¿Nueva conciencia ética?
Todo indica que se reanima el tema de la constitución moral. Nos hemos vuelto a reunir con el Presidente de la República el pequeño grupo que se encargará de presentar un anteproyecto que sirva de referente para iniciar la discusión sobre el tema. Habrá foros regionales y finalmente una asamblea nacional que aprobará un texto definitivo. Este código tiene su antecedente en la cartilla que, hace 75 años, escribió Alfonso Reyes. Aunque la cartilla original no se distribuyó, una nueva edición realizada por el actual gobierno la repartió a 10 millones de personas. La respuesta ha sido muy interesante.
El nuevo código ético tendrá como objetivo identificar ciertos patrones que pueden conducir a la felicidad y que son de aceptación generalizada. Los problemas morales del pueblo de México de la época en que Reyes escribió su cartilla son distintos de los de hoy. Ha habido una transformación en las costumbres y en los criterios, la conducta sexual, la organización familiar, la participación de las mujeres en la vida pública, el incremento de la inseguridad y, sobre todo, la violencia han obligado a pensar en nuevas soluciones.
Para dar unos cuantos ejemplos: nuestras estructuras políticas se están volviendo más democráticas, el autoritarismo se ha reducido, todos quieren opinar y participar. Las mujeres exigen igualdad de condiciones y garantías para su seguridad personal y también, como madres y parejas. Las familias están en completa reorganización, los divorcios han aumentado 136 por ciento y los matrimonios se redujeron 21 por ciento. El sentido comunitario se ha debilitado y ha crecido el individualismo. La discriminación racial se ha mantenido pero ahora hay mucha mayor conciencia de este problema. El respeto a la patria parece haber declinado en muchos sectores. Hay más conciencia del respeto a la naturaleza pero el poderío de los descubrimientos en materia biológica requiere de una nueva ética. La percepción de la corrupción está reduciendo, pero está lejos de haber sido erradicada (Índice de percepción de la corrupción 2019, Transparencia Internacional). Probablemente el mayor problema ético es la falta de respeto al estado de derecho. Uno es el texto de la ley y otra muy distinta es la forma en que se aplica en la vida real.
Millennials con el socialista Bernie a quien temen más demócratas que republicanos
El 70 por ciento de los millennials y/o
generación Y, quienes nacieron después de 1980, tienden a votar por un socialista, pese a que el término
socialismoes anatema en EU y del que el renergizado Trump, después del fallido impeachment, ha hecho su tiro al blanco propagandístico para enarbolar las bondades del capitalismo de Wall Street que ha llevado sus acciones a la estratósfera, en contraste con su economía que exhibe una patente mediocridad –exceptuando la aristocrática
economía digitálicade Silicon Valley.
Los jóvenes de EU
han perdido la fe en el capitalismo y ahora abrazan al socialismo, mientras que la principal propuesta de
cuidados médicosde Bernie Sanders, confeso
socialista demócrata, quien ondea la bandera de
Cuidados médicos para todosque ha atraído a los millennials y
ha movido a la izquierda al Partido Demócrata en forma significativa(https://bit.ly/3bllP72).
Un frondoso huerto es la pequeña mancha verde en la favela más antigua de Río
Alê Roque pasea por el silvestre huerto en Río de Janeiro, aparta las hojas de la vegetación para enseñar lo que ayudó a plantar el año pasado.
Este cacao se está desarrollando bien... Miren a este árbol de lima, está lleno... Montones y montones de tomates... Ese un acaí..., comenta. Parece que siempre hay algo más que mostar:
Jengibre, aguacates, piña, batata.
Se agacha ante un camote y decide recogerlo con los niños a quienes enseña a cuidar plantas en este y otros lugares de la comunidad. Además de proporcionar alimentos gratis a los vecinos, estar en ese huerto tiene otro beneficio: se está mucho más fresco bajo su sombra, lo que representar una rareza en esta parte de la ciudad, lejos de la brisa marina de Copacabana e Ipanema.
Este pequeño trozo de tierra vacía se encuentra junto al centro de Providencia, la primera favela de Río, donde casas humildes se apiñan en ángulos improbables y los agujeros de bala revelan la presencia de narcotraficantes.
Viejo amor
Ante el prolongado silencio, Guillermina mira expectante a los miembros de su familia, sentados alrededor de la mesa:
Guillermina: –¿No tienen nada que decir?
En respuesta, Artemio abandona la mesa y sale dando un portazo. Magda, su mujer, intenta retenerlo inútilmente. Pamela, en cuyo honor se organizó la cena, no oculta su disgusto:
Pamela: –Si hubiera sabido que iba a encontrarme con este numerito habría rechazado la invitación.
Alicia, soltera, embarazada de seis meses, observa a su prima con severidad:
Alicia: –No olvides que organizamos la cena para ti.
