El trabajo de la embajadora fue pieza clave en este encuentro que dio pie a tres conferencias similares: la Conferencia del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (en Copenhague, 1980), la Conferencia Mundial para el Examen y la Evaluación de los Logros del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (en Nairobi, 1985), y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (en Beijing, 1995).
Su trabajó no empezó ni terminó ahí. Entre 1974 y 1979 Aída González participó en la elaboración, negociación y consolidación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), un instrumento internacional que se considera la “Constitución de las mujeres a nivel mundial” por marcar las disposiciones para eliminar la discriminación contra las mujeres.
De acuerdo con un recuento del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) sobre el legado de González Martínez, la redacción de la CEDAW implicó llevar difíciles negociaciones entre grupos de mujeres de todas nacionalidades y una intensa labor de convencimiento a los niveles de mando y decisión, tanto de los Estados Miembros como de la propia ONU.
La embajadora ejerció una diplomacia feminista que la llevó a apoyar la redacción de la CEDAW, “convención que buscó consagrar en disposiciones jurídicamente vinculantes el derecho de las mujeres a la igualdad y a la no discriminación en el goce y ejercicio de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, incluyendo el muy importante ámbito de la familia”, como ella misma describió en 2002.
Su trabajo conciliador logró que 1992 fuera elegida como la primera mexicana en formar parte del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas, organismo que vigila el cumplimiento de este tratado. González Martínez participó en este organismo desde su primera sesión en octubre de 1992 y hasta 1992, y después de 1997 hasta 2004. Además lo presidió de 1999 al año 2000.
La exlegisladora federal, Guadalupe Gómez Maganda, quien entre 1999 y el año 2000 fue coordinadora ejecutiva de la Comisión Nacional de la Mujer, en la Secretaría de Gobernación, antecedente de lo que hoy es el Inmujeres, recuerda que la embajadora fue solidaria con las mujeres interesadas en avanzar en los derechos de las mexicanas, sin importar si eran de la sociedad civil o representantes del Gobierno mexicano.
Aída González comenzó a trabajar como secretaria en la Cancillería desde muy joven, cuando aún era estudiante universitaria. “Fue no solo promotora, sino una mujer muy comprometida con estos temas (Igualdad entre mujeres y hombres) y lo demostró participando el organización, por parte de la delegación mexicana, de las cuatro conferencias de la Organización de Naciones Unidas sobre la mujer”, destacó en entrevista la ex senadora priista.
El trabajo diplomático de la embajadora, recalcó Gómez Maganda, refleja la importancia de tener más mujeres en el servició exterior. Ellas, las embajadoras, son representantes de México ante instancias internacionales o en diversos países. “Afortunadamente creo que se ha avanzado porque además de los temas centrales de la política bilateral o multilateral que tiene México ya están actuando con esa perspectiva de género”, dijo.
En 2013 un recuento de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos señaló que en el servicio exterior mexicano había 52 hombres embajadores y apenas 12 mujeres. Ellas eran embajadoras en Bélgica, en la representación ante la Unión Europea, Australia, Brasil, Finlandia, Hungría, Indonesia, Nueva Zelanda, Panamá, Rumania, Serbia, Turquía y Ucrania.
Asimismo, hasta ese año había cinco embajadores eméritos, pero solo dos eran mujeres: las ex cancilleres Rosario Green y Patricia Espinoza; y de los diez embajadores eminentes sólo dos eran mujeres: Aída Gonzalez Martínez y Carmen Moreno Toscano. Apenas este mes de enero el Gobierno mexicano anunció el nombramiento de 16 embajadores, entre ellos seis mujeres y un acusado de acoso sexual, el historiador Pedro Salmerón.
La jurista Leticia Bonifaz Alfonzo, académica de la Facultad de Derecho de la UNAM y quien en 2020 fue elegida como la segunda mexicana en la historia en formar parte del Comité CEDAW, publicó un mensaje en su cuenta de Twitter en el que destacó que la embajadora González Martínez propició cambios dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores en favor de la igualdad entre mujeres y hombres.
La embajadora González Martínez también fue representante de México ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de 1977 hasta 1982, donde fue coordinadora de asuntos laborales internacionales y representante de México para asuntos de la mujer.
En 1979, fue elegida para presidir el grupo gubernamental del Consejo de Administración de la OIT y, en 1982 fue elegida presidenta del Consejo de Administración, convirtiéndose en la primera mujer en la historia de la OIT en ocupar ese cargo.
A las condolencias por su muerte se han sumado feministas como la senadora Patricia Mercado Castro; la diputada federal y exgobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina; la exgobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri Riancho; el canciller Marcelo Ebrard Casaubon; y la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena Ibarra, entre otras personas.
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