Todo parece indicar que Morena cumplió su misión el año pasado con el
triunfo de López Obrador y que a partir de entonces ya no tiene ese eje
aglutinador y quienes se quedaron a cargo de la dirigencia nacional no
han sabido conducirlo poniéndolo al filo del precipicio.
No hay nada firme en Morena a pesar de que el año pasado arrasó en
las elecciones. Ni siquiera el padrón de militantes esta claro y en la
página electrónica del partido aparece un aviso que es elocuente: “Todo
el padrón de militantes de morena se encuentra ‘en reserva’ al estar en
proceso de revisión, actualización y sistematización”.
Resulta que, en dos años, Morena aumentó 790% su padrón de
militantes, ya que según el INE a enero de 2019 tenían un padrón de
militantes con 317 mil 595 registros válidos. Sin embargo, el Consejo
Nacional del partido informó que tenían tres millones 100 mil afiliados,
de los cuales un millón laboran y un millón 300 mil participa en alguno
de los 110 mil comités de Protagonistas del Cambio Verdadero
constituidos en las 68 mil secciones electorales.
La presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky Gurwitz,
confirmó en días pasados que la elección para renovar la dirigencia
nacional quedó suspendida, debido a que, por los actos violentos
registrados en algunas entidades, sobre todo en Jalisco, no hay
condiciones de seguridad para realizarla y aseguró que el padrón no es
confiable.
“La verdad es una pena lo que está sucediendo, lo dije todo el tiempo, ese padrón no sirve, no es confiable y no debíamos usarlo, porque no podemos arriesgar a nuestras compañeras y compañeros. Hay muchas quejas de que se está entrometiendo gente que no es de Morena y la gente de Morena se está quedando afuera, entonces tendremos que citar al Comité Ejecutivo Nacional y tomar las medidas respectivas”, señaló sin dar una fecha para la elección.
Además de esta grave irregularidad del padrón, Morena mostró una
enorme fragilidad en días pasados cuando se realizaron las elecciones de
los comités estatales. En Jalisco, se registraron dos ataques armados
en las internas de Guadalajara y Zapopan que dejaron un saldo de seis
heridos, dos de ellos graves.
En Ahome, Sinaloa, se suspendió el proceso porque el líder municipal
de Morena fue amagado con una pistola; en Gómez Palacio, Durango, la
asamblea del distrito 2 tuvo que ser diferida ante quejas por boletas
clonadas y tardanza en el registro de los participantes; en tanto que,
en Cajeme y Navojoa, Sonora, las quejas fueron por irregularidades en
las asambleas. Mientras que, en Saltillo, Coahuila, denunciaron
supuestas irregularidades cometidas por el comité estatal del partido,
ya que los denominados “Servidores de la Nación” invitaron a gente ajena
al partido para que participara en las elecciones sin ser militantes a
cambio de entrar a algún programa social.
Estas irregularidades muestran lo que en realidad es Morena: una masa
política sin consistencia que arrastra los mismos vicios de los otros
políticos donde no hay militantes convencidos sino asistentes con
intereses particulares que buscan un trampolín para alcanzar un puesto
político o de gobierno.
Por cierto…El presidente Andrés Manuel López Obrador
amenazó con salirse de Morena si no arreglaban las cosas para elegir a
su dirigencia nacional. La amenaza no sirvió y el presidente camina con
ese dolor en el tendón de Aquiles en el que se ha convertido este
movimiento que no cuaja antes de su primera prueba como partido en el
poder: las elecciones del 2021.
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