Pamela: –Muchas gracias. Lo estoy pasando tan bien que este será un cumpleaños inolvidable.
Su hermana Lucinda, ofendida por el tono sarcástico, la encara:
Lucinda: –Si te sientes tan a disgusto, ¡vete!
Marcos, su prometido, retira su copa y se levanta:
Marcos: –Este es un asunto familiar. Creo que debo irme. (A Lucinda.) Mi amor, te dejo el coche.
Lucinda: –Espérate a que recoja mi abrigo y nos vamos juntos.
Marcos: –Creo que debes quedarte... Es importante. Llámame cuando llegues a tu depa.
Lucinda (a Magda): –Me quedo, pero sé que no lograremos nada. La abuela ya está decidida.
Recuerdos
Empresarios (CXXIII)
Se luchó con bravura… Pero todo fue inútil.
Y cuando los peones del lado norte, tras un esfuerzo sobrehumano, subían la pared de la zanja, los del lado sur se angustiaban: tenían que hacer igual de hazaña; de lo contrario se desmoronaría todo el paredón que defendían. Pero aquella noche la naturaleza pudo más, y al día siguiente, cuando regresábamos en el coche a Bogotá, los campos parecían desolados. Los sembradíos habían desaparecido y en los potreros flotaban los cadáveres del manso y gordo ganado.
“Son inimaginables los recuerdos taurinos que guardo de Santa Fe de Bogotá. Mas para mejor relatar los acontecimientos que me llevaron a pensar en el festejo taurino más bello que haya conocido, transcribiré algunos artículos, no completos, apenas sus encabezados o algunas frases que demuestran algo del temperamento volcánico que se esconde en la fría ciudad adormecida y un poco sobre la manera extraordinaria en que ahí me recibieron.
“El Tiempo: ‘El viernes de la próxima semana llegará la notable rejoneadora, quien toreará en la Plaza de Santamaría los domingos 19 y 26 con toros de Vistahermosa y Mondeño. Completan el cartel los novilleros Gabriel Alonso y Ángel Isunza. En Bogotá se han agotado las entradas para los toros.’
“El Espectador: ‘todas las boletas de toros, en manos de acaparadores. No se consigue ni una sola entrada. Millares no tuvieron tiempo de proveerse de sus localidades… Se nos han hecho centenas de llamadas telefónicas… En la mañana fueron destrozadas las taquillas de los teatros Real y Astral…’
Editorial
Paradójica, sería una de las formas de llamarle a la situación de la agricultura en México: por un lado se admite que el desarrollo agrícola es esencial para el desarrollo económico sustentable del país (no hay administración de gobierno que no lo diga explícitamente); por el otro, el crédito destinado a ese sector es uno de los más bajos de América Latina (sólo son menores el de Brasil y el de Trinidad y Tobago). El dato aparece consignado en un estudio reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), donde la organización también señala que las zonas donde se concentran una parte sustancial de los recursos naturales del territorio nacional –es decir, las áreas rurales– siguen despoblándose poco a poco, por una combinación de factores donde el abandono, la desatención oficial y los planes de apoyo fallidos tienen un peso considerable.
Cuidemos la Universidad
La Universidad es parte de todos nosotros y el legado, patrimonio de las actuales y nuevas generaciones en la formación, estudio e investigación en Ciencias, Artes y Humanidades. Desde la secundaria, bachillerato, profesional, cursos de actualización, especialidades, maestrías, doctorados y posdoctorados. Sus actividades trascienden en clínicas, hospitales y servicio social.
El ultraderechista Jair Bolsonaro viene de cumplir poco más de 400 días como presidente de la nación más extensa, poblada y económicamente poderosa de América Latina: Brasil.
“Voy por mi mamá, por una mejor y digna jubilación”, le dijo a su familia el joven de 33 años Mauricio Fredes Lambi cuando salió de casa para participar en la primera línea de la protesta en Plaza Baquedano, rebautizada Plaza de la Dignidad en el centro de la capital chilena. Apenas hace unos días, se cumplió un mes de esa trágica noche en la que Mauricio perdió la vida al caer a una fosa de 1.80 metros de profundidad que contenía cables de alta tensión y agua.
Anadie debería sorprender, pero la realidad es que la ruta de la Cuarta Transformación está poblada de dilemas insolubles a primera vista y de problemas que se acumulan. Sus adversarios, para usar su nomenclatura, aguardan la llegada de una ilusoria hora de la verdad, mientras la realidad inclemente sigue tejiendo panoramas tristes.
Vamos a empezar con esto. El transporte: diario colectivo, co-tidiano, autobuses, camiones, Metro, tren, automóvil, bicicleta, y en cuanto a transporte particular; automóviles, autobuses y camiones.
