Ali, dos veces legisladora y dirigente de la Asociación de Mujeres
Demócratas de Toda India (AIDWA, por sus siglas en inglés), brazo del
Partido Comunista de India-Marxistas, se postula por Barrackpore, un
distrito electoral del oriental estado de Bengala Occidental.
En este gigantesco país, los comicios parlamentarios se desarrollan entre el 7 de este mes y el 12 de mayo.
Ella es una de las pocas mujeres que se postulan a cargos electivos.
Los partidos políticos, incluso aquellos que apoyan fervientemente la
existencia de una cuota femenina en el parlamento, no han logrado ni
siquiera una candidata por cada 10 hombres aspirantes a los 543 escaños
del Lok Sabha, la cámara baja.
Las mujeres constituyen apenas siete por ciento de los 3.355
candidatos en las primeras cinco fases de las nueve que tienen los
comicios en este país, según la Asociación por las Reformas
Democráticas, que lucha por mayor transparencia e inclusión en los
comicios indios.
Hay 388 millones de mujeres habilitadas para votar, 47,6 por ciento de un padrón electoral de 814,5 millones.
“Si nuestra presencia no se considera importante en el parlamento,
si las decisiones sobre nuestro futuro se toman sin consultarnos, ¿por
qué debemos votar por políticos que no creen en la causa del
empoderamiento de las mujeres en este país?”, planteó Ranjana Kumari,
del Centro para la Investigación Social, con sede en Nueva Delhi.
“Tenemos la sensación de que hemos perdido. Las mujeres estamos
quedando cada vez más marginadas”, dijo a IPS la activista Jyotsna
Chatterji, del Programa Conjunto de Mujeres.
En 2009, cuando se celebraron las 15 elecciones generales, se
candidatearon 556 mujeres, esto es 6,9 por ciento de los 8.070
postulantes de 363 partidos políticos, según la Comisión Electoral.
Cincuenta y nueve mujeres (10,9 por ciento) salieron victoriosas, la
mayor proporción de políticas postulantes y elegidas desde 1957.
Desde hace 18 años, varios partidos políticos bloquean un proyecto
de cuota femenina que propone reservar a las mujeres la tercera parte
de los escaños de la cámara baja del parlamento y de los órganos
legislativos estaduales.
Si esta ley se aprobara, las candidatas tendrían asegurados 180 escaños de la cámara baja.
Los partidos políticos que se oponen al proyecto alegan que
se debería fijar una cuota dentro de la cuota femenina para
representantes de comunidades vulnerables. Pero los pueblos tribales y
los dalits (los intocables del sistema de castas hindú) ya tienen 120
escaños reservados en la cámara baja. Y en 2009, 17 mujeres se
convirtieron en legisladoras por esta representación.
“Muchos partidos políticos habían accedido a conceder
voluntariamente 33 por ciento de las postulaciones a mujeres”, dijo
Chatterji, quien condujo en los años 90 el movimiento por la cuota
femenina. Pero no han cumplido.
Como la presencia femenina es visiblemente mayor en la esfera
profesional, en los debates públicos y en las votaciones, las
organizaciones de mujeres esperaban que las dirigencias partidarias
predicaran con el ejemplo y reservaran 15 o 30 por ciento de los
lugares en sus listas nada menos que a la mitad de la población,
reconociendo los grandes cambios sociales y políticos de las últimas
décadas.
Pero, “no va a cambiar nada en la representación femenina a menos que se apruebe el proyecto”, dijo Ali.
Las tres principales fuerzas –el gobernante Partido del Congreso; el
derechista Bharatiya Janata (BJP), favorito para formar gobierno; y el
novel Partido Aam Aadmi (del hombre común)– han prometido que aprobarán
la ley de cuotas, si primero ganan las elecciones.
“A menos que se superen ciertas actitudes, será inútil esperar que
los partidos por su cuenta presenten más candidatas, sobre todo si no
están obligados a hacerlo”, dijo a IPS la dos veces legisladora Malini
Bhattacharya, de 70 años y exintegrante de la Comisión Nacional de las
Mujeres.
Ruth Manorama, de 62 años, defiende los derechos de las mujeres
dalits y preside la Alianza Nacional de Mujeres, y ahora se postula por
el distrito de Bangalore Sur en una lista del partido secular Janata
Dal.
Ella es más optimista. “Necesitamos ir paso a paso”, dijo a IPS.
Otros quieren reformas radicales. “Las estructuras partidarias y el
proceso electoral en sí mismo necesitan un cambio drástico si queremos
una abundante participación femenina”, dijo Tapashi Praharaj, de AIDWA.
“La capacidad de las mujeres de triunfar está permanentemente en cuestión, pero no se intenta fortalecerla”, agregó.
“Los enormes fondos que se necesitan para hacer campaña son otro
obstáculo”, dijo Chatterji. Para estos comicios, el gobierno elevó los
límites de lo que puede gastar un candidato a 116.000 dólares.
Según Chatterji, aunque los dirigentes alegan que no pueden hallar
buenas candidatas, hay muchas que están aptas pero no consiguen atraer
el interés de los partidos.
Más de dos millones de mujeres han ocupado cargos en órganos de
gobiernos locales, los “panchayat raj”, en virtud de una cuota de 33
por ciento que sí está vigente para aldeas y distritos desde 1993 y que
en algunos estados se elevó a 50 por ciento.
Los concejos locales de las ciudades también deben reservar una
proporción de escaños a representantes femeninas. Estas cuotas han
creado una masa significativa de dirigentes políticas.
India, la mayor democracia del mundo, tiene apenas 11,4 por ciento
de legisladoras en ambas cámaras parlamentarias, mientras el promedio
mundial es de 21,8 por ciento. Afganistán tiene una representación
femenina de 27,6 por ciento, y Pakistán, de 18,5 por ciento, según
datos de este año de la Unión Interparlamentaria.
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