Por Guadalupe (UACM)
Cuenta una historia de una mujer que desde hacía tiempo se preparaba para participar en una carrera, todos los días muy de temprano se levantaba y comenzaba a realizar ejercicios de rutina que ejercitaban su cuerpo. Por fin llego el día más anhelado, una carrera con diversas corredoras la aguardaba, nerviosa y con miedo asumió el reto.
El día se acercaba y en su mente la inundaban preguntas de que si sería capaz de llegar a la meta y de ganar.
Por fin en la pista, observo a su alrededor, habían mujeres listas para correr con una condición física envidiable.
Se hizo un llamado, se colocaron en sus respectivos lugares y comenzaron a correr, la mujer solo veía como las corredoras la rebasaban dejándola atrás, al llegar a un lugar espectadores le gritaban que siguiera adelante, que no se rindiera, que viera la meta, que luchara.
La corredora no creyó que llegaría, pero todos aquellos gritos le renovaban las fuerzas para poder seguir adelante, al fin sus ojos vieron la meta, y cuando llego, no le importo el tiempo que realizó, y ni que fuera tal vez una de las ultimas corredoras en llegar, un reportero le pregunto - ¿Qué se siente correr?- a lo que ella respondió –Antes de comenzar la carrera solo pensaba en ganar el primer lugar, mientras corría, solo pensaba en llegar a la meta-.
Hoy tu y yo tomamos la decisión de comenzar una carrera, la meta tal vez parece cada vez más lejana, pero el que ésta parezca estar a larga distancia no significa que no lleguemos, a nuestro alrededor hay asistentes, unos apoyando, compartiendo con nosotras el esfuerzo que por diversas razones no han podido llevar a cabo, pero que disfrutan y reconocen a los que si lo hacen, esos motivan, otros sólo esperando el momento en que tu y yo desistamos de seguir adelante, intentando compartir su frustración por no tener el valor de siquiera participar, finalmente espectadores, esos se omiten, pero por otro lado existen aquellos que van con nosotros y que su sola presencia nos anima a continuar esta lucha, esos nos alimentan.
La vida, la convicción de lucha, los sueños, solo son arrebatados por aquellas mujeres que tienen valor y van con todo, y que no solo participan, sino aún más lo hacen con amor, con entrega y fidelidad a la ideología, eso ya es un triunfo que nos hace más fuertes para enfrentar cada carrera por la existencia.
Solo una mujer de valor puede llegar a ser más preciosa que los rubíes
Maria Puerta Wolcott
Maria Puerta Wolcott
Cuenta una historia de una mujer que desde hacía tiempo se preparaba para participar en una carrera, todos los días muy de temprano se levantaba y comenzaba a realizar ejercicios de rutina que ejercitaban su cuerpo. Por fin llego el día más anhelado, una carrera con diversas corredoras la aguardaba, nerviosa y con miedo asumió el reto.
El día se acercaba y en su mente la inundaban preguntas de que si sería capaz de llegar a la meta y de ganar.
Por fin en la pista, observo a su alrededor, habían mujeres listas para correr con una condición física envidiable.
Se hizo un llamado, se colocaron en sus respectivos lugares y comenzaron a correr, la mujer solo veía como las corredoras la rebasaban dejándola atrás, al llegar a un lugar espectadores le gritaban que siguiera adelante, que no se rindiera, que viera la meta, que luchara.
La corredora no creyó que llegaría, pero todos aquellos gritos le renovaban las fuerzas para poder seguir adelante, al fin sus ojos vieron la meta, y cuando llego, no le importo el tiempo que realizó, y ni que fuera tal vez una de las ultimas corredoras en llegar, un reportero le pregunto - ¿Qué se siente correr?- a lo que ella respondió –Antes de comenzar la carrera solo pensaba en ganar el primer lugar, mientras corría, solo pensaba en llegar a la meta-.
Hoy tu y yo tomamos la decisión de comenzar una carrera, la meta tal vez parece cada vez más lejana, pero el que ésta parezca estar a larga distancia no significa que no lleguemos, a nuestro alrededor hay asistentes, unos apoyando, compartiendo con nosotras el esfuerzo que por diversas razones no han podido llevar a cabo, pero que disfrutan y reconocen a los que si lo hacen, esos motivan, otros sólo esperando el momento en que tu y yo desistamos de seguir adelante, intentando compartir su frustración por no tener el valor de siquiera participar, finalmente espectadores, esos se omiten, pero por otro lado existen aquellos que van con nosotros y que su sola presencia nos anima a continuar esta lucha, esos nos alimentan.
La vida, la convicción de lucha, los sueños, solo son arrebatados por aquellas mujeres que tienen valor y van con todo, y que no solo participan, sino aún más lo hacen con amor, con entrega y fidelidad a la ideología, eso ya es un triunfo que nos hace más fuertes para enfrentar cada carrera por la existencia.
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