El
fatigoso retorno multitudinario a casa luego de vacaciones (tan poco
santas) marca también la reinstalación de las maniobras de crucifixión
nacional mediante los clavos de las leyes secundarias, sobre todo en
cuanto a telecomunicaciones (y su moneda de cambio, lo
político-electoral) y, más delante, a lo energético. Fariseos con
ropaje partidista de distintos colores se alistan para negociar a las
puertas de los templos legislativos para que luego en sesiones
plenarias, con tableros electrónicos para las votaciones, los rebaños
con fuero aprueben o rechacen, modifiquen o confirmen, según los
entendimientos que se vayan dando entre mercaderes.
Por ejemplo, el jefe de la bancada priísta en el Senado, el
incombustible Emilio Gamboa Patrón, emitió un idílico boletín dominical
de prensa lleno de conmovedoras autocomplacencias respecto al serio y
patriótico trabajo que se realiza en esa cámara y a las muy razonadas
expectativas de que la nación se siga beneficiando de tales faenas.
Entre referencias a las mayorías democráticas, el sano debate y otras
linduras, el mismo Gamboa, gran representante de los intereses de lo
que ha dado en llamarse el duopolio televisivo, y de los grandes
empresarios de la radiodifusión, afirmó que él y sus compañeros (y no
necesariamente habla sólo de los priístas) están
seguros de que llegaremos a los acuerdos con la finalidad de que en tiempo y forma, sin presiones y privilegiando la política, podemos dar a los mexicanos las leyes que mejoraran sus condiciones de vida.
XHGamboa sabe que es poco el tiempo que le queda al actual periodo
ordinario de sesiones en el Senado, pero siempre estará el recurso de
la aceitada convocatoria a reuniones extraordinarias. Lo importante
para esos legisladores negociados será sacar adelante lo más pronto
posible el asunto de las telecomunicaciones para que los jefes actuales
(Azcárraga y Salinas Pliego) y los aspirantes a beneficiarse del nuevo
reparto acotado de pastel televisivo sientan seguridad técnica,
jurídica y política que les permita apoyar las siguientes fases del
proceso de rediseño nacional (sobre todo, será muy importante el apoyo
de las televisoras para sostener el pasmo nacional o para desacreditar
e ignorar las eventuales protestas sociales venideras, sobre todo en el
tema de los energéticos).
Para dar ese
patrióticopaso adelante, el de aprobar la ley reglamentaria llamada Peña-Televisa, bastará el bando confesamente oficialista (PRI, PVEM y el recuperado Panal), más algunos votos
izquierdistasde leva y algunos derechistas congruentes, en caso de que los pleitos internos, las voracidades no complacidas o las conveniencias electorales de PAN y PRD les impidan en esta ocasión sumarse a los reajustes hechos en Los Pinos para sostener el poder del duopolio, abrir puertas a competidores desde ahora bajo amago y control, concentrar el poder de las definiciones de contenidos en la henchida secretaría de Gobernación, cerrar las puertas a opciones comunitarias y de interés social, y establecer formas de control político en las comunicaciones por Internet. Gulp.
Martí Batres Guadarrama, el presidente del comité nacional del
Movimiento Regeneración Nacional, en vías de convertirse en partido
institucional, estará hoy a la espera de que ese mismo Senado cumpla
con una de sus fases de entreguismo. Es decir, que entregue los
formatos mediante los cuales Morena se sumará a los desunidos esfuerzos
que desde la izquierda electoral se hacen con la esperanza de que una
hipotética consulta popular obligue en 2015 a dar reversa al
entreguismo de los energéticos nacionales. Ya el PRD, los Chuchos,
Cuauhtémoc Cárdenas y el descarrilado Marcelo Ebrard han apostado por
la famosa consulta popular que entre otras características en favor de
Los Pinos tiene la de posdatar la protesta social contra el asalto
petrolero hasta un 2015 en el que los grupos de izquierda tendrán por
objetivo entre ceja y ceja el reparto de posiciones electorales
concretas y no la defensa de principios nacionalistas que no
signifiquen cobro de dietas plurinominales.
