Ante la reciente encuesta del diario Reforma que revela que sólo 23% de los ciudadanos aprueban la administración del presidente Enrique Peña Nieto, el investigador del CIESAS, Alberto Aziz, comparó los niveles de aprobación que han tenido ex presidentes mexicanos, desde Ernesto Zedillo hasta Felipe Calderón.
En entrevista para Aristegui CNN, señaló que la referida encuesta “es como la síntesis del sexenio de las promesas incumplidas, por ponerlo de alguna manera”.
“Cuando uno revisa la aprobación o gran desaprobación que tiene Enrique Peña Nieto, se da cuenta que hay diferencia respecto a los anteriores presidentes:
“Zedillo tuvo una caída durísima con la crisis de 1995, cuando casi todo el país se volvió deudor y luego repuntó y se recuperó al final del sexenio.
“Fox empezó muy alto, y luego vino el gran desencanto y tuvo una caída bastante fuerte, pero luego también se recuperó a pesar de que su sexenio no hizo grandes cosas.
“Calderón: un sexenio muy complicado, con mucha violencia, con política del narco totalmente errada, sin inteligencia clara, tuvo una caída pero extrañamente se recupera”, detalló.
En cambio, dijo, Peña Nieto “empieza con 50, 60 por ciento de aprobación, empieza el ciclo de las reformas, viene Ayotzinapa, y empieza un ciclo de caída que no ha parado y que va de mal en peor y que la encuesta de ahora de Reforma lo señala con una exactitud y una crudeza muy importante”.
“Cuando uno pensaba que estaba exagerando porque se reunía con sus amigos y decía ‘oye, ¡qué mal está el país, qué mal vamos!’, te entraba la duda siempre: ‘a lo mejor nosotros que somos los pesimistas, los críticos (pensamos eso)’… cuando ya te dicen que casi el 80 por ciento del país piensa eso, ya eso del círculo rojo y círculo verde creo que se ha unificado en una opinión bastante negativa donde 8 de cada 10 mexicanos piensan que el país va por muy mal rumbo”, señaló.
Ante este escenario se preguntó “por qué se está cayendo de esta manera este gobierno y no hay manera de que surja una recomposición, que haya subido un poquito y luego bajado, es una caída permanente”.
Entonces, recordó las promesas del PRI antes de su regreso a Los Pinos: “no va a subir la gasolina, sube la gasolina; no va a subir la luz, sube la luz; vamos a combatir la corrupción, hay más corrupción”.
Hoy por hoy, existe un “malestar importante” y “ya es preocupante cuando el 80% casi de la población dice que el país va muy mal, y cuando el 75% casi de la población reprueba al gobierno, entonces algo muy, muy serio está pasando en este país”.
¿Se podrían adelantar las elecciones?
Alberto Aziz consideró que “si México fuera un sistema parlamentario habría ya una moción del Congreso y probablemente se podrían adelantar las elecciones para formar un nuevo gobierno. Como el sistema presidencial es muy rígido en ese sentido pues hay que terminar el periodo de alguna forma, no hay otra salida, no hay una vía rápida, no hay un referéndum revocatorio…”.
Y rememoró: “Desde que se vino el ciclo con la tragedia de Ayotzinapa, que empieza el ciclo de la caída propiamente, se pensaba que estaba llegando a la mitad del sexenio en condiciones muy malas, que faltaba todavía la mitad, tres años, ¿qué va a pasar?, ahora nos preguntamos, faltan 2 años, y sigue la pregunta abierta”.
Por todo esto, “se ha instalado ya en el escenario público el 2018, la gente está pensando qué va a pasar con el 2018 y entonces los medios están dando entrada a los posibles candidatos, ya se están publicando encuestas, ya se está construyendo dos años antes el escenario del 2018, de la elección, porque se ve que en este sexenio ya no va a pasar gran cosa”.
Por ahora, “no hay una confianza de que algo va a cambiar, a pesar de que se diga que la economía va bien, la gente ya no confía, el imaginario está ya situado en 2018, lo cual es muy grave para un país, por los grandes problames que están ahí”.
Enlistó los problemas económicos, políticos y sociales, “esa conjunción es la mezcla explosiva, la tormenta perfecta, es lo que está generando un malestar potenciado”.
Recordó los recortes, el problema de la corrupción, con casos como la casa blanca, “junto con problemas de seguridad y violencia, hay una crisis de derechos humanos… que implica tortura, que el sistema de justicia no está funcionando…”; un “rompecabezas que te explica qué es lo que está pasando”.
“La gente dice: estamos muy mal en seguridad, en violencia, en pobreza, bueno pues eso no se va a resolver entonces hay que esperar a 2018 por eso la gente ya viene pensando qué va a pasar en 2018″, subrayó.
De aquí a 2018, expuso, “nos la vamos a pasar especulando y cada vez se va a ir polarizando el escenario, porque aparecerán proyectos diferentes, intereses contrapuestos… y el gobierno parece como que está en piloto automático, nadando de muertito, esperando terminar el sexenio”.
Retomando la reciente encuesta sobre la aprobación del gobierno, resaltó la diferencia entre líderes y ciudadanos: desde diciembe 2013 ya había una reprobación de la administración de Peña por parte de los líderes; los ciudadanos lo reprobaron después de Ayotzinapa y la casa blanca, en 2014, un año después.
