Libro de CADHAC y el Grupo Amores
La crisis que vive México en materia de desaparición forzada no debe reducirse a cifras, números o expedientes, pues detrás de cada desaparición hay una persona con una historia única, y una madre, esposa o hija que siempre esperará su regreso.
Ese es el mensaje central del libro “Te seguiré buscando… historias de vida de personas desaparecidas”, presentado esta semana por Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos AC (CADHAC) y la Agrupación de Mujeres Organizadas por los Ejecutados, Secuestrados y Desaparecidos de Nuevo León (Grupo Amores).
Presentado como parte de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre) en Monterrey, Nuevo León, el libro incluye las historias de vida de 18 hombres y 2 mujeres víctimas de la violencia en la entidad, que continúan en calidad de desaparecidas, escritas por sus madres, hermanas e hijas.
En la presentación, transmitida por Internet, Juana Catalina Estala, integrante del Grupo Amores y madre de José Cruz Sánchez Estala, desaparecido en 2012 a los 23 años de edad, explicó que el libro busca que no se olviden las historias que fueron truncadas con la desaparición de un ser querido.
“Quiero que no se olviden de mi hijo, y que se den cuenta que le robaron parte de su etapa de ser padre”: a uno de sus hijos lo dejó de tres meses de edad y al otro de tres años, “y no sólo les robaron a mis nietos la posibilidad de disfrutar a su padre, sino que a mí me robaron a mi hijo”, dijo la madre con la voz entrecortada.
Ariel Dulitzky, miembro del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas, destacó que aunque es muy importante saber cuántas personas desaparecieron, quienes, por qué y cómo los desaparecieron, así como quiénes fueron condenados y cuántas familias recibieron reparación del daño, para entender la dimensión del problema, “no se debe perder de vista que detrás de cada número hay una historia de vida”.
TÉCNICA DE TERROR
La desaparición forzada –aseguró– es una técnica del terror para toda la sociedad y en especial para las familias, pues se enfrentan a la incertidumbre, angustia y en muchos casos al desdén de las autoridades. Al mismo tiempo implica una violación continuada de los Derechos Humanos, “porque en tanto no sepamos qué pasó con la persona o su paradero”, la agresión continúa, tanto para quien está desaparecido como para su familia.
Destacó que una de las resistencias más fuertes que se han encontrado ante la desaparición forzada – un crimen de lesa humanidad – es la fuerza de las mujeres; “no hay posibilidad de conocer la lucha contra las desapariciones forzadas si no miramos a esas madres, hermanas e hijas que encabezan esas exigencias por verdad y justicia”.
Por su parte, Alan García, coordinador de la unidad jurídica y de análisis de la Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, consideró que el libro es una “proclama pública y una exigencia” escrita de manera extraordinaria por mujeres fuertes, quienes se preguntaron qué podían hacer ante la indolencia del Estado.
Señaló que sobre las personas desaparecidas frecuentemente pesa el desprestigio y la peste del “se lo merecían”, “en algo andaban”, o “se los buscaron”, por lo que el libro juega una función social, ya que “sirve para explicar a los otros por qué buscan, esperan, resisten, por qué exigen”.
Especial
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
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