquetar como géneros y clasificar los diferentes tipos de personalidades independientes del sexo, que se pudieran desarrollar en un sistema patriarcal e identificar esto como una especie de nueva libertad.
También afirma que,  puesto que el sexo y el género son construidos también lo serían tanto la heterosexualidad como la homosexualidad:
Esta última idea acerca de la homosexualidad se sigue criticando a día de hoy por considerarse homófoba,  ya que se presupone que incluso el término homosexualidad estaría fuera de lugar por qué no sería una orientación sexual sino hacia el género expresado por la otra persona.  dentro del movimiento feminista actual hay un gran debate respecto a este tema en el que se llega por parte del movimiento queer a llamar a las mujeres lesbianas “fetichistas de la vulva” o “tránsfobas”, lo cual es interpretado por parte del Feminismo de la Diferencia o el Feminismo Radical  aparte de como homofobia, como una forma de misoginia.
Es importante recordar aquí, que el género no es sólo el hecho de tener unos gustos estéticos u otros o el hecho de ser más o menos “afeminado”. Esto es lo más superficial, el género es que las mujeres tengamos miedo a volver solas a casa porque sabemos que nos pueden violar por ser mujeres, es el hecho de que el simple hecho de tener una relación heterosexual sea más arriesgado que tener una con otras mujer, porque existen los feminicidios, es decir,  nos matan por ser mujeres, es tener más miedos que los hombres o tener más problemas de autoestima que ellos, problemas creados con una patologización de nuestros procesos vitales ligados a nuestra biología, por ejemplo, las estrías, el pecho “caído”, las arrugas, la grasa corporal, las pestañas, las cejas, el vello púbico, el vello facial etc. Todo lo que implica dejar de ser deseables para los machos heterosexuales de la especie humana.
La teoría queer, de la que se considera fundadora a Butler considera que si el género es una normativa, el feminismo ha de tener como sujeto político no sólo a las mujeres nacidas hembra y oprimidas por el hecho de serlo sino también a otras minorías como las personas transexuales, ya que también estarían siendo castigadas y excluidas por no responder a las normas de género establecidas.
a las mujeres se las socializa mediante el género femenino, desde los primeros pendientes que se les ponen cuando nacen en Occidente, la brutal ablación femenina que se sufre en otros países o las bodas forzadas de niñas, para que sean sumisas.
A lo que respondería el párrafo anterior desde una perspectiva feminista radical actual:  el género no consiste sólo en actuar siendo “femenina” o “femenino” en sociedad o en llevar un tipo de ropa o en el hecho de maquillarse o dejar de hacerlo, sino que a las mujeres se las socializa mediante el género femenino, desde los primeros pendientes que se les ponen cuando nacen en Occidente, la brutal ablación femenina que se sufre en otros países o las bodas forzadas de niñas, para que sean sumisas. Se las socializa para que se dediquen a los cuidados, sean delgadas y ocupen el mínimo espacio posible,  no molesten, no sean ruidosas, sean más inseguras que los hombres, tengan miedo de volver a casa solas de noche, tengan miedo de poder ser agredidas sexualmente en la intimidad con los hombres, tengan más probabilidades de acabar siendo asesinadas por el hecho de haber nacido mujeres y un largo etcétera.
Otra de las críticas que existen, a parte del punto de vista del Feminismo Radical, en que sólo una hembra humana es sujeto político del feminismo, es la que hace  Martha Nussbaum en su artículo ‘The Professor of Parody’, donde alega que la aportación de Butler es elitista, autoritaria y puramente academicista e imposible de practicar en el espacio y tiempo reales, por lo que no ayuda a la opresión que sufren los seres humanos, tendría como consecuencia la imposibilidad de llevar a cabo una acción política feminista contraria al sistema de género opresivo traduciéndose en una complicidad con el sistema patriarcal.
la aportación de Butler es elitista, autoritaria y puramente academicista e imposible de practicar en el espacio y tiempo reales, por lo que no ayuda a la opresión que sufren los seres humanos, tendría como consecuencia la imposibilidad de llevar a cabo una acción política feminista contraria al sistema de género opresivo traduciéndose en una complicidad con el sistema patriarcal.
Volviendo a la teoría queer y para finalizar a continuación se hará una breve  enumeración y exposición sobre los nuevos tipos de género que proponen como método para la liberación de la mujer y de otras minorías LGBTQI+ mediante la autoidentificación individual basada en lo que cada persona “siente” sobre sí misma :
Cisgénero: persona que se siente identificada con la opresión de género, basada en la genitalidad mostrada al nacer, a la que se ve sometida desde su nacimiento.
Agénero: Persona que siente que no tiene género.
Bigénero: persona que siente que su género son dos géneros a la vez, los cuales pueden ser binarios o no.
Genderfluid: persona que siente que fluye en su día a día a través de diferentes género binarios o no.
Tercer Género: Persona que siente que su género es la mezcla del género femenino y el masculino o que siente que pertenece a un “tercer género” que no es ninguno de los anteriores.

Bibliografía
Beauvoir, S. (2005) El segundo sexo. Madrid. Cátedra
Duke, C. (2010) Judith Butler y la teoría de la performatividad de género. Colegio Hispano Americano, pp. 85-95.
López Pardina, T. (2012) De Simone de Beauvoir a Judith Butler: el género y el sujeto. Pasajes: Revista de pensamiento contemporáneo, ISSN 1575-2259, Nº. 37.
Ortega Raya, J. (2006) Aportación de Simone de Beauvoir a la discusión sobre el género. Tesis doctoral dirigida por Carmen Revilla Guzmán (dir. tes.). Universitat de Barcelona.
Puleo, A.(2008) Simone de Beauvoir: filósofa existencialista, pensadora de nuestra libertad. (Extraído de: http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1274#nb )
Ramos, P. (2019) Glosario de vocablos relacionados con el movimiento LGBTQI+ . (Extraído de Studium)
Sabsay, L. (2010 ) En los umbrales del género, Beauvoir, Butler y el feminismo ilustrado. Universitat de València – Universidad de Buenos Aires. Feminismo/s , n. 15, p. 119-135, junio.
Consultas sobre Biografías en : http://www.philosophica.info/voces/beauvoir/Beauvoir.html   ISSN 2035-8326. Pontifica Universitá de la Santa Cruce.

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