Ciudad de México. Una niña o niño que fue víctima de
abuso sexual puede tardar hasta 40 años en denunciar y enfrentar a su
victimario y las consecuencias personales, familiares y sociales de una
denuncia, así lo dijo el investigador del Centro de Estudios
Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Nicolás
Espejo Yaksic.
Durante el ciclo de conferencias “Acceso a la
justicia en casos de abuso sexual infantil”, que organiza la Suprema
Corte, el doctor en Derecho por la Universidad de Warwick, Gran Bretaña,
explicó que en países como Australia, el promedio de edad para
denunciar es de 50 años de edad.
El experto en Derechos Humanos
de la niñez afirmó que cuando el abuso se comete por un adulto
responsable o encargado del cuidado de niñas y niños, los menores de
edad se encuentran imposibilitados para reconocer el abuso y develarlo
frente a los tribunales debido a que están en una dinámica de
silenciamiento.
Espejo Yaksic explicó que el abuso sexual
infantil se da con coacción, fuerza y amenazas y abusando de una
posición de confianza, autoridad o influencia, y en ocasiones de una
situación de especialidad vulnerabilidad de una niña o niño, por ejemplo
si tiene una discapacidad o está en una situación de dependencia.
El
investigador señaló que los procesos penales por abuso sexual infantil
generalmente quedan en la impunidad porque las personas sobrevivientes
logran denunciar y revelar los hechos cuando el delito ya ha prescrito,
es decir, cuando ya se extinguió el plazo para investigar la conducta
delictiva.
En muchos otros casos, agregó, no hay más testigos que
el propio niño o niña, porque el crimen se da en contextos de
“confianza” y los procesos no están preparados para lidiar con la
investigación si solo existe la declaración de una niña o un niño.
Además,
en estos procesos, dijo, se puede generar graves daños en las personas
sobrevivientes, por ejemplo, la revictimización, es decir la
victimización secundaria debido a la forma de tomar declaraciones, el
lugar para entrevistar a las y los niños y la ausencia de
acompañamiento.
El investigador mencionó que en países de Europa
los delitos graves como violación no prescriben, como sucede en Reino
Unido, el Reino de los Países Bajos y Hungría; en España el plazo es de
30 años y en Alemania y Francia es de 20 años.
Los países
europeos, dijo, están modificando sus legislaciones en lo que tiene que
ver con la fecha para contar los plazos. En Alemania un delito de abuso
sexual infantil se puede denunciar hasta 20 años después del hecho, pero
la ley se ha modificado para que ahora, una persona sobreviviente lo
pueda denunciar hasta que cumpla 30 años de edad.
En el caso de
México, dijo el investigador, en abril el estado de Morelos modificó el
Código Penal para eliminar la prescripción de delitos psicosexuales;
mientras que en el Senado y en la Cámara de Diputados hay iniciativas
para consagrar la imprescriptibilidad de delitos de abuso sexual y trata
de mujeres y niñas.
Nicolás Espejo Yaksic señaló que las
reformas normativas deben considerar aspectos adicionales, por ejemplo,
qué beneficios penitenciarios puede tener un depredador sexual, sobre
todo si existe riesgo de que pueda incurrir en los mismos actos; o bien,
regular todas las acciones que pueden ser un delito sexual, por
ejemplo, aquellas que se dan en línea.
Otro elemento que deben
considerar las legislaciones son los registros de agresores sexuales
porque, en opinión del especialista, no basta con que un agresor cumpla
una sanción si después puede trabajar como profesor de una escuela o
como cuidador de personas con discapacidad.
Además, agregó, se
deben diseñar mecanismos para evitar que el sistema de justicia afecte a
niñas, niños y adolescentes sobrevivientes de violencia sexual; formas
de reparación que no sean judiciales, así como políticas nacionales de
prevención y erradicación de la violencia contra esta población.
En
su participación la psicóloga y embajadora de Child USA, Vinka Jackson,
dijo que de acuerdo con los estudios realizados en Chile, una de cada
siete víctimas revela el abuso durante la niñez y el resto cuando ya son
adultas, por lo tanto la prescripción no es una buena respuesta al
abuso sexual infantil.
Jackson explicó que es difícil el relato
de una niña o niño, porque deben explicar algo que pueden entender como
“afecto” o que no pueden describir porque no conoce palabras como
“incesto” o “abuso sexual infantil“, son situaciones inenarrables porque
no se pueden traducir con palabras.
Muchas niñas y niños mantienen silencio, dijo, porque los abusos
son situaciones que no entienden, porque las agresiones las cometen
personas cercanas, por pena, lealtad, por no ver sufrir a alguien que
goza de su cariño; y en ocasiones se retractan cuando se dan cuenta que
una persona puede ir a prisión.
La psicóloga mencionó que a pesar
de esto, el silencio nunca es total, porque las víctimas manifiestan el
abuso con los malestares del cuerpo. La especialista en trauma infantil
también dijo que en estos casos “el derecho al tiempo” es reconocer que
el trauma no prescribe.
Por último, la especialista recomendó
que para llevar casos de abuso sexual infantil es importante dar crédito
completo al relato de niñas y niños, no hay que hacer promesas que no
se pueden cumplir y no hacer proyecciones sobre el castigo a las
personas agresoras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario