Puede que la aplicación de computadora o celular que más te guste usar te controle a ti y no tú a ella. Este software 'privativo', como lo llama Richard Stallman, fundador de la Free Software Foundation, es carente de ética. Lee por qué debería importarte.
Javier Bárcenas (@Xavs
animalpolitico.com
¿Sabes quién le da las instrucciones a tu computadora? Puedes pensar que eres tú, cuando en realidad puede ser otro. Esto lo afirma Richard Stallman, fundador del movimiento por el software libre; él explica por qué te debería importar el uso de los programas ‘no privativos’.
Stallman es neoyorquino. Es fundador de la Free Software Foundation (FSF),
tiene 62 años y en el escenario del Instituto Tecnológico Autónomo de
México (ITAM), donde dio una conferencia a principios de diciembre, no
tiene enfado en quitarse los zapatos y comenzar a hablar en fluido español.
Richard, de figura regordeta y estatura media, advierte que si los usuarios tienen el control del programa, es software libre. Cuando es al revés, es software privativo. Y eso es un problema.
Programas cotidianos como un procesador de textos o el mismo sistema operativo (Windows o Mac, comúnmente) pueden poner en peligro tu privacidad.
Software libre: asunto ético de la libertad
Para Richard – o ‘RMS’, contracción de Richard Matthew Stallman – que el software sea ‘libre’ es una cuestión de ética.
¿Qué tanto sabe de ti el creador del software? ¿Tienes permitido como usuario hacer cambios para que el software se comporte como tú deseas? ¿Eres realmente ‘libre’ de utilizar como prefieras el smartphone que compraste? Son preguntas que pocos usuarios se hacen.
Es así que Stallman menciona las características del software libre:
- Es software que puedes ejecutar como quieras, para cualquier fin.
- Tiene código ‘visible’, así cualquier persona puede modificarlo y mejorarlo.
- Brinda libertad de hacer copias exactas para regalarlas o venderlas cuando quieras.
- Permite hacer copias de la versión modificada para distribuirla.
Richard ejemplifica con el iPhone de Apple. “Apple fue el pionero de la censura en las aplicaciones con iPhone”, afirma, pues según él, se trata de una computadora donde el usuario sólo puede instalar apps aprobadas por la compañía.
Caso
contrario, en Android es posible instalar apps que no están
exclusivamente en la tienda de Google. Para lograr algo así en iPhone se
debe hacer un ‘jailbreak’, proceso medianamente complejo que en español significa ‘escaparse de la cárcel’.
El “peligro” de lo cotidiano
¿Software cotidiano? Está por todos lados.
Desde la computadora hasta el refrigerador, el celular y la pantalla de
TV. En todos estos dispositivos hay software, y en su gran mayoría se trata de software privativo.
Esto permite al fabricante controlar el funcionamiento, actualizaciones y otros elementos que, en ocasiones, implican recolectar información del usuario. Según Stallman, si Microsoft descubre una falla de seguridad se la muestra primero a la NSA para que puedan usarla para espiar usuarios antes de reportarla y trabajar en una solución.
Es por eso que Stallman pide desde el inicio de su conferencia: “si tomas una foto de mí, no la subas a Facebook,
pues esa empresa tiene software que reconoce el rostro y lo identifica
sin consentimiento del usuario…”. Con esto ejemplifica el tipo de
conductas que las principales empresas emplean en sus aplicaciones y las promocionan como algo novedoso.
Software libre, no gratuito
Para
Stallman la piratería es inexistente en el territorio informático;
cuando le preguntan qué piensa de la piratería, él responde: “Atacar barcos es muy malo, ¡enviemos a la marina!”. Para él, cualquier intento de prohibir que alguien comparta es un ataque a la sociedad.
Sobre la gratuidad del software libre
– que muchos malinterpretan por el término en inglés ‘free software’ –
Richard dice que el software libre es el que es compartido, sin importar que se cobre por ello.
Richard reconoce que en los 80 vendía cintas magnéticas con software por 150 dólares e hizo muy buen dinero.
Por eso, Stallman afirma: “no está mal lucrar con software, como no está mal lucrar con comida. Sí la comida es tóxica, no es ético”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario