Ciudad de México. “La nueva normalidad tiene que
ser la igualdad de género” afirmó la vicepresidente de Costa Rica, Ebsy
Campbell Barr, en los “Diálogos con Iberoamérica para vencer el
COVID-19: la igualdad de género en la gestión de la crisis”. Campbell,
junto a otras ministras de instituciones de las mujeres en Iberoamérica
compartieron este 25 de mayo las políticas que emprenden para mitigar el
impacto del COVID-19 desde una perspectiva de género.
La brecha económica, han coincido las políticas, será el más grande
reto. La ministra de Asuntos Exterior de la Unión Europea y Cooperación
del gobierno español, Arrancha González Laya, apuntó que la desigualdad
económica es la que hace que los derechos de las mujeres no se puedan
ejercer; afecta la capacidad de acceder a derechos sexuales y
reproductivos, la educación de las niñas, entre otras problemáticas.
Las mujeres entonces deben estar en el centro de las políticas de
respuesta al COVID-19, concuerdan. En esto ha trabajado el gobierno de
Costa Rica. Ebsy Campbell, la primera mujer afrodescendiente
vicepresidenta en América Latina, compartió que crearon un consejo
conformado por 13 mujeres de diversos sectores (sociedad civil,
organizaciones, académicas y economistas), cuya misión es evaluar y
guiar las decisiones que toma el Estado desde la perspectiva de género.
Por ejemplo, al comenzar con el reparto del llamado “bono proteger”,
un subsidio en Costa Rica para las personas que han sido desempleadas o
perdido parte de sus ingresos por el COVID-19 , han notado que son menos
las mujeres que buscan este recurso. Parte la problemática se encuentra
en la falta a la conectividad o acceso a la información oportuna que
desde antes enfrentaban las mujeres.
“Es un espacio para pensar lo que sigue después de la crisis ¿Cuáles
son las medidas en materia económica, social y de cuidados? Una de las
áreas es el de la salud mental, de las mujeres en particular, temas que
se habían visto separados al bienestar social”, dijo sobre el consejo de
mujeres, la vicepresidenta.
Otros países como Argentina han colocado como prioridad una política
de cuidados que se acrecentaron en esta pandemia e históricamente han
recaído en las mujeres. La Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad
de la República de Argentina, Elizabeth Gómez Alcorta, dijo tienen en
su agenda como eje central “una organización del cuidado más justa”, ya
que la actual desigualdad de estas tareas está conectada con la
feminización de la pobreza, permutación de las situaciones de violencia y
autonomía económica de las mujeres.
Este Ministerio relativamente joven, pues se fundó el año pasado como
resultado del movimiento feminista, creó una “mesa interministerial de
políticas de cuidado” para planificar al respecto, se involucran las
Secretarías de Economía, Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social.
“Lejos de posponer la agenda -la pandemia-, cobró el cuidado un
protagonismo social, se produjo una reorganización del trabajo que si no
se media puede terminar en una crisis de cuidados”, advirtió González
Alcorta.
Entre otras políticas, Argentina ha impulsado otorgamientos de
licencias para el cuidado de la niñez, así como el “ingreso familiar de
emergencia” que busca compensar la pérdida o disminución de ingresos de
personas afectadas por la pandemia de coronavirus. Según la ministra, se
han beneficiado nueve millones de personas de los 44 millones de
habitantes que tiene el país, es decir, un total de 14 millones de
hogares.
En el tema de violencia de género y la prevención de un posible
incremento de casos por las medidas de aislamiento en los hogares, se
colocó como ejemplo el gobierno de España. “No hay confinamiento que
valga cuando tu vida peligro”, dijo la Ministra de Igualdad de España,
Irene Montero.
El ministerio que dirige creó un plan de contingencia para reforzar
las medidas de protección a mujeres víctimas de violencia. En una
segunda fase ampliaron sus objetivos también a quienes son víctimas de
trata y explotación sexual comercial. Montero explicó que los servicios
de atención a mujeres se mantienen funcionado con normalidad pero a la
vez han intentado conciliarlos con los derechos de las trabajadoras.
Ejemplificó que a las trabajadoras de la línea de emergencia se les
permitió el teletrabajo, se realizan turnos para estar disponibles las
24 horas y habilitaron un servicio de la aplicación de mensajería
WhatsApp pensando en las mujeres que necesitan ayuda pero no se podrían
comunicar por teléfono porque conviven con su agresor. Además de un APP
con un botón de emergencia que al sólo pulsarlo permite tener la
localización de la víctima.
México se planteó en este diálogo organizado por la Secretaría
General Iberoamericana (SEGIB) como el ejemplo en una política que
atiende las necesidades particulares de mujeres indígenas,
afrodescendientes, rurales y con discapacidad en el contexto del
COVID-19, a través de la participación de la presidenta del Instituto
Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman Zylbermann.
Gasman aseguró que han impulsado la participación de estos sectores
en el Plan Nacional de Igualdad de Mujeres y Hombres, que es el rector
en política de género del país, sin embargo este plan no se ha publicado
de manera oficial y sectores como las mujeres indígenas y
afrodescendientes se han visto afectadas por los recortes
presupuestales del gobierno, cabe recordar que se canceló el presupuesto para las Casas de las Mujeres Indígenas.
Finalmente la directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres, Asa Regner,
recordó que es crítica la cooperación Iberoamericana frente a la crisis
del COVID-19. Asimismo que el organismo ha llamado a los países a
colocar a las mujeres en el centro de la respuesta a la pandemia, ya que
son devastadores los impactos en las mujeres, quienes representan la
primera línea de defensa. “Nos salvan la vida”, dijo Regner.
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