La
incesante colocación de mensajes en Twitter con la etiqueta
#EPNvsInternet convirtió ayer ese tema en uno de los mayor circulación
a nivel mundial. Además de la cuantiosa producción de textos en contra
de las pretensiones del gobierno federal mexicano de establecer
controles al ejercicio de libertades a través de la red, se convocó a
manifestaciones públicas que se realizarán hoy, cuando menos en las
ciudades de México (del Ángel de la Independencia al Senado, a partir
de las 18 horas) y Guadalajara. El sábado 26 habrá también actos de
protesta en Monterrey, además de la anunciada
cadena humana, de Televisa Chapultepec a Los Pinos, a la que se citó el mismo día en que se instaló un frente por la comunicación democrática, con Cuauhtémoc Cárdenas y el panista Javier Corral como principales figuras.
La profusión de activismo tuitero, que también usó la
denominación #ContraElSilencioMX , tuvo como detonantes ciertos
segmentos de la iniciativa de Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión
que Enrique Peña Nieto envió al poder legislativo para reglamentar lo
que en términos generales se había aprobado en la reforma
constitucional del ramo. La fracción séptima del artículo 197, por
ejemplo, plantea la posibilidad de
bloquear, inhibir o anular de manera temporal las señales de telecomunicaciones en eventos y lugares críticos para la seguridad pública y nacional a solicitud de las autoridades competentes. O la fracción tercera del artículo 145, que establece que “los concesionarios y autorizados que presten el servicio de acceso a Internet (…) podrán bloquear el acceso a determinados contenidos, aplicaciones o servicios a petición expresa del usuario, cuando medie orden de autoridad o sean contrarios a alguna normatividad”.
En otra parte de las pretensiones peñistas se menciona que los
proveedores podrán almacenar hasta por 24 meses los datos y registro de
comunicaciones de los usuarios, incluidos el origen y destino de las
comunicaciones, la fecha, hora y duración de los mensajes o llamadas,
el nombre del titular de una línea y la ubicación geográfica del
dispositivo de comunicación, entre otros datos. Tan provocadores
postulados peñistas generaron la proporcional reacción adversa de la
cada vez más amplia comunidad cibernética, que en términos mayoritarios
mantiene una ácida crítica al desenvolvimiento del grupo que se instaló
en Los Pinos.
Pero en la tarde de ayer mismo se supo que el PAN y el PRI habían
llegado a acuerdos para votar juntos en una sesión plenaria el dictamen
que en comisiones de trabajo habían aprobado, dejando de lado al PRD,
que de inmediato aumentó el grado de crítica a sus anteriores
compañeros de viajes pactistas e incluso anunció que presentaría una
especie de
dictamenpropio. En el nuevo arreglo pripanista habrían
triunfadolas voces contra la censura en Internet, con los de blanco y azul como escuchas atentos de la inconformidad en redes. El presidente de la comisión de comunicaciones y transportes de la cámara de senadores, el panista Javier Lozano Alarcón, incluso aseguró por Twitter:
Y sólo les digo que nuestro dictamen sobre #telecomunicaciones elimina toda censura o bloqueo en Internet y otras tantas preocupaciones.
A
reserva de que se confirme la versión del abogado poblano que fue
secretario del trabajo con Felipe Calderón, y que esa eliminación de
toda censura o bloqueono consista en reacomodos de frases o enmascaramientos mediante tecnicismos, la ruda pretensión peñista original habría quedado (por lo pronto) en un ejercicio de exploración pero, sobre todo, de distracción. Centrando la atención de la comunidad más crítica e informada en los temas que le son más inmediatos, de la propia Internet, se creyó posible dejar sin suficiente oposición los rubros de fondo relacionados con el mantenimiento de privilegios y expectativas de crecimiento y ganancias para el duopolio televisivo. Así, panistas y priístas llegarían tranquilamente a votar en el congreso en favor del resto de la ley peñista habiendo retirado los tramos polémicos sembrados.
No sería la primera vez en que se aplicara esa táctica de
construcción de señuelos luego desechables. Los estrategas peñistas se
han esmerado en incluir líneas a veces increíblemente torpes y
provocadoras en el conjunto de sus iniciativas políticas y legislativas
para dejarse márgenes holgados de negociación con sus opositores
pactados, de tal manera que, eliminando las aberraciones
intencionalmente insertas, parezca que los políticos
sí escuchana la gente y sí son capaces de
corregirsus errores, con ciertos
opositoressiendo habilitados como beneficiarios de esas presuntas enmiendas (como ahora sucederá con el PAN, que canjeará su voto en favor de la ley Peña-Televisa a cambio de, entre otras cosas, erguirse como partido que se colocó
al ladode los tuiteros y sus libertades).
Las tretas distractoras, se apuntaba en anterior párrafo, también
son exploratorias. Si los afectados no reaccionan con suficiente fuerza
ante los agravios en boceto, puede ser la oportunidad dorada para
implantarlos. En ese sentido, la comunidad internética reaccionó
oportuna y adecuadamente, expresando con absoluta contundencia su
rechazo a las pretensiones censoras (que subsisten). En caso de que el
globo sonda hubiese sido realmente abatido (esta vez) en cuanto a la
Internet, esa misma comunidad debe mantener su oposición vigorosa al
resto de las cláusulas nocivas de la mencionada ley de
telecomunicaciones y radiodifusión, sobre todo por cuanto pretende
mantener virtualmente intocado el imperio de Televisa y sus
entretejidos de complicidad con los poderes políticos, en este caso, de
marcada manera, con Los Pinos.
Y, mientras en el Senado se aprobó el aumento demagógico, efectista (un regalo electoral para que el Verde Ecologista
cumplauna de sus promesas), de la pena a secuestradores, asignándoles en caso extremo 140 años de prisión, como si a esos delincuentes les preocuparan las leyes y sus sanciones, que en términos generales suelen evadir, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Hernández
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
En
estas horas está librándose en el Senado una batalla que de antemano se
anticipa perdida para la libertad que hoy se respira en Internet.
Panistas, priístas y verdes aprobarían una nueva ley de comunicaciones
que coartará la libertad de expresión en las redes sociales como
Twitter y Facebook, en los blogs personales y en las publicaciones
digitales. No se salvarán ni los grandes medios de publicación
internacionales ni las páginas de un solo autor. ¿Y el PRD? El ala chucha
de ese partido ya votó antes contra Internet, cuando firmó el Pacto por
México, aunque ahora se llame sorprendida e incluso engañada. Hay que
resaltar la excepción de los perredistas que desde un principio se
opusieron al pacto. El presidente de la Comisión de Comunicaciones del
Senado, Javier Lozano (PAN), estaba por presentar su dictamen ayer. En
el cuadro adjunto aparecen algunos de los puntos más sensitivos, de
acuerdo con varios expertos. Cuando haya concluido su tránsito por el
Senado, la Cámara de Diputados finalizará el proceso aprobatorio, y
habrá llegado a su fin un breve periodo de libertad de expresión que
México no había conocido nunca en su historia.
El salario en Suiza
El país helvético someterá a referendo una iniciativa
para fijar el salario mínimo en 25 dólares la hora. Sería el más alto
del mundo. Equivale a 325 pesos, a un tipo de cambio de 13 pesos por
dólar. Y trabajando sólo cinco días de la semana. Las personas con
profesiones y oficios especializados ganan más. El mínimo en México, el
mejorcito, el de la zona A, es de 67 pesos 29 centavos diarios, o sea,
8 pesos 41 centavos por hora. Es decir, el salario en Suiza sería de
325 pesos por hora, frente a 8 pesos 41 centavos en México. Estos temas
se tratan todos los días en las redes sociales. Quizá por eso la clase
política quiere acabar con su libertad. No le gusta, ni le conviene,
que las mexicanas y los mexicanos se enteren de que hay países donde
las decisiones importantes se toman consultando a los ciudadanos, y que
pueden pagar salarios equivalentes a 325 pesos por hora.