Batres
dijo ayer que con los tales formatos en la mano Morena se lanzará
durante 10 meses a la consecución de un millón 600 mil firmas en
demanda de la consulta popular (recuérdese que el sol azteca realizará
una tarea similar de recolección). Luego, el Senado recibirá esos
formatos y los enviará al confiabilísimo Instituto del Fraude Electoral
que ahora se hace llamar Instituto Nacional Electoral (INE: mismas
caras, mismas mañas, mismos resultados), para que coteje los datos
morenos con los padrones oficiales. Superado este trámite (if), otro
ente de gran credibilidad y confianza, la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, decidirá si la pregunta que propone el alto mando moreno
está dentro de los parámetros constitucionalmente aceptables y, si todo
es aprobado, los votantes de 2015 recibirán junto con otras boletas
para elecciones federales la correspondiente a la consulta popular. Y
se contarán los votos, se respetarán los resultados y todos vivirán
democráticamente felices.
Hablando de millones, el secretario de organización del comité
nacional priísta, el sonorense José Encarnación Alfaro, anunciaba ayer
mismo que el padrón presentado al mencionado INE es de seis millones de
militantes, pero que realizarán nuevas jornadas de afiliación con
la expectativa de que en noviembre próximo el ejército que dará la batalla en los comicios de 2015 esté conformado por 10 millones de priístas. Alfaro aseguró que su partido trabaja en busca de una
victoria holgadaen los comicios intermedios del año venidero y que los candidatos provendrán de ejercicios de democracia plena, pues “para el PRI ya no hay vuelta, para el tricolor los procesos se plantean como procesos democráticos o no los acepta la militancia; no hay otro camino, no hay otra ruta”.
Y, mientras AMLO tuiteaba en Semana Santa: “‘Creo en Cristo
como Dios y la única realidad importante en la historia. Todo lo demás
es accesorio, secundario y anecdótico’: Pellicer”, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Hernández
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Quedaron
expedientes sin cerrar antes de salir de vacaciones, como si las
autoridades confiaran en nuestra mala memoria para darles feliz final
en el archivo del olvido. Uno de ellos es el caso Oceanografía. Hay
indicios de que ya decidieron resolverlo extrajudicialmente, por la vía
de la cuatificación. Mañana arranca el II ExpoForo Pemex en
el Centro Banamex. Será una ventana por la que los interesados se
asomen a ver las oportunidades de negocios que ofrece el petróleo
privatizado a los hombres de negocios nacionales y extranjeros. El
grupo de conferencistas será encabezado por el director de la
trasquilada petrolera, Emilio Lozoya Austin. Se anticipa una ausencia
importante, el número uno de Oceanografía, Amado Yáñez; no podrá
asistir, supuestamente continúa cumpliendo su arraigo acapulqueño.Ya
debe estar bien bronceado con el espléndido sol que ha bendecido al
litoral guerrerense. Nadie mejor que él para disertar en materia de
finaciamiento. En otras circunstancias pudo haber ilustrado al
auditorio sobre el uso de facturas por cobrar en Pemex que le sirvieron
de base para obtener millonarios préstamos vía factoring de
la banca privada. Y por supuesto, cómo no ser consignado ante un juez,
aunque el caso parece tener perfiles delictuosos. No ha corrido la
misma suerte la joven poblana de 26 años Rosina González, activista de
la organización Greenpeace, quien acompañada de un grupo de sus
compañeros subió a un edificio de Pemex en Veracruz y colgó una manta
con una foto de Enrique Peña Nieto y la leyenda que fue portada de la
revista Time, ‘‘ Saving México’’, con el añadido de
un siglo de interrogación. No la pueden acusar de allanamiento por ser
un edificio público; sin embargo, le inventaron que había roto una
lámpara. Y por ese delito enfrenta el riesgo de pasar varios años en la
cárcel.
Nuevos croupiers
Ocurrió en vacaciones. Juan José Rojas Cardona, el ‘‘ zar
de los casinos’’, perdió la licencia para operar las 50 casas de
apuestas que operaba en el país. La Secretaría de Gobernación revocó
los permisos de la empresa Entretenimiento de México (Emex), por no
acreditar su legal funcionamiento e incumplir las condiciones de
operación del permiso que vencía en mayo del año 2030 y que fue
expedido durante el gobierno de Vicente Fox, en 2005. El negocio de los
casinos en México tiene desde sus inicios una dudosa reputación por las
relaciones que han sostenido sus dueños con las autoridades y con el
crimen organizado. Uno de los cables revelados por Wikileaks
en 2011 citaba a Rojas Cardona como autor de presuntas donaciones
ilegales por millones de dólares a alcaldes de Nuevo León para
conseguir licencias, y una presunta con el cártel de los
Beltrán Leyva, que le ayudó a consolidar su imperio. ¿Eso significa que
el gobierno priísta está llevando a cabo una campaña contra las casas
de juego, que despelucan a millares de trabajadores el día de raya?
