Víctor Flores Olea
Por supuesto que
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sigue siendo el principal tema de la
discusión política en México. En este aspecto, resultó relevante la
encuesta que levantó El Financiero el pasado 1º de octubre.
Iniciaremos, sin embargo, recordando algunas de las críticas más
repetidas a su desempeño en la primera magistratura.
Tal vez la más frecuente ha sido la del freno económico, lo que
parece ser ya una grave abstención de los empresarios mexicanos a
invertir, en lo que tendría que ver de manera muy importante la decisión
de AMLO de dejar al
libre juego del mercado políticola construcción del aeropuerto de Texcoco, que cayó en manos de los partidarios de AMLO y de sus autoridades en el campo de la infraestructura nacional, y puntualmente del ingeniero Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes. El hecho es que la decisión recayó en la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, lo que originó una concertada campaña publicitaria culpando a AMLO de esa decisión final que causó una severa inhibición de los empresarios a invertir y a confirmar sus dudas sobre AMLO, que se habría traducido en una severa ausencia de flujos de capital. Estos y otros factores habrían contribuido a la falta de inversiones que, naturalmente, se ha traducido en ausencia de crecimiento económico, más aún en los niveles deseados por el propio López Obrador en su campaña y para contar con un capital suficiente que permita distribuirlo más equitativamente que en el pasado.
Hoy, por supuesto, la publicidad negativa se aprovecha de estas
circunstancias para presentar la gestión de AMLO en la primera
magistratura como negativa en lo económico y dudosa de su posible
capacidad para ejercer el puesto. Si a esto añadimos discutibles
decisiones en el plano de la seguridad nacional, como la creación de la
Guardia Nacional, se alimenta el arsenal de los críticos que participan
en las campañas de desprestigio y derrotismo que se han montado contra
AMLO.
La reciente encuesta de El Financiero, practicada entre una
masa de población muy considerable, arrojaría un resultado muy diferente
y a todas luces favorable a AMLO. Después de 10 meses en la
Presidencia, la medición señala que su aprobación como Presidente
alcanza 68 por ciento, mientras la desaprobación apenas está en 30 por
ciento. En mayo pasado, el presidente López Obrador registró 67 por
ciento de aprobación; en junio y julio, 66, y en agosto, 67, de acuerdo
con la serie del diario. La encuesta también registra algunos aumentos
en la percepción favorable que el mandatario tiene en los conceptos de
honestidad y liderazgo. En honestidad, la opinión positiva pasó de 58
por ciento en agosto a 63 en septiembre, mientras en liderazgo subió de
53 a 60 por ciento. En tanto, la evaluación ciudadana de la capacidad de
López Obrador para dar resultados pasó de 43 a 48 por ciento,
alcanzando 66 por ciento de aprobación general; sin embargo, la
seguridad continúa siendo su gran pendiente. De acuerdo con este
ejercicio, la credibilidad del Presidente de la República también dio
pasos adelante, al subir de 48 por ciento en agosto a 59 por ciento en
septiembre: 11 puntos de mejoría. Esta misma encuesta revela que el
Grito de Independencia celebrado en Palacio Nacional y en el Zócalo el
15 de septiembre le gustó a 66 por ciento de los mexicanos, y que sólo
12 por ciento lo rechazó. Respecto de las percepciones sobre el manejo
de los grandes problemas del país –como la criminalidad y el
insuficiente crecimiento de la economía–, destaca el tema de la
seguridad pública. Ahí, la opinión favorable pasó de 37 a 45 por ciento,
y el sentimiento positivo rebasó por primera vez desde junio pasado a
las evaluaciones negativas, que cayeron de 44 a 34 por ciento.
Mientras, las evaluaciones sobre temas como economía, corrupción y
pobreza se inclinaron más hacia una opinión desfavorable que favorable.
Se incrementó en dos puntos la percepción de que la corrupción es el
principal problema del país, mientras el presidente Andrés Manuel López
Obrador continúa en lo personal subiendo su nivel de aprobación y
calificación en siete meses.
Por supuesto, los resultados ampliamente favorables a AMLO como los mencionados aquí, resultado de la encuesta de El Financiero,
no debieran por ningún motivo hacerle bajar la guardia. Al contrario,
incluso de las críticas contrarias y hasta de las opiniones
desfavorables que contienen las campañas publicitarias adversas pudieran
obtenerse elementos para afinar y hasta corregir el proceso de las
decisiones políticas del actual mandatario. Tales son las
contradicciones y puntos favorables que está obligado a aprovechar el
Presidente de una nación tan compleja como México. Para un hombre de la
calidad política de López Obrador esta tarea de ninguna manera es
inalcanzable, lo que ha demostrado ya en variadas ocasiones.
De hecho, los aspectos favorables a la gestión de AMLO, claramente
mayoritarios, se refieren al campo de la política, por lo que ha logrado
un liderazgo y un reconocimiento que hace tiempo no veíamos en México.
Esperamos que continuará por esa vía en beneficio de México y de los
mexicanos, sobre todo de los que ahora son menos favorecidos.
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