“Me despido con una pregunta: si este 23 por ciento eso es el porcentaje del PRI con el que va a enfrentar en el 2018 la elección de la próxima sucesión presidencial, si eso es, ¿hasta ahí llegó su capacidad electoral, ese es el número con el que van a trabajar para tratar de mantener la Presidencia de la República?“, finalizó.
En entrevista para Aristegui CNN, señaló que la referida encuesta “es como la síntesis del sexenio de las promesas incumplidas, por ponerlo de alguna manera”.
“Cuando uno revisa la aprobación o gran desaprobación que tiene Enrique Peña Nieto, se da cuenta que hay diferencia respecto a los anteriores presidentes:
“Zedillo tuvo una caída durísima con la crisis de 1995, cuando casi todo el país se volvió deudor y luego repuntó y se recuperó al final del sexenio.
“Fox empezó muy alto, y luego vino el gran desencanto y tuvo una caída bastante fuerte, pero luego también se recuperó a pesar de que su sexenio no hizo grandes cosas.
“Calderón: un sexenio muy complicado, con mucha violencia, con política del narco totalmente errada, sin inteligencia clara, tuvo una caída pero extrañamente se recupera”, detalló.
En cambio, dijo, Peña Nieto “empieza con 50, 60 por ciento de aprobación, empieza el ciclo de las reformas, viene Ayotzinapa, y empieza un ciclo de caída que no ha parado y que va de mal en peor y que la encuesta de ahora de Reforma lo señala con una exactitud y una crudeza muy importante”.
“Cuando uno pensaba que estaba exagerando porque se reunía con sus amigos y decía ‘oye, ¡qué mal está el país, qué mal vamos!’, te entraba la duda siempre: ‘a lo mejor nosotros que somos los pesimistas, los críticos (pensamos eso)’… cuando ya te dicen que casi el 80 por ciento del país piensa eso, ya eso del círculo rojo y círculo verde creo que se ha unificado en una opinión bastante negativa donde 8 de cada 10 mexicanos piensan que el país va por muy mal rumbo”, señaló.
Ante este escenario se preguntó “por qué se está cayendo de esta manera este gobierno y no hay manera de que surja una recomposición, que haya subido un poquito y luego bajado, es una caída permanente”.
Entonces, recordó las promesas del PRI antes de su regreso a Los Pinos: “no va a subir la gasolina, sube la gasolina; no va a subir la luz, sube la luz; vamos a combatir la corrupción, hay más corrupción”.
Hoy por hoy, existe un “malestar importante” y “ya es preocupante cuando el 80% casi de la población dice que el país va muy mal, y cuando el 75% casi de la población reprueba al gobierno, entonces algo muy, muy serio está pasando en este país”.
¿Se podrían adelantar las elecciones?
Alberto Aziz consideró que “si México fuera un sistema parlamentario habría ya una moción del Congreso y probablemente se podrían adelantar las elecciones para formar un nuevo gobierno. Como el sistema presidencial es muy rígido en ese sentido pues hay que terminar el periodo de alguna forma, no hay otra salida, no hay una vía rápida, no hay un referéndum revocatorio…”.
Y rememoró: “Desde que se vino el ciclo con la tragedia de Ayotzinapa, que empieza el ciclo de la caída propiamente, se pensaba que estaba llegando a la mitad del sexenio en condiciones muy malas, que faltaba todavía la mitad, tres años, ¿qué va a pasar?, ahora nos preguntamos, faltan 2 años, y sigue la pregunta abierta”.
Por todo esto, “se ha instalado ya en el escenario público el 2018, la gente está pensando qué va a pasar con el 2018 y entonces los medios están dando entrada a los posibles candidatos, ya se están publicando encuestas, ya se está construyendo dos años antes el escenario del 2018, de la elección, porque se ve que en este sexenio ya no va a pasar gran cosa”.
Por ahora, “no hay una confianza de que algo va a cambiar, a pesar de que se diga que la economía va bien, la gente ya no confía, el imaginario está ya situado en 2018, lo cual es muy grave para un país, por los grandes problames que están ahí”.
Enlistó los problemas económicos, políticos y sociales, “esa conjunción es la mezcla explosiva, la tormenta perfecta, es lo que está generando un malestar potenciado”.
Recordó los recortes, el problema de la corrupción, con casos como la casa blanca, “junto con problemas de seguridad y violencia, hay una crisis de derechos humanos… que implica tortura, que el sistema de justicia no está funcionando…”; un “rompecabezas que te explica qué es lo que está pasando”.
“La gente dice: estamos muy mal en seguridad, en violencia, en pobreza, bueno pues eso no se va a resolver entonces hay que esperar a 2018 por eso la gente ya viene pensando qué va a pasar en 2018″, subrayó.
De aquí a 2018, expuso, “nos la vamos a pasar especulando y cada vez se va a ir polarizando el escenario, porque aparecerán proyectos diferentes, intereses contrapuestos… y el gobierno parece como que está en piloto automático, nadando de muertito, esperando terminar el sexenio”.
Retomando la reciente encuesta sobre la aprobación del gobierno, resaltó la diferencia entre líderes y ciudadanos: desde diciembe 2013 ya había una reprobación de la administración de Peña por parte de los líderes; los ciudadanos lo reprobaron después de Ayotzinapa y la casa blanca, en 2014, un año después.
“Me despido con una pregunta: si este 23 por ciento eso es el porcentaje del PRI con el que va a enfrentar en el 2018 la elección de la próxima sucesión presidencial, si eso es, ¿hasta ahí llegó su capacidad electoral, ese es el número con el que van a trabajar para tratar de mantener la Presidencia de la República?“, finalizó.
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