Nop. Simplemente van a cambiar de manos. Hay que ver quiénes son los
nuevos croupiers en las mesas de juego.
No
se puede quedar bien con todo mundo: de una parte del globo terráqueo
me increpan: supera tu complejo de Michael J. Fox y deja de estarte
subiendo a la máquina del tiempo cada semana. Si continúas con tus
periclitadas crónicas vas a terminar inmiscuyéndote en la disputa sobre
el verdadero nombre de la nave capitana de la expedición del almirante
Colón. Y que prontito caigo en la provocación: la duquesa Laura Isabel
Álvarez de Toledo sostiene que el verdadero nombre de la carabela
insignia era Marigalante, pero el cronista mayor Antonio de Herrera y
Tordesillas afirma que tal nombre correspondía a la nave capitana del
segundo viaje. Lo cierto es que a la tripulación le placía más trabajar
para una Mari Galante que para una María santa. Yo creo esta versión
pues, según el testimonio musical del compositor argentino Horacio
Fontova, a este equipo náutico pertenecían los hermanos Pinzones (3),
que como bien sabemos eran unos grandes… marineros. En las antípodas,
por el contrario, me dicen: ¡Qué bueno que todavía hay compañeros de la
generación de P. Picapiedra que levanten polvos de aquellos lodos!
Sigue cronicando hasta donde te alcance la memoria (no es memoria, son
mis sesiones de hipnosis y mi diario de la Pequeña Lulú). Sé que mi
nicho de lectores está ubicado en La casa del actor, el asilo Mundet y
algunos otros ancianatos: y no pienso fallarles, seguiré fatigando el
pleistoceno superior inmisericordemente. Lo mejor que se me ocurre es
campechanear. O séase: relatar la historia del telegrama Zimmerman (comunicación entre, el canciller del Imperio Alemán y el conde Heinrich von Eckardt, embajador en México, el 16 de enero de 1917, en el que lo instaba a despertar en el gobierno mexicano el interés en iniciar acciones bélicas contra Estados Unidos, para las cuales contaría con todo el apoyo germano. Al triunfo, México recuperaría gran parte del territorio que le había sido arrebatado). Y a continuación, para compensar, podría referirme a ciertas cuestiones del presente, aunque muchas de ellas, si no las fecho en la actualidad, podría pensarse que pertenecen al ámbito del pretérito pluscuamperfecto, es decir,
el pasado del pasado.
Durante las últimas semanas
se ha ventilado aquí, poco a poco, el horror de la tortura, ese crimen
de lesa humanidad según las leyes internacionales, condenado por la
Organización de Naciones Unidas, por la retórica de cualquier gobierno
que desea aparentar ser
civilizado, y denunciado por toda organización de derechos humanos. Durante años la tortura fue practicada,
legalizaday después encubierta por Washington.
Ahora que se está revelando que fue aún más extensa y brutal de lo
que se había admitido, se ha vuelto un problema político, pero lo que
más asombra es que no haya causado un escándalo nacional e
internacional, y que los responsables sigan impunes. Los que
autorizaron y encubrieron el crimen dan
leccionesy critican a otros por violaciones de derechos humanos, sin considerar que carecen de autoridad moral para decir algo. Ni vergüenza les da.
Oferta de diversos servicios frente a la Catedral, en el Zócalo de la ciudad de MéxicoFoto Carlos Ramos Mamahua
Caen las hojas del calendario sexenal, discursos van y discursos vienen, se
reformaaquí y allá, pero el empleo en el sector formal de la economía brilla por su ausencia. Cómo estará el ambiente que hasta los más optimistas de plano no ven por dónde se resolverá el entuerto, calificado por los genios tecnocráticos como
un asunto coyuntural(una
coyunturaque se ha prolongado por más de tres décadas), cuando a todas luces se trata de un grave problema estructural.
A cinco años del estallido del
catarrito(léase el terrorífico terremoto económico de 2008), gobierno y sector privado ni siquiera han sido capaces de reducir la tasa de desocupación oficial al nivel registrado poco antes del tardío reconocimiento gubernamental de que la economía mexicana caía en picada. A estas alturas, tal indicador se encuentra 50 por ciento por arriba del reportado en el año citado, y nada halagüeña resulta la perspectiva.
