Pedro Echeverría V.
1. Es muy sabido en México, porque desde hace más de 20 años los
hechos lo han demostrado, que la amplísima extensión del narcotráfico en
toda la República, ha contado con las alianzas del poderoso mercado de
los EEUU por lo menos desde los gobiernos de Clinton, Bush, Obama, hasta
Trump. Ese país –con mucho dinero y poder- es el más grande consumidor
(¿también redistribuidor?) de las diferentes drogas que se introducen
desde México, Colombia y otros países. ¿Qué pasaría si los introductores
yanquis dejaran de recibir los cargamentos diarios? ¿Cuántos billones
de dólares invierten éstos gringos en México para garantizar las
toneladas que reciben?
2. En México, desde aquel general del ejército –que hace varias
décadas- estrechamente aliado a los jefes de los productores de droga,
se comenzó a descubrir que sin la alianza yanqui, de los empresarios y
altos políticos mexicanos, la droga no crecería. ¿Puede recordarse que
en febrero de 1997 –gobernando Zedillo- el secretario de la Defensa, el
general Cervantes informó que el general Jesús Gutiérrez Rebollo
protegía al líder del narco, Amado Carrillo, el “señor de los cielos”?
Ese general Rebollo era el jefe del combate a las drogas y había
comandado durante siete años la Quinta Región Militar (Aguascalientes,
Colima, Jalisco, Nayarit y Zacatecas) con sede en Jalisco. Se mudó a
Cuautla y luego a la CDMX. ¡Qué ejemplo tan chingón!
3. La droga produce una gigantesca suma de capital proveniente de los
EEUU y del mismo México. Pero el consumo en el país –afortunadamente-
es muy bajo. Por ello me he preguntado durante décadas: ¿Si los
gobiernos fueran honrados y honestos no alcanzarían hacer una
negociación directa con los jefes del narco si casi toda su lana viene
de los negocios con EEUU y de sus socios y apoyadores en México? Me
imagino que con amplias exposiciones de algunos políticos inteligentes y
sagaces del tipo Bartra, Taibo, los personajes jefes del narco
entenderán la situación del país, la urgencia que tiene de recomponerse y
tregua tras tregua podría llegarse a acuerdos.
4. López Obrador, si llegara a negociar con el narco, recibiría todas
las mentadas de madre de la llamada oposición e incluso –lo que faltaba
o necesitada la reacción derechista- justificación para lanzar un
llamamiento a ser derrocado. Pero López Obrador ha sido el único
presidente honrado de la historia; diferente a los presidentes
anteriores corruptos que –junto a los empresarios- han negociado a su
manera con el narco. Que digan y hagan lo que quieran los partidos y
empresarios –unidos todos ellos a los intereses yanquis. Es tiempo de
acabar con la bronca de la inseguridad y los jefes narcos conocen
México, pero necesitan urgentemente entenderlo. Si AMLO no puede hacer
la negociación abierta que la haga como quiera, pero urge.
5. ¿Y qué tal si los jefes narcos están agarrados muy fuerte de los
huesos por sus aliados yanquis y por los políticos y empresarios
mexicanos y también buscan liberarse de ellos? Yo pienso que los
expresidentes de México y de los EEUU han sido los destructores de
México, mucho peores que “el chapo” Guzmán. Hay que analizar y discutir
con ellos, incluso con “el chapo” que está dispuesto a entregar su
dinero a los indígenas mexicanos. Yo propondría hasta al más inteligente
filósofo, Enrique Dussel, para darles una clasesota de ideología e
historia. Si con ello no aceptan negociar los jefes del narco, es que
están muy comprometidos con personajes que dominan a México y al mundo.
Me parece el único camino para la paz verdadera; lo contrario sería un
enfrentamiento armado total que llevaría a muertes sin límites.
(15/X/19)
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