Durante su participación en el webinario “Menos trabas, más acceso al aborto seguro en América Latina”, las investigadoras resaltaron que si era difícil para las mujeres acceder a servicios de salud, entre ellos interrumpir su embarazo, ahora los obstáculos son mayores debido a la emergencia sanitaria.
Detallaron que existe una “disminución abrupta” de acceso de las mujeres a servicios de salud sexual y reproductivos en sus países en lo que va de la pandemia y que se agrava aún más ya que las “visiones de personas de los equipos de salud siguen permeando antes que las leyes”.
Ejemplificaron que en Colombia, sólo 1 por ciento de las mujeres logra acceder a abortos legales, pues éste se considera como delito. En consecuencia, ellas condicionan su derecho a decidir al juicio de alguien más, por lo que acceder a un servicio o a un centro de salud se convierte en un privilegio que no está al alcance de todas.
La ginecóloga y directora de la “Fundación Esas”, Laura Gil, enfatizó que la salud y los derechos sexuales y reproductivos no pueden ser un privilegio de pocas personas. “Mientras el aborto siga siendo un delito, habrá un espacio para imponer esa visión que sólo crea barreras y supedita este derecho un tercero”, añadió.
Para combatir estas barreras, expusieron las investigadoras, en Colombia se inició un movimiento llamado “Causa Justa” con el cual organizaciones y defensoras buscan eliminar el aborto del Código Penal de su país, a través de una demanda de inconstitucionalidad.
Esta petición, agregaron, ya fue admitida por la Corte de Constitucionalidad y se espera sea aprobada en algunos meses.
Las ponentes, resaltaron que pese a los llamados que organismos internacionales han emitido sobre garantizar el acceso al aborto y a la salud a todas las mujeres, sus países parecen olvidarlo. Como resultado, sufren por no poder ejercer de manera libre su derecho a la salud.
Por su parte, la directora de programas de Promsex, Rossina Guerrero, explicó que en Perú, el Ministerio de Salud (MINSA) actúa bajo una guía técnica que contiene barreras para realizar un aborto, lo que conlleva a que el personal médico maneje una interpretación restrictiva del derecho al aborto terapéutico.
Este protocolo establece un “límite gestacional de 22 semanas que no existía en el Código Penal y que, aún cuando hay mujeres que llegan a tiempo, la burocracia estatal las deja afuera de la posibilidad de interrumpir su embarazo. Perú no prioriza la salud de las mujeres”, aclaró la directora.
Agregó que las peruanas se ven obligadas a pasar por procesos muy largos y dolorosos que no les aseguran obtener la atención que necesitan. Entre junio de 2019 y junio de 2020, dijo, hubo una disminución de casi 63 por ciento en las atenciones de embarazos mientras que 700 niñas menores de 14 años han registrado hijos hasta octubre de 2020.
“Un servicio que ya era escaso (el aborto), con dificultades en su implementación, y tener una caída así es como que haya desaparecido”, declaró Guerrero.
Respecto a Ecuador, la directora de Surkuna, Ana Vera, comentó que el protocolo de salud para combatir la pandemia sólo restringe los servicios vinculados con el embarazo y la anticoncepción, lo que deja fuera a las emergencias obstétricas y al aborto, ya que como en muchos otros países ninguno de estos servicios es concebido como algo esencial.
“Un 47 por ciento de las mujeres que han querido acceder a los servicios de salud sexual y reproductivos han tenido obstáculos y lo mismo pasa en los casos que quieren acceder a servicios de atención por complicaciones obstétricas, con un 75 por ciento”, expuso la investigadora Vera.
Las especialistas que participaron en el webinar explicaron que el factor que las une es luchar por los derechos de las mujeres pues a pesar de ser de distintos países, se enfrentan a las mismas complicaciones y a un mismo patrón común: limitar o restringir el acceso de las mujeres a interrumpir su embarazo de forma segura.
Sin embargo, dijeron que el apoyo de la sociedad civil ha impulsado fuertes movimientos que están trabajando por garantizar el aborto para todas las mujeres. “Algunas mujeres están, por suerte, llegando a estas redes feministas, pero muchas otras no”, añadió Ana Vera.
Las ponentes llamaron a la población a cambiar su mentalidad sobre el aborto. “Hablamos de un procedimiento médico que tiene el menor índice de complicaciones en comparación a cualquier otros”, concluyó la Laura Gil.
Este conversatorio fue parte de un ciclo de eventos que organiza Clacai en el marco de su campaña “La Salud reproductiva es vital”.
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