Toda la historia económica del mundo hasta el siglo 19 tuvo como base el liberalismo del mercado,
esto es, la libre interacción de múltiples pequeños oferentes y
demandantes sin mayor regulación por autoridad alguna. Esta esencia del
mercado libre, sin embargo, empezó a cambiar con la irrupción de la
Revolución Industrial y sus enormes transformaciones en lo económico y
lo social: grandes instalaciones fabriles, la producción masiva, los
transportes, el cambio tecnológico, la evolución de la banca, los
patrones de acumulación del capital y las nuevas relaciones laborales.
Pronto se hizo evidente la necesidad de crear reglas y árbitros ante
la nueva complejidad económica del mundo y sus conflictos en toda la
esfera laboral y social. Se inició así la búsqueda y perfilamiento de
soluciones y equilibrios diferentes.
Tras
una larga lucha durante 18 años, en la cual se logró que la Ley 701 les
reconociera el estatus legal, la Coordinadora Regional de Autoridades
Comunitarias-Policía Comunitaria (Crac-PC), enfrenta su crisis más
grave.
Surgió en 1995 por la delincuencia que sufría, con la complicidad o
indiferencia de las autoridades en la región de la Montaña, y se
mantuvo cohesionada, soportando un discreto hostigamiento de los
sucesivos gobiernos estatales y, a veces, del Ejército.
Pero en 2010 el gobierno federal otorgó concesiones por 50 años a
compañías, principalmente canadienses, para explotar la minería en la
zona, y la Crac se opuso y anunció un plan de defensa de la tierra.
Desde entonces comenzó una estrategia para dividirla. El gobierno de
Ángel Aguirre impulsó primero a los hermanos Bruno y Cirilo Plácido
Valerio, que eran integrantes de la Crac, hasta que ellos optaron por
separarse y crear el Sistema Ciudadano de Justicia.
Después, Eliseo Villar Castillo, amigo del gobernador Ángel Aguirre
Rivero, asumió la coordinación de la casa de Justicia de San Luis
Acatlán.
La
memoria obstinada. Un grupo de personajes sexagenarios, familiares y
amigos, se reúne en torno al lecho de una mujer desahuciada en un
hospital. En Memorias que me contaron, de la brasileña Lucía
Murat, todos comparten el recuerdo de quien fue en 1969, durante la
larga dictadura militar (1964-1985), la guerrillera responsable del
secuestro de un embajador estadunidense.
El personaje de Ana (Simone Spoladore), la mujer ahora agonizante,
se inspira en la vida de Vera Silva Magalhaes, figura ya mítica de la
izquierda brasileña, y de modo oblicuo en la experiencia de la propia
directora, Lucía Murat, activista y guerrillera urbana quien padeció
también el encierro y la tortura.
La película es a la vez un ritual de exorcismo de culpas históricas
(que de modo autocrítico incluye los errores de los propios activistas)
y un elogio del poder de la memoria que procura mantenerse viva en el
ánimo de los sobrevivientes y de sus hijos.
Desde
mi punto de vista, al maestro no se le ha dado el reconocimiento
debido. Ahora que los homenajes y las distinciones aparecieron, con su
permiso, bonkó, voy a recordarlo aprovechando que recibí una llamada de
Radio Educación en la que se me pidió que hablara de mi admirado Mario
Ruiz Armengol (1914-2002), cuyo centenario de nacimiento se celebró el
pasado 17 de marzo, y lo hice con mucho gusto. Aquí va más más o menos
lo mismo.
Empezaba mi trayectoria sonera con mis queridos Guajiros del Caribe,
en cuya compañía fui al teatro Metropólitan a un aniversario no sé de
qué del SUTM. La impresión fue mayúscula y, por supuesto, llena de
admiración al ver a don Mario dirigir una orquesta en la que se
encontraban los mejores músicos de aquella época, con un arreglo suyo
–aún lo recuerdo– que era un medley dedicado a Veracruz, que puso a gozar al personal.
Desde esa ocasión mi admiración fue creciendo. Cada vez que podía me colaba a la W
para presenciar los programas en que don Mario y su orquesta
proporcionaban el agasajo musical. Pasó el tiempo y éste, su asere,
tuvo la oportunidad de grabar en la Víctor con diferentes artistas,
entre ellos, Miguelito Valdés. Viene a mi memoria algo que aumentó mi
admiración por
ambos dos, como dijo Fox.
En
Bilbao y en Pamplona se realizaron ayer, con motivo del Aberri Eguna
(Día de la Patria Vasca), sendos actos de las dos ramas principales del
nacionalismo vasco: en la primera de esas ciudades el presidente (lehendakari)
Iñigo Urkullu, del moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV, en el
poder), propuso el reforzamiento del autogobierno y el lanzamiento de
un proceso de
diálogo, negociación, acuerdo y ratificaciónpara establecer una
relación de bilateralidadcon el resto de España que culmine con una suerte de confederación y, de allí, gestionar una presencia directa en los organismos de la Unión Europea, en una hoja de ruta gradual hacia la constitución de un País Vasco plenamente independiente.
En recuerdo de la resistencia veracruzana a EU
El 21 de abril de 1914
desembarcaron 6 mil invasores estadunidenses en Veracruz, que venían en
40 buques de guerra. El gobierno espurio de Victoriano Huerta retiró al
ejército, por lo que la resistencia al invasor la dieron con gran
valentía los cadetes de la escuela naval y la población civil: mujeres,
obreros, barrenderos, comerciantes, carpinteros. El teniente José
Azueta, de 19 años, armado con una ametralladora, combatió hasta morir.
Cuando agonizaba y el almirante Fletcher le ofreció la asistencia de un
médico gringo, el joven contestó: “De los invasores… ni la vida”. El
bombardeo contra el heroico puerto y las matanzas contra los mexicanos
fueron feroces. ¡No olvidamos!
En
1936 John Steinbeck escribió una serie de reportajes sobre las
vicisitudes de los campesinos que migraron a los valles de California
huyendo de las calamidades y la pobreza de Oklahoma y otros estados de
Estados Unidos donde las condiciones de vida eran miserables. Tres años
más tarde, Steinbeck recreó esos reportajes en Las viñas de la ira, libro clásico de la literatura estadunidense, cuya primera edición cumple 75 años este día.
Poco
antes de morir, aquel otro colombiano pleno de vitalidad, conocimientos
y talento, Álvaro Mutis, me dijo: ¡No hablemos de literatura, pero
Gabriel se ha convertido en algo superior: en un hombre sabio! Siendo
probablemente Álvaro el que más lo conocíoa y la única persona, o una
entre muy pocas, que leía los libros de Gabriel antes de que fueran a
la imprenta.
¿Qué
clase de Estado tenemos los mexicanos? Hace unos años se hablaba de un
estado de bienestar, aquel que busca que la población sea feliz, que
tenga a su alcance los bienes y servicios que requiere para una vida
plena. Se proclama, venga o no al caso el estado de derecho, esto es,
la organización del pueblo dentro de un territorio propio, en el que la
vida en común está regida por normas jurídicas. Para Kelsen, el jurista
austriaco aclimatado en California que tanto influyó en varias
generaciones de juristas mexicanos, el Estado es derecho y el derecho
es Estado.
Nuevamente
los científicos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático
de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) denuncian que los
países que más contribuyen a la generación de los gases de efecto
invernadero no cumplen las promesas de reducirlos.
Perry
Anderson, el más importante pensador marxista contemporáneo, ha
publicado un extenso trabajo –que ocupa integralmente el número 83 de
la New Left Review (NLR)– que tiene por título el que tomamos prestado para este artículo. Dos números antes Anderson había publicado un artículo – Homeland–, donde anticipaba algunas de las interpretaciones de su texto más reciente.
Thomas Piketty está de moda en el mercado de la economía. Su reciente libro: Capital en el siglo veintiuno
se publicó en francés en agosto de 2013 y en inglés en marzo de 2014,
lo que es muy extraño para un libro de economía con ese origen (Capital in the Twenty-First Century,
Harvard University Press, Cambridge, MA, 696 páginas). Los
especialistas y la prensa de todo tipo han dado fuerte eco a este
tratado sobre la dinámica de la desigualdad y sus consecuencias. La
atención puede decirse que ha sido sobresaliente.
Padre y memoria (Ediciones
Sin Nombre, 2009), uno de los últimos libros que publicó Federico
Campbell y también, por su nueva edición (Océano, 2014), su primera
entrega póstuma, encierra un festín para aquellos que profesan el noble
vicio de la lectura. No sólo reúne las principales obsesiones de
Campbell (bueno, trae poca frontera, escasa Tijuana, pero está lleno de
Leonardo Sciascia, Juan Rulfo y la explicación clínica de la mente y la
imaginación). El libro de breves ensayos implica una suerte de memorias
de la memoria. Aunque no lo mencione, resulta lo más próximo que se ha
hecho en México al proyectado Libro de los pasajes de Walter Benjamin, que habría de ser enteramente escrito en citas. Palabras, ideas, iluminaciones de otros.
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