Treinta
y cuatro años atrás, el gobierno mexicano pugnaba –así fuera en el
discurso– por la autosuficiencia alimentaria, fundada no sólo en
razones económicas y de justicia social, sino especialmente de
soberanía, toda vez que los alimentos
se usarán cada vez más como elementos estratégicos de negociación y aun de presión. Por ello, decía,
no podemos someternos a las veleidades de la oferta externay
si vamos a ser potencia energética, más nos vale, por lo menos, ser autosuficientesen dicho renglón.
Pasaron los años, se
modernizóel gobierno, se firmó el TLCAN, y aquel sueño terminó en tragedia, amén de que terminó en el cesto de la basura una de las tesis del Sistema Alimentario Mexicano (SAM):
México, a diferencia de la mayoría de los países del tercer mundo, tiene sobrado potencial para ser autosuficiente en alimentos básicos, sobre todo cereales y oleaginosas, sin penalizar la producción de otros bienes. Se trataba, pues, de atender a
las mayorías empobrecidas de México.
Pero se procedió en riguroso sentido contrario, y a estas alturas la advertencia es terrorífica:
la dependencia alimentaria de México ha aumentado de manera alarmante, derivada del abandono al campo, la insuficiente producción nacional, y que el mercado lo concentran las grandes empresas, que han desplazado a las unidades familiares no rentables para la banca, informó la Unidad de Evaluación y Control (UEC) de la Cámara de Diputados(La Jornada, Enrique Méndez y Susana González).
Año tras año, y no de forma silenciosa, se incrementa la compra de
productos básicos en el extranjero, con una permanente salida de
divisas, y en este sentido la UEC agrega un dato espeluznante:
la importación de alimentos básicos está por encima de lo que recomienda la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que es de 25 por ciento. En México, la compra de alimentos básicos del exterior es de 45 por ciento de lo que se consume. Prácticamente la mitad de lo mucho o poco que, según sea el caso, comen los mexicanos proviene de afuera.
La información oficial revela que desde la entrada en vigor del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (primero de enero de
1994), México ha importado alimentos por alrededor de 250 mil millones
de dólares, mientras el campo mexicano se mantiene en el olvido. Tan
sólo en 2013 se destinaron 23 mil 600 millones de dólares para tal fin,
y el 80 por ciento de los alimentos importados provinieron de Estados
Unidos.
La FAO ha catalogado a México entre los países importadores netos de
alimentos básicos (número uno en América Latina), pero el gobierno
mexicano intenta defenderse, pues presume que también exporta
cantidades industriales. Recientemente, el propio Enrique Peña Nieto
presumió que el nuestro
se ubica entre los 15 países que producen más alimentos y ocupa el número 13 en exportación de productos agrícolas, mismos que llegan a un mercado de más de mil millones de consumidores en 45 naciones distintas.
Eso dijo, pero ¿qué exporta? Mayoritariamente (65 por ciento del
total) hortalizas, plantas, raíces y tubérculos; frutas y frutos
comestibles, y bebidas y vinagre. Y ¿qué importa?: cereales (maíz en
primer lugar), carnes y despojos comestibles; leche, lácteos, huevo y
miel; semillas y frutos oleaginosos; frutos diversos y grasas animales
o vegetales (65 por ciento del total). Entonces, se puede hacer un
esfuerzo y no comer lechuga (pobre en calorías), pero no es posible
dejar de comer cereales y productos cárnicos, que son los que se
importan. Queda claro, por si hubiera duda, que el gobierno mexicano es
especialista en romper espejos para que no se refleje la realidad.
En
fin, la dependencia alimentaria crece a paso veloz, se incrementa el
número de mexicanos sin acceso pleno a los alimentos, el campo es una
enorme fábrica de pobres y nadie ha movido un dedo para darle un giro a
esta delicadísima situación. Y no se trata de algo surgido de la noche
a la mañana, sino de un gravísimo problema que a lo largo de los años
se ha hecho más grande, en especial a partir del TLCAN. Retomo una
numeralia publicada en este espacio meses atrás para recordar de qué se
trata:
Dos décadas atrás México importaba el 10 por ciento de los
alimentos; actualmente, cerca de 50 por ciento. En 20 años alrededor de
250 mil millones de dólares se erogaron para importar alimentos. En
1994 (inicio del TLCAN) México importó alrededor de mil 800 millones de
dólares en alimentos; a estas alturas cerca de 24 mil millones anuales;
el aumento entre una fecha y otra es de mil 300 por ciento. El año
previo al arranque de dicho tratado por la importación de maíz se
pagaron casi 70 millones de dólares. En 2012, sólo por la compra de ese
grano se erogaron más de 3 mil 200 millones, 4 mil 500 por ciento más.
De acuerdo con la información del Inegi, sólo en el sexenio de
Felipe Calderón se erogaron más de 13 mil millones de dólares por
importación de maíz, 177 por ciento más con respecto al gasto que por
igual concepto se realizó en tiempos de Vicente Fox (4 mil 700
millones) y 251 por ciento por arriba de lo registrado con Ernesto
Zedillo (3 mil 700 millones). En el primer año del TLC –1994, con
Salinas de Gortari aún en Los Pinos– se importó maíz por 370 millones
de billetes verdes, 35 veces menos que con Calderón.
El
duro discurso de un sector de la Iglesia católica, cuando denuncia el
calvario que padecen los migrantes centroamericanos en suelo
veracruzano, deja ver no sólo la fea cara de su terrible circunstancia;
además valida la existencia de un movimiento interno en el cuerpo
eclesial que le da el vigor, la frescura y habla de una institución
que, si bien permanece anquilosada en la inmensa mayoría de su cúpula,
en otra existe una corriente que sintoniza con los múltiples problemas
que aquejan a la población.
En diversos aspectos relacionados con la circunstancia veracruzana,
esa Iglesia, que tiene como una especie de vocero al padre Alejandro
Solalinde, aborda pública y activamente el complejísimo tema de la
migración con la ominosa vertiente de la presencia de la delincuencia
organizada.
Con todos los riesgos personales que ello implica, el representante
de la casa del migrante Hermanos del Camino, junto con fray Tomás
González Castillo, del asilo La 72, de Tenosique, denuncia la pasividad
de los tres niveles de gobierno ante los ataques a migrantes en las
vías del ferrocarril, circunstancia que a su juicio convierte a la
entidad en la ruta migratoria más violenta, incluso por arriba de
Tamaulipas.
Luego de un largo silencio de una década el realizador italiano Ettore Scola (Nos amábamos tanto, Un día especial), propone en Qué extraño llamarse Federico,
un tributo a su amigo y colega Federico Fellini a 20 años de su
desaparición, a través de una remembranza que navega entre la ficción y
el documental. Es poca en realidad la información novedosa que brinda
Scola al cinéfilo seguidor de la obra del autor de La dulce vida,
y muy aventurada su mescolanza de formatos y su caprichosa transición
del blanco y negro a la fotografía en colores. Lo que podría objetarse
es que en el intento de hacer una película a la manera de Fellini, el
director de La noche de Varennes sólo pone en evidencia la
imposibilidad de restituir el universo del prestidigitador fílmico de
Rímini, de no ser a través de la parodia, una empresa por lo demás
riesgosa.
En
el contexto de la segunda mesa de análisis de la Cuenta Pública 2012,
la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló que, hasta el
cierre de la pasada administración federal, no se cumplieron los
objetivos de programas públicos supuestamente orientados a mejorar el
nivel académico de los estudiantes de educación básica.
Electricistas exigen fondo mutualista
Durante más de 40 años de
vida laboral (1950-1990), a 96 mil trabajadores de la hoy CFE se nos
aplicaron descuentos para un fondo de ahorro (fondo mutualista del
Suterm) que al último año señalado alcanzó 638 mil millones de pesos
actualizados. El 25 de abril de 1990, Leonardo Rodríguez Alcaine y el
comité dirigido por él, en la revisión contractual 1990-1992, muy a su
falaz manera, pactó con la CFE la sustitución de aquel fondo de ahorro
por un llamado seguro colectivo obrero. Con esta maniobra, la suma que
habíamos ahorrado con sacrificios enormes simplemente se esfumó,
desapareciócomo por encanto, y los miles de trabajadores fuimos y seguimos burlados.
Adiós, Papá Grande
El escritor visitó en 1989 la embajada de Colombia en México
Foto Eugenia Arenas
César Moheno
¿No
te metas en pendejadas”, le advirtió un día de 1995 Rubén Figueroa
Alcocer, entonces gobernador de Guerrero, al líder campesino Zohelio
Jaimes Chávez.
De la cárcel te puedo sacar, pero de la tumba no, remató.
Ese
mundo-otro, al que he hecho referencia en mis últimos artículos, viene.
El futuro se acorta y nos volvemos miopes por la velocidad del cambio y
muy poco podemos ver a plazo medio. Intentar entrever el futuro más
allá de lo inmediato, por las tendencias actuales, resulta apenas en un
diagnóstico de pronóstico reservado, dirían los galenos, que enuncian
tal cosa para decir: no sé.
Un
elemento fundamental de la ofensiva contra la verdad histórica
emprendida por el régimen neoliberal consiste en el endiosamiento de
Porfirio Díaz y su prolongado mandato, que es mostrado como un largo
periodo de paz y progreso. Es decir, los intelectuales al servicio del
régimen neoliberal presentan al porfiriato de la misma manera en que lo
presentaban entonces sus propagandistas, principescamente pagados,
llamados
científicos.
El
pasado 14 de abril el Ejecutivo federal presentó a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) cuatro controversias contra entidades que
a su juicio han contribuido a perfilar lo que Mexicanos Primero llama
oportunidad perdida, esto es, la puesta en práctica de la mal llamada reforma educativa en sentido contrario a la misma.
Las
patologías experimentales son procedimientos de gran utilidad, pues
permiten crear modelos de distintas enfermedades, en los que se pueden
estudiar con gran detalle las características más íntimas de los
diferentes padecimientos, desde los aspectos clínicos a los
moleculares, y además permiten ensayar una amplia gama de tratamientos.
Tienen, sin embargo, una limitación, pues todos los conocimientos que
surgen de estas estrategias provienen de especies distintas a la
humana, se trata así de modelos animales (ya que desde el punto de
vista ético no se pueden inducir enfermedades en las personas) por lo
que sus resultados no pueden trasladarse de forma automática a los
humanos. No obstante, los datos que aportan son para la medicina de
importancia insustituible, porque constituyen una guía para confirmar o
precisar los mecanismos del fenómeno anormal. El principal desafío
consiste en encontrar el modelo que mejor corresponda con la enfermedad
humana.
Hace
poco más de una semana entrevisté a Emmanuel Carballo. No sé si fue la
última entrevista que dio, realmente quisiera que no lo fuera. Me
gustaría poder hacer lo que acordamos al despedirnos: volver a verlo en
unos días, llevarle el libro que me prestó tras prometerle que era
devuelve-libros, y continuar con esa conversación que ya quedó por siempre trunca.
Mi
referencia a Gabriel García Márquez es desde el ángulo del lector común
y corriente. Advierto que la información contenida está entresacada de
las memorias del propio premio Nobel 1982 y algo también de Luis
Cardoza y Aragón y Álvaro Mutis.
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