La SFP empieza las auditorías
Encuentran hasta 20 veces un mismo proyecto
Destinan indebidamente recursos a obras sin fines científicos: Álvarez-Buylla
La actual administración del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt) ha encontrado anomalías en algunos de sus 65
fideicomisos de los que ejercen recursos públicos, los cuales serán
fiscalizados por la Secretaría de la Función Pública (SFP).
La directora general del consejo, Elena Álvarez-Buylla, indicó que se
ha detectado que, por ejemplo, un mismo proyecto se repite hasta en 20
ocasiones.
En un foro en el que estuvo acompañada por la titular de la SFP, Irma
Eréndira Sandoval, Álvarez-Buylla afirmó que esto es muestra que hubo
agentes que se especializaron en obtener recursos del erario para fines
distintos al ámbito de la ciencia y tecnología.
Tenemos 65 fideicomisos, que se dice rápido, pero es prácticamente imposible fiscalizar de manera eficiente y transparente a todos en su conjunto; hemos encontrado hasta 20 veces un mismo proyecto bajado por diferentes agentes que se han especializado en recibir recursos de la función pública, del erario, para fines que no son justamente los que marca la ley.
La funcionaria refirió que 35 de los fideicomisos del Conacyt son del
programa llamado Fondos mixtos, dirigidos al trabajo en las entidades
federativas y que
una cantidad importante de estos recursos se han destinado, por ejemplo, para obra civil e infraestructura, que muchas veces no redunda en un beneficio del desarrollo científico y tecnológico del país.
Enfatizó que bajo los nuevos lineamientos de la Cuarta
Transformación, el fin de la dependencia a su cargo es consolidar estos
fideicomisos y una reforma profunda para asignar los recursos en la
materia.
Fachadas de corrupción
La secretaria de la Función Pública señaló que por
décadas los fideicomisos fueron fachadas para esconder corrupción en el
país.
Es incuestionable el vínculo que se ha fabricado para hacer de los fideicomisos, no sólo auténticas cajas chicas, sino que se constituían en fachadas para ingeniería financiera y contable, y para esconder franca corrupción.
Por medio de estos mecanismos, agregó Sandoval, las entidades y los
organismos gubernamentales dispusieron de recursos públicos sin
vigilancia y sin supervisión por parte de los órganos internos de
control del Estado o de alguna otra instancia de fiscalización.
Ello provocó irregularidades en la gestión pública y llegó a generar importantes daños patrimoniales con el franco desvío de los recursos y de la defraudación fiscal en los pasados gobiernos federales y locales.
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
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