Los motivos esenciales de la migración en el mundo –a decir de los especialistas– son cinco búsquedas: 1) de empleo, sea porque no se tiene o se anhela uno mejor; 2) de mejoría de ingreso, cuando no satisface el que se deriva del empleo que se tiene –cuando se tiene– o porque francamente no se tiene ni trabajo ni ingreso; 3) de igualdad económica y social; 4) de equilibrio o balance demográfico; 5) finalmente, de mayor bienestar ecológico y ambiental.
Es cada vez más común que todo lo que acontece políticamente se explique en torno a una creciente y omnipresente categoría, la
clase media. Este término monopoliza la mayoría de interpretaciones posibles a la hora de justificar los comportamientos sociológicos y políticos, y por supuesto, las preferencias electorales. Seguramente por comodidad y simpleza, da igual lo que suceda, porque todo tiene argumentativamente a la clase media como factor común.
Manifestantes democráticos y no sectarios, furiosos ante la corrupción administrativa, condenan al parlamento como un lugar donde empresarios y terratenientes pueden ser vendidos y comprados, y demandan elecciones no confesionales y una votación popular para la presidencia. Repitamos el viejo lugar común: ¿les suena familiar?
Amediados del siglo pasado uno de los templos codiciados para efectuar las bodas más elegantes era La Profesa. Bella construcción barroca que está en la esquina de la avenida Madero e Isabel la Católica. Lo construyeron los jesuitas en 1595 tras un rudo litigio, ya que se oponían los religiosos de Santo Domingo, San Francisco y San Agustín, aduciendo que invadía su jurisdicción. Finalmente la petición fue aprobada por una sentencia que solicitó el rey a los tres consejos: Castilla, Indias y Órdenes.
Ala distancia, sé que cuando quemé el dorso de la mano a uno de mis hermanos, con una cuchara que dejé calentar en mi plato hondo de consomé hasta que estuviera hirviendo, fue una travesura. Éramos niños, ni siquiera adolescentes. Los cinco hermanos estábamos de vacaciones con papá y mamá, cenábamos en el comedor de un hotel en Oaxaca y nos comportábamos lo más conformemente posible a las indicaciones de mamá, que, ante todo, evitaba irritar a papá. A mi derecha, el mayor de los tres hombres, menores que mi hermana y yo, gritó, lo que a mí me provocó un auténtico ataque de risa, reacción que se repite, aunque admito que con el tiempo quizá con mayor moderación, cada vez que recuerdo, para mí o ante otros, incluso ahora mismo, cuando registro el hecho en estas líneas.
En 1942, al llegar a la calle de Berlín número 6, en la colonia Juárez de la Ciudad de México, aprendí español yendo y viniendo con mochila y delantal de cuadritos de la escuela a la casa. Sólo años más tarde, Guillermo Haro habría de preguntarme:
¿Qué dijiste?Resulta que decía: “Yo vide” y
su merced, porque así lo oía en la calle y así nos enseñó Magda, venida de Tomatlán a cuidarnos. Todavía hoy, si me descuido digo sssssiudá en vez de
ciudad, y pronuncio palabras que aún no reconoce la Academia de la Lengua y tampoco se encuentran en el Diccionario de mexicanismos, ni siquiera en el Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Entre las 19:05 y las 20:06 del pasado sábado, las paredes del auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes y el público asistente vibraron, literalmente, con la ejecución de Drumming (1971), obra monumental de Steve Reich que es por derecho propio uno de los grandes clásicos de la música repetitiva; dicho de otra manera, se trata de una muestra suprema del minimalismo inteligente porque, ciertamente, también los hay de la otra variedad.
Una primera precisión conveniente: Los miserables, el primer largometraje de Ladj Ly, realizador nacido en Malí y radicado en Francia, no guarda relación alguna con la novela homónima de Victor Hugo, menos aún con el musical inspirado en ella. Es apenas una referencia anecdótica traída a colación por uno de los personajes de la cinta. El lugar en que se desarrolla su trama policiaca, su relato de abusos de poder y exasperadas respuestas comunitarias, es Montfermeil, un conglomerado urbano en la periferia parisina, con una densa población de origen árabe o africano, donde el autor de Los miserables situó en 1862 parte de su célebre relato. La alusión geográfica se vuelve, sin embargo, planteamiento moral cuando el director cita en los créditos un fragmento de la novela:
Recuerden, queridos amigos: no hay hierbas malas ni hombres malos. Sólo malos cultivadores. Una suerte de advertencia sobre el tipo de violencia y caos que entre las poblaciones marginadas suelen propiciar el abuso de poder y la impunidad vuelta sistema. Ese tipo de alerta la lanzará tiempo después el escritor afroamericano James Baldwin en un tono bíblico más contundente:
La próxima vez, el